Un hombre sale de la cantina de jugar baraja, sin un quinto. Era muy tarde ya y fue a tomar el único taxi que había en la puerta:
– Quiero ir a Caborca, le dice.
– Serán 50 pesos por adelantado.
Un hombre sale de la cantina de jugar baraja, sin un quinto. Era muy tarde ya y fue a tomar el único taxi que había en la puerta:
– Quiero ir a Caborca, le dice.
– Serán 50 pesos por adelantado.