El 12 de abril de 1012, Jaromír, Duque de Bohemia, abandonaba el trono depuesto por el Duque Oldřich de Bohemia. Evidentemente, en aquella época simplemente deponer a un líder real no era suficiente, por lo que el Duque Oldřich ordenó que cegaran a Jaromír antes que el pobre desgraciado se exiliara en Polonia. Pero la historia no para aquí y se pone mucho peor.