Frances Glessner Lee descubrió que el interés auténtico por el crimen puede llevar a una encrucijada repleta de información desagradable, aunque interesante, sobre el lado macabro de la humanidad. Aunque muchos consideren injustificable una obsesión de esta naturaleza, de ninguna forma se trata de algo malo. Con un público cada vez más atento a los crímenes, en estos tiempos ya no es raro que los internautas aporten pistas clave en la resolución de casos criminales.