Un equipo de bioingeniería encontró una forma de regenerar extremidades perdidas en una rana de uñas africana. Mediante la aplicación tópica de una sustancia en las regiones de amputación, los científicos promovieron el crecimiento de una extremidad «parecida a una pierna». Los pormenores del experimento se encuentran en una publicación de la revista Cell Reports.
Cabe mencionar que esta especie de rana (Xenopus laevis) muestra predisposición a la regeneración, siendo capaz de restaurar extremidades amputadas cuando es joven. Sin embargo, al alcanzar la adultez está habilidad se desvanece. En cierto momento, cualquier intento de recuperar una extremidad conduce al desarrollo de púas cartilaginosas con escaso valor práctico. Para los expertos en ingeniería biológica de la Universidad de Harvard, Tufts, y la Universidad de Florida era una valiosa oportunidad para entender cómo se estimula manualmente la regeneración empleando esteroides tópicos.
El equipo trabajó empleando una serie de biorreactores en los lugares de amputación a varias ranas. Cada una de esas pequeñas capsulas iba cargada con progesterona, una hormona esteroide producida por el organismo del animal naturalmente, suspendida es un hidrogel hecho a base de proteínas. Esta mezcla indujo un crecimiento óseo “robusto”, pese a que sólo estuvo en contacto con el organismo de la rana 24 horas. A lo largo de 18 meses, los investigadores observaron el crecimiento de un apéndice similar a una “aleta”.
Regeneración con tratamiento hormonal.
“No regeneramos la extremidad completa, pero sin duda se trata de una respuesta sólida”, señalaron los investigadores. “Resulta particularmente alentador que un tratamiento de apenas un día tuviera un efecto tan significativo en un espécimen adulto”. Y aunque estas extremidades que desarrollaron las ranas no pueden considerare piernas, distan mucho de las púas que desarrollan naturalmente.
En el estudio se observó que aquellos especímenes que no recibieron el tratamiento hormonal presentaron el desarrollo de un apéndice compuesto principalmente de cartílago, con masa ósea bajo las zonas de amputación. Por otro lado, las ranas que estuvieron en contacto con los biorreactores desarrollaron “estructuras complejas con patrones” hechas de partes debidamente osificadas. Además, el análisis reveló que la progesterona se limitó al sitio de la amputación en lugar de diseminarse por el sistema del animal. Esto evitó un impacto mayor en la fisiología de la rana.
Más allá de que es algo impresionante por sí solo, este experimento resulta prometedor para el futuro de la regeneración de extremidades amputadas. En el artículo mencionan que más de 2 millones de estadounidenses han pasado por la amputación de alguna extremidad. En el mejor de los casos, todas esas partes terminan reemplazadas con prótesis, que son extremadamente caras y deben hacerse a medida.
Resultará un enorme desafío reproducir los increíbles resultados de las ranas en humanos o en cualquier otro mamífero. Y es que la rana de uñas africana tiene una predisposición genética a la regeneración, una habilidad que, lamentablemente, nuestra especie no comparte.