Sálvese quien pueda: descubren arañas «voladoras» en Panamá y Perú

Como si el hecho de padecer aracnofobia no fuera suficiente preocupación, un grupo de biólogos que trabajan en Panamá y Perú descubrieron una especie de arácnido de hábitos nocturnos capaz de cambiar su dirección a voluntad durante una caída libre – una adaptación nunca antes vista en las arañas trepadoras de árboles, que proporciona un nuevo enfoque sobre la evolución.

La araña, perteneciente a la familia Selenopidae, forma parte de un número selecto de insectos no voladores, como las hormigas o algunas larvas de insectos, conocidos por tener la capacidad de maniobrar durante una caída. El equipo de investigación encabezado por Robert Dudley, de la Universidad de California, en los Estados Unidos, dice que se trata del único arácnido conocido capaz de controlar el desplazamiento en una caída libre. Otros arácnidos, como los escorpiones y otros tipos de araña, simplemente caen como una roca.

“Creo que muchos animales que viven en los árboles son buenos deslizándose en el aire, desde serpientes y lagartos hasta hormigas y arañas”, señala Dudley. “Si un depredador se aproxima, el animal cuenta con una forma probada por el tiempo de deslizarse hacia el árbol más cercano, en lugar de aterrizar en el suelo o en un arroyo”.

Este comportamiento adaptado parece ser útil como maniobra evasiva, que les permite a las arañas escapar de depredadores potenciales. Como mencionan los investigadores en su estudio, “este descubrimiento de ‘paracaidismo’ de las arañas apunta hacia fuertes presiones selectivas contra caídas descontroladas en el bosque para las especies que habitan en los árboles”.

Para poner a prueba sus habilidades, los investigadores arrojaron 59 arañas desde plataformas instaladas en las copas de los árboles en Panamá y Perú. Un 93% de los animales controló sus trayectorias áreas dirigiéndose a los troncos en las proximidades. Después del aterrizaje, las arañas se reorientaron y caminaron en dirección a objetivos específicos.

Los científicos afirman que este tipo de comportamiento pudo haber precedido al desarrollo de las alas. Las arañas son excepcionalmente delgadas, y exploran sus poderes de sustentación y arrastre extendiendo sus patas. Incluso son capaces de enderezarse en el aire cuando caen bocabajo. Los biólogos también testificaron arañas que se empujaron desde el tronco de un árbol, apenas para recuperarse y continuar deslizándose a través de la misma superficie.

“En general, estas arañas representan una aventura evolutiva notable en la conquista animal del aire”, concluyen los investigadores en el estudio. “El descubrimiento de este comportamiento de deslizamiento aéreo levanta varios caminos para investigaciones más profundas. Sugerimos que existen muchos otros ejemplos aun no descritos del comportamiento aéreo controlado en animales sin alas”.