Síndrome de gran altura felina

Como la mayoría lo ha atestiguado, cuando un gato tiene visión, comúnmente aterriza sobre sus patas durante una caída. Es una habilidad especial que ha desarrollado a través de eones de años trepando árboles, evadiendo depredadores y viendo el mundo desde lo alto de una rama. Aunque las garras de los gatos evolucionaron de forma arqueada para facilitarles la escalada en lugar de funcionar como armas, no dejan de ser herramientas indispensables de estos ágiles cazadores.

gato en la cornisa

Entre los dones que poseen los felinos se encuentra la habilidad de fijar una presa – una capacidad de suma utilidad cuando se persiguen musarañas entre la maleza, pero totalmente perjudicial en el entorno urbano. Las personas que habitan edificios altos, a veces permiten a los gatos que tienen como mascotas sentarse sobre las repisas de las ventanas y las salidas hacia escaleras para incendio, ignorando que esas habilidades que permiten a los gatos trepar tan fácilmente en los árboles no resultan igual de eficientes cuando se trata de barandas de metal, cristales de ventanas y ladrillos. En estas zonas urbanas se ha hecho famoso el fenómeno en el que los gatos saltan o caen desde cornisas ubicadas a gran altura, y es algo tan común que los veterinarios urbanos designaron una frase para ello: “síndrome de gran altura felino”.

Sorprendentemente, los gatos que caen de los pisos más bajos suelen sufrir una mayor cantidad de lesiones que aquellos que lo hacen desde los niveles más altos. De hecho, los gatos que caen desde un vigésimo o trigésimo piso, y reciben atención médica, tienen un 90% de probabilidades de sobrevivir.

Según la información recabada entre los veterinarios de Nueva York, los gatos tienen menos probabilidades de sobrevivir si caen desde una altura de seis pisos, pues superando la frontera de los siete niveles la caída se hace ligeramente menos peligrosa. Evidentemente, si un humano cayera desde un sexto piso el impacto a 64 km/h contra el suelo sería sumamente traumático. Las razones por las que nuestras pequeñas mascotas felinas pueden afrontar castigos de este tipo aún no están del todo claras, y la explicación más aceptada comprende una serie de tres teorías.

Un gato normal requiere en torno a los 45 centímetros de caída libre para orientar sus patas hacia el suelo, y no fue sino hasta que llegaron las cámaras de alta velocidad que entendimos la asombrosa mecánica de este proceso. De la misma forma que un patinador sobre hielo controla su momento angular (o velocidad de giro) extendiendo o retrayendo sus brazos, el gato primero retrae sus patas delanteras y extiende las traseras, algo que le permite situar rápidamente su cuello, el tórax y las extremidades torácicas (lo que se conoce como cuarto delantero) en dirección al suelo. En seguida invierte la reacción, extiende las patas delanteras y retrae las traseras, lo que permite que su cuarto trasero se tuerza al instante, mientras que su cuarto delantero apenas y gira. Las patas traseras se vuelven a extender cuando está ubicado, y finalmente cae con su forma tan característica.

gato cayendo en camara lenta

Esta posición es idónea para el aterrizaje; sin embargo, también le ofrece al gato un limitado desplazamiento aerodinámico – tal y como sucede con los pterominos o ardillas voladoras. Ese aumento de la superficie que entra en contacto con el aire también incrementa la fricción y consecuentemente disminuye la velocidad terminal promedio del gato, y esto hace toda la diferencia. Mientras que para una persona la velocidad terminal promedio es de 209 km/h, la de un gato es de 95 km/h.

Esa habilidad que los gatos poseen para girarse rápidamente cuando caen contribuye a que sobrevivían al síndrome de gran altura felino; sin embargo, esto solo es una parte del milagro y por eso es tan importante la tercera teoría. Para lograr la maniobra de estabilización, muchos de los músculos del gato se disparan de forma secuencial a una gran velocidad, y lo que sucede inmediatamente después de un tirón muscular rápido es la tensión; y esta tensión es una maldición cuando se trata de impactos. La tensión muscular es la razón por la que las caídas de seis o siete pisos parecen ser privilegiadas: estas caídas le dan tiempo al gato para descansar después de girar y para relajarse durante la caída libre un momento antes de aterrizar.

mufasa en el precipiocio

En Internet hay historias de gatos que han sobrevivido a grandes caídas, hablamos de cuarenta y seis pisos de altura, pero sin importar la caída, siempre se debe buscar al animal. Imagínate lo lamentable que sería haber sobrevivido a una caída de esas magnitudes solo para que te dejen abandonado, sin acceso a tu plato de comida. Aunque el simple hecho de que un gato sobrevivía no significa que esté bien. Frecuentemente los felinos sufren fracturas, dientes rotos o heridas internas en el aterrizaje, por lo que siempre es recomendable llevarlo a un veterinario. La Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales dice que muchos propietarios inmediatamente dan por muertas a sus mascotas cuando caen de grandes alturas y ni siquiera se molestan en ir a buscarlos.

Y esta última parte nos conduce a un sesgo de confirmación que enturbia los datos sobre el síndrome de gran altura felino. El término fue acuñado por los propios veterinarios, lo que significa que los casos que conocemos y los datos obtenidos fueron de gatos que sobrevivieron, pero si un gato termina hecho pedazos, pocos dueños se molestarían en llevarlo a un veterinario. Pese a esto, la tasa de supervivencia no deja de ser sorprendente.

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8 comentarios en «Síndrome de gran altura felina»

  1. JAJAJA todo lo que puede hacer el gato al usar a la gravedad y demás fuerzas a su antojo, pero han visto a un gato en gravedad cero :V….no sirve de nada toda esa capacidad adquirida durante millones de años de evolución.

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  2. interesante lo de la caida de los gatos…..como se le podria llamar a cuando no ven los cristales y se estrellan con uno? hace poco mi gato centro a un pajarillo en el traspatio,se lanzo sobre el pero rompio el vidrio de la ventana…..no paso del tope contra el vidrio pero me parecio muy curioso….

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    • Son costumbres pequeñin, así como los méxicanos comemos los gusanos y chapulines, son costumbres adquiridas con el pasar de los años , las necesidades geograficas y que yo sepa los chinos lo que comen son perros.( si alguien lo puede aclarar por favor).

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