La fiebre de los ataúdes de metal es otro episodio interesante en la peculiar Era Victoriana, aunque de este lado del charco. Durante el siglo XIX, la muerte de un individuo era extremadamente importante y las prácticas de duelo se tomaban muy en serio. Desde la fotografía post mortem hasta las joyas memento mori, en la época se empleaban diversas costumbres para honrar a los difuntos. Y una tendencia que proliferó en este período fue el uso de ataúdes de metal.
La muerte es una consecuencia de la vida, es el destino inevitable que todos los seres vivos enfrentamos en determinado punto de la existencia. Si lo tuyo no son los funerales vikingos, que tu cuerpo sea ahumado en las montañas o que se descomponga en los árboles, y tampoco te gustaría que una bailarinas amenicen tu velorio. Si en lugar de todo eso prefieres algo más tradicional, como ser puesto en una caja para que la tierra reaproveche todo lo que te dio en vida, aquí te dejamos algunas opciones de ataúdes para que llegues al inframundo como un auténtico “pimp”.
Hemos hecho una peculiar colección de ataúdes muy extravagantes fabricados en Ghana. Lo único malo de todo esto es que estos curiosos artefactos no pueden ser utilizados hasta el día en que mueres. Y tampoco estamos tan seguros de querer pasar toda la eternidad dentro de un zapato o de un teléfono celular nokia.
