¿Alguien en sus cinco sentidos realmente disfruta ir al dentista? Entre las revistas noventeras que hay para leer en la sala de espera, el desagradable sabor de los guantes de látex y lo doloroso de algunos procedimientos, no es raro que las citas al dentista a menudo produzcan sentimientos de ansiedad o temor en los pacientes.
Antes de que se inventara la profesión de cirujano dentistas, la humanidad tuvo que pasar por verdaderos infiernos para tratar los problemas dentales. Médicos, monjes e incluso barberos ejercían el oficio que, durante mucho tiempo, estaba meramente limitado a la extracción – con mucho, pero mucho dolor.
Conozcan Blizzident: un cepillo dental impreso en 3D, a partir de un molde tomado por tu dentista y que puede, según el fabricante, limpiar tu boca con precisión en tan sólo 6 segundos, contra los tradicionales tres minutos de cepillado.
Esto ahorra al usuario 2 minutos y 54 segundos en cada proceso de higiene oral. Y a razón de 3 por día, digamos que este cepillo permite ahorrar 8 minutos y 42 segundos por día. Tiempo suficiente en el mes para llevar a cabo actividades que pueden ayudar a pagar el dentista, el molde y por supuesto, el cepillo. Pero más allá de esto, la tecnología detrás de esto es algo digno de tomar en cuenta.