En la cúspide del verano, las temperaturas en Yacobabad superan los 52 grados Celsius. Esta ciudad en Pakistán es vigilada por los expertos, pues creen que el calentamiento global empeorará la situación. Cuando el calor arrecia en Yacobabad, las calles lucen desiertas y los habitantes hacen lo mejor que pueden para refrescarse.
Fabien Barrau, un artista digital con sede en Francia, es el responsable de estas imágenes postapocalípticas. A partir de fotografías tomadas con un dron, elabora inquietantes montajes del deterioro arquitectónico a consecuencia de un apocalipsis generado por el cambio climático. La colección lleva por título News From the Future (“Noticias del futuro”, en español).
La tormenta Theta, formada el pasado 10 de noviembre, definió oficialmente a la temporada de huracanes en el Océano Atlántico de este 2020 como la más intensa de la historia. Hasta la fecha, la región contabiliza 29 ciclones suficientemente intensos como para recibir un nombre. Esta temporada superó a la de 2005, año en que se registraron 28 tempestades.
A menudo, el término “Edad de Hielo” trae a nuestras mentes imágenes de gigantescos mamuts y temibles tigres dientes de sable. Pero, en términos reales este “pequeño” periodo de nuestro planeta resultó muy diferente. Empecemos por el hecho de que la edad de hielo aconteció hace aproximadamente 18,000 años. Un periodo en el que buena parte de Norteamérica, Europa y Asia se cubrieron de hielo.
Un gigantesco asteroide que impactó a la Tierra hace 66 millones de años provocó un cambio climático radical. El poderoso evento equivaldría a la energía liberada en la detonación de mil millones de bombas nucleares. Las rocas fueron vaporizadas al instante y los cielos se volvieron opacos por la abundante ceniza, que gradualmente se depositó en la superficie.
Entre 2 y 3.5 mil millones de humanos sufrirán un clima insoportable para el año 2070. Es la conclusión a la que llegó un equipo de investigación internacional liderado por el ecologista Marten Scheffer, de la Universidad de Wageningen. Lógicamente, la condición que propiciará este escenario apocalíptico es el aumento global de la temperatura promedio anual promovido por el cambio climático.
