A estas alturas de la vida, seguramente estás consciente de que no todo lo que se ve en pantalla es real. Afortunadamente, la tecnología ha permitido a la industria del cine y la televisión alcanzar un nivel de producción que antes se limitaba a la imaginación. Cada año, las obras del séptimo arte nos entregan una clase de entretenimiento que no deja de fascinarnos ni aburrirnos.
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El 26 de febrero vamos a conocer la película que se llevará a casa el Oscar por los mejores efectos especiales. Este año el jurado tendrá que elegir entre Doctor Strange, Deepwater Horizon, The Jungle Book, Kubo and the Two Strings y Rogue One.
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Este video, que no es precisamente terror, fue hecho por el especialista en efectos especiales Erik Ferguson. Y el tema de fondo (en realidad es más un concepto abstracto) es una serie de órganos retorciéndose y agitándose en un laboratorio.
Sandra Holmbom, de 26 años, es una artista autodidacta del maquillaje de efectos especiales. Su trabajo es tan bueno que resulta difícil creer que haya aprendido por cuenta propia. La mujer admite que le apasiona el maquillaje de efectos especiales, algo que se hace muy obvio cuando se aprecia su trabajo.
Según parece, ella es su propia modelo, inventando personajes tan terribles como decadentes, llenos de heridas supurantes, piel desgarrada, arrugas y sangre.
Los alumnos del primer curso de computación gráfica en la Escuela de Arte Bellecour (Francia) tuvieron que crear efectos especiales en fotografías antiguas que son documentos históricos emblemáticos, evidencias que en la actualidad parecieran extintas con el advenimiento de las fotos a color. Sin videos de la época, diversos periodistas tienden cada vez más a animar sus fotografías para ilustrar sus historias.
«Tears of Steel» ha sido realizado gracias a la financiación publica de los usuarios de Blender, una herramienta de código abierto para creaciones 3D. El objetivo es mejorar y poner a prueba una herramienta completísima, abierta y libre para la creación de efectos visuales en el cine. El resultado fue una atractiva película de ciencia ficción cuyas escenas principales se filmaron en Ámsterdam, Países Bajos.