Por lo general, cuando una persona muere, después de hacer los trámites necesarios, su cuerpo es enterrado o cremado y listo, se termina la historia. Sin embargo, esto no fue lo que sucedió con los siete personajes que reseñamos a continuación. Antes de que finalmente se fueran a descansar en paz, los cadáveres de las personalidades sobre las que hablaremos fueron hurtados, mutilados, destrozados y enviados de un lugar a otro. Aunque suene lamentable, sus historias son fascinantes.
Cadaveres
Anatoly Moskvin: El señor de las muñecas
Anatoly Moskvin mantenía la fachada de ciudadano pacífico y aburrido bajo la que ocultaba una macabra obsesión por fabricar muñecas con cadáveres. Solemos asociar a las muñecas con los pequeños, especialmente con las niñas. Es un hecho que estos juguetes además de entretener, ayudan a que las niñas aprendan ciertos comportamientos, en una especie de “entrenamiento” para su vida adulta. También tenemos a aquellos que creen que las muñecas pueden servir como objetos de brujería. Los practicantes del vudú suelen usarlas para clavar agujas con la esperanza de que la víctima del hechizo sufra terribles dolores e incluso enfermedades incurables. Y para otras personas, quizá las más extrañas, las muñecas funcionan como un fetiche en un comportamiento asociado con la parafilia.
5 cadáveres humanos que rehúsan la descomposición
Nacer, crecer, morir y podrirse. Ese es el curso que sigue la naturaleza para la mayoría de los seres humanos – pero no para todos. A través de la historia de la humanidad, algunos cuerpos se han rehusado a descomponerse. Y estos cadáveres pasaron a ser santificados y/o reverenciados.
Medicina de cadáver: sudor, hígado crudo y grasa humana para curar
La medicina de cadáver es un tema escabrozo en la actualidad, pero en el pasado era la norma. Los médicos de la antigüedad ya sabían que si agregaban azúcar al medicamento, la sustancia sería mucho menos desagradable. Pero con las medicinas fabricadas a partir de cadáveres, que tenían como objetivo principal tratar diversas enfermedades mediante la ingesta de partes y fluidos corporales de personas muertas, ni siquiera un costal de azúcar haría la diferencia.