El dichoso despertador goza de una condición dual: es uno de los inventos más molestos de la humanidad y al mismo tiempo de los más útiles. No conozco a una sola persona que sienta alegría cuando su despertador suena por las mañanas. La mayoría aplica la de “cinco minutos más” y termina presionando el botón de “snooze”. Incluso con el sonido del despertador al máximo, algunos tienen problemas para despertar. Y cuando finalmente adquieren fuerzas para hacerlo, ya van con media hora de retraso.
No es que ni siquiera sirvas para dormir: la mejor forma de evitar esa sensación de “cansancio” es tener una buena noche de sueño. Pero, elegir un sonido correcto para la alarma puede ayudar. Un estudio conducido por personal de la Royal Melbourne Institute of Technology University (RMIT), en Australia, reveló los tipos de música y frecuencia que estimulan el estado de alerta a la hora de despertar.
Sonido perfecto para el despertador.
Muchos entienden el sueño como un interruptor que desconecta al cerebro por las noches. Y no pueden estar más equivocados, pues incluso cuando está dormido el cerebro se mantiene al tanto del peligro. Pero, el despertar también es un proceso complejo. Las principales regiones del cerebro que intervienen en el estado de alerta, como la corteza prefrontal, demoran más en “conectarse” a la realidad. Esto significa, literalmente, que estás más o menos despierto. De ahí viene la “modorra”, una sensación agravada por el flujo de sangre al cerebro.
Las melodías energizantes son una buena recomendación para la alarma del despertador. Pero, la ciencia de un buen despertar va mucho más allá. En el estudio encontraron que determinadas frecuencias y variaciones en el volumen aumenta la eficacia en cada grupo etario.
Ajusta el volumen.
Hablando específicamente de volumen: a los 18 años de edad, un joven necesita de una alarma con hasta 20 decibeles por encima de lo que requiere un anciano de 80 años para despertar. El grupo de jóvenes entre los 18 y 25 años requiere de sonidos de alarma altos para despertar por completo. Mientras que las personas de mayor edad requieren un menor volumen. Pero, la pubertad (entre los 10 y 14 años) es esa etapa de la vida donde el despertador tiene que sonar al máximo.
La frecuencia ideal: 500 Hz.
Otro estudio, también de la RMIT, concluyó que los tonos con frecuencias dominantes de 500 Hz dejan a las personas más alertas que los superiores a 2000 Hz. No es coincidencia que la alarma estándar del iPhone oscile en esa frecuencia.
Que sea “tarareable”.
Finalmente, también observaron que las alarmas “cantables” ayudaban a las personas a sentirse más alertas al despertar. Y no es necesario que la canción tenga letra, puede ser un simple tarareo o silbido que puedas murmurar en voz baja. En el pasado, ya habían demostrado que la mejor forma de despertar de una siesta era poniendo música popular. El único inconveniente es que probablemente termines odiando la canción.
La propuesta de la ciencia del sonido perfecto para el despertador.
En resumen, una buena alarma para el despertador requiere de tres factores: volumen que varía según la edad, tener una frecuencia dominante de 500 Hz y una melodía que puedas tararear. Stuart McFarlane, investigador que colaboró en ambos estudios, agrega que la alarma debe tener entre 100 y 120 beats por minuto.
Y si te lo estás preguntando, claro que el equipo propuso la “alarma perfecta”. Una melodía hecha a medida que dejó a las personas menos cansadas en comparación con las tradicionales. La puedes escuchar a continuación.
¿Vas a cambiar el sonido de tu despertador para comprobarlo? Aquí lo tienes en MP3.
La de la chona de tucanes de Tijuana