Una forma de medir la desigualdad económica y social (uno de los mecanismo fundamentales del sistema económico de hoy en día) es señalar las diferencias entre el pago mensual que reciben los trabajadores en diferentes países del mundo. Como sabemos, el salario no se relaciona únicamente con el trabajo, también incluye con otros aspectos como las prestaciones y condiciones de trabajo, las políticas de protección implementadas por los gobiernos y los logros sindicales.
En realidad, la estructura que rodea el trabajo y su salario es una de las categorías más elocuentes de una realidad social contemporánea. La Organización Internacional del Trabajo en 2012 publicó los cálculos realizados en 72 países (omitiendo algunas de las naciones más pobres del mundo): una lista que expone el salario promedio y ajusta el resultado a los correspondientes costes de vida, utilizando la «Paridad del poder adquisitivo», unidad utilizada en los estudios económicos para hacer comparaciones internacionales de los niveles de vida. Es decir, el estudio evalúa lo que una persona puede comprar con $1 un dólar en las diferentes realidades económicas para llegar a una base de comparación.
