¿Te parece admisible que los presos tengan tiempo íntimo durante el cumplimiento de su condena? Independientemente de si estás a favor o en contra de estas prácticas, resulta muy probable que la historia sobre el origen de las visitas conyugales te resulte una historia digna de colección.
Estar encerrado en una cárcel puede ser el motivo de muchos inventos. Si de algo estoy seguro es de que el encierro no es nada fácil de llevar, y la gente en la cárcel tiene que hacer aun lado las comodidades que solemos tener en la vida exterior. Pero gracias a los libros y a las películas sobre la vida en prisión, es bien conocido que los convictos tienen una ilimitada capacidad de invención. Un tarro de mermelada vacío o una palo de paleta se pueden convertir en una útil herramienta dentro de la cárcel. Aunque la mayoría de los artículos que verán a continuación son considerados contrabando y confiscados si los encuentran, no es motivo para que los presos sigan reciclando y reutilizando los materiales para crear objetos realmente sorprendentes.
A los condenados a muerte en Estados Unidos se les permite un ultimo deseo, todo lo que ellos quieran en su ultima comida, siempre y cuando los ingredientes puedan conseguirse en la localidad y no sobrepasen los $40 dólares en total.
La ultima comida para los condenados a muerte se considera un ritual significativo, por muchas razones, pero principalmente porque es la única voluntad del preso que puede ser aceptada.
Este proyecto de fotografía recoge esas ultimas comidas de algunos prisioneros que pasaron por el corredor de la muerte.
La prisión es un lugar desagradable. La mayoría de las reglas del exterior simplemente no se aplican adentro. Deberías aprender este conjunto de reglas con el fin se sobrevivir en la gran casa. Aquí esta una guía para mantenerte a salvo.
¿Pensaste alguna vez que el holocausto fue horrible?. Quizás cambies un poco de opinión cuando sepas sobre la prisión de Gulag que hasta el día de hoy es considerada como una de las peores cárceles del régimen soviético. El complejo de edificios y la evidencia del terror que ahí se vivía aun se puede encontrar en el bosque de Taga, en la Siberia rusa.
