Seguramente sabes de esta historia: en alguna región entre Hawái y el litoral de California, en aguas del Pacífico, flota una isla de desperdicios plásticos con una superficie tres veces superior a la de Francia. ¿Pero, realmente es tan densa esta cantidad de basura al punto que llega a cubrir la superficie como en la siguiente imagen?
La urgente necesidad de un uso más racional de los recursos nos obliga a modificar la forma en que utilizamos artículos cotidianos como inodoros, grifos, tejados y medidores de energía. Algo tan común en nuestros hogares tendrá que pasar por grandes transformaciones a través de los próximos años. Sin embargo, estos cambios no tienen como principal promotor a la evolución tecnológica.
La escasez de agua (e incluso los apocalípticos días cero) ya son una realidad tangible en diversas regiones del mundo, navegamos entre toneladas de plástico y la contaminación ha quitado la vida a más personas que todas las guerras juntas. Es algo preocupante, y como muy pocas naciones se esfuerzan en llevar a término los compromisos establecidos en el Acuerdo de París, el futuro de nuestro planeta no pinta nada bien para los humanos.
Para nadie resulta novedad que nuestros hábitos de consumo representan una seria amenaza para múltiples especies en el planeta. Esto es un problema tan grave que al mismo tiempo que algunos científicos creen que para el año 2050 el océano tendrá más plástico que peces, en los Estados Unidos se desecha 500 millones de pajillas todos los días. Es por esto que una campaña con doble sentido intenta llamar la atención sobre lo perjudicial que resulta esta costumbre.
¿Alguna vez te preguntaste qué apariencia tiene una enorme bola congelada de grasa industrial, aceite para cocinar, toallitas húmedas y preservativos masculinos? No desesperes, dentro de muy poco tendrás la posibilidad de ver una en persona.
Hace un par de años la Universidad de Notre Dam, en los Estados Unidos, publicó un índice donde se especificaban los países más o menos susceptibles a ser afectados por el cambio climático. Conocida como Iniciativa de Adaptación Global de Notre Dam (ND-GAIN), el índice vuelve a aparecer en Internet y sus conclusiones no son menos relevantes que en el pasado.
