En el álbum Rubber Soul, de 1965, los Beatles lanzaron una canción con un inicio muy nostálgico: “There are places I’ll remember, all my life…”. Se trataba de In My Life, una obra que a pesar de su fama y gran aceptación entre el público desde la época en que fue lanzada, siempre resultó un misterio para la comunidad de seguidores del cuarteto de Liverpool incluso antes de que existiera el Internet.
Si el almacenamiento de datos sin el riesgo de pérdida de calidad o incluso de contenido es uno de los grandes dilemas de la revolución digital y tecnológica actual, la solución quizás se encuentra en algo tan antiguo como la vida misma: el ADN.
Una investigación realizada por un grupo de científicos de la Universidad de Nueva York analizó las preferencias musicales de las personas con altas puntuaciones en las pruebas que buscan identificar a potenciales psicópatas. Canciones como Lose Yourself, del rapero estadounidense Eminem, aparecen en esta lista.
El formato digital MP3 significó una gran revolución en el mundo de la música durante la década de 1990. Desde el surgimiento de la compresión de audio, el mundo del entretenimiento se catapultó, y el formato .mp3 se convirtió en un popular medio para la distribución de canciones. Ahora está oficialmente muerto. Esta semana sus desarrolladores anunciaron que el programa de licencias para el formato está oficialmente cancelado.
Vamos a viajar hasta el mes de julio del año 2002, imagínate a ti mismo prendiendo la radio o sintonizando MTV. Era prácticamente imposible no escuchar “aserejé ja de je de jebe tu de jebere seibiunouva majavi an de bugui an de güididíp” e inmediatamente seguir la canción o la coreografía. Es el inolvidable coro de la canción Asereje del grupo español Las Ketchup, que fue una bomba atómica en el mundo de la música, tan exitosa que muchos supersticiosos le colgaron propiedades subliminales.
¿Qué efectos podría tener en ti la búsqueda por la grandeza? Esta es una de las preguntas base en la trama de las películas Cisne Negro (2010) y Whiplash (2014), dos producciones sumamente aclamadas por la crítica que tienen muchas similitudes en el desarrollo del guion.
Y estas comparaciones se nos presentan en este fascinante video realizado por el cineasta Michael Tucker, que analiza la forma en que un personaje obsesivo es capaz de alcanzar la perfección a través del sacrificio absoluto.