Radian One: avión orbital, el Santo Grial de la aeronáutica

Radian One es el nombre tentativo para una nave orbital capaz de despegar de forma horizontal. El proyecto está financiado por Radian Aerospace, una empresa aeronáutica con sede en Washington, Estados Unidos. La empresa promociona este proyecto como el “Santo Grial de la aviación aeroespacial”. Pues hablamos de una nave espacial reutilizable, semejante al mítico Space Shuttle, capaz de despegar en horizontal como cualquier avión comercial. Este concepto abre las puertas a los viajes espaciales de una sola fase, incluida la estancia orbital.

Radian One avion orbital

Avión orbital de despegue horizontal.

Con asistencia de un mecanismo parecido a un trineo, el Radian One despegaría de una pista con sus poderosos motores, alcanzaría la órbita terrestre y posteriormente regresaría para aterrizar en una pista convencional. Todas las naves orbitales desarrolladas hasta la fecha van montadas sobre potentes cohetes propulsores, que las lanzan cuando se encuentran cerca de la órbita. El legendario Space Shuttle, que a su reingreso en la Tierra podía aterrizar en una pista tradicional, inicialmente era lanzado verticalmente por uno de estos cohetes.

Una vez concluido, Radian One sería capaz de poner en órbita hasta 2,268 kg de carga y llevara una tripulación de 5 personas. Además, tres motores de combustible líquido suministrarían potencia para trasladar sus 4.5 toneladas de peso. La empresa que está financiando el proyecto asegura que la aeronave podrá transportar su carga hasta cualquier lugar del mundo en apenas una hora. Y si la misión así lo requiere, mantenerse en órbita hasta por 5 días.

La idea tras este proyecto es aproximar los vuelos orbitales a las operaciones aéreas tradicionales. Que un mismo aparato pueda volar, aterrizar, reabastecer combustible y volar nuevamente en menos de 48 horas. Livingston Holder, cofundador de Radian y ex director del programa X-33 en Boeing, reconoció la complejidad de este emprendimiento. Afortunadamente, Radian Aerospace obtuvo buena respuesta durante una ronda de inversión en la que recaudó 27.5 millones de dólares. Hasta la fecha, la empresa dispone de aproximadamente 32 millones de dólares para costear el desarrollo del Radian One.

Sin embargo, Holder advierte que necesitan un presupuesto mucho más grande para construir un avión espacial orbital tan ambicioso. Especialmente para llevarlo a operación antes de que finalice la década del 2020. Richard Humphrey, CEO de Radian, señala que la empresa ya construyó y probó su primer motor “a escala real”. Se trata de un motor de cohete criogénico capaz de imprimir un impulso de 90 718 kg. “Nos encontramos en las primeras etapas de esta tecnología. Tenemos los fundamentos, podemos empezarlo, podemos pararlo y avanzamos poco a poco para llegar a una capacidad total”, señala Humphrey.

Radian One: el “Santo Grial de la aeronáutica”.

Una cosa es innegable, los cuatro fundadores de Radian Aerospace (Humphrey, Holder, Curtis Gifford y Jeff Feige) tienen experiencia suficiente para llevar a término este proyecto. Además de trabajar para varias empresas aeroespaciales, algunos colaboraron con el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y la NASA. Precisamente, esa experiencia les permitió condensar información de proyectos anteriores, tanto de la NASA como de otras empresas, que buscaron desarrollar una nave espacial de una sola fase hasta la órbita.

Radian One(1)

Pero, cabe aclarar que no se trata de la primera empresa que busca alcanzar un hito de esta magnitud. Hace algunos años, la extinta XCOR Arospace buscó desarrollar un avión espacial suborbital. La iniciativa quedó en total abandono debido a la falta de financiamiento. La última vez que la NASA intentó desarrollar una nave espacial con estas características fue a finales de la década de 1990.

De hecho, el programa Reusable Launch Vehicle allanó el camino para el proyecto X-33. Al final, la agencia estadounidense se quedó con una propuesta de la Lockheed Martin, pero finalmente canceló todo en 2001. Además de diversos problemas técnicos que surgieron durante el desarrollo, para esa época las prioridades de la NASA cambiaron.

Desarrollo del Radian One.

En ese sentido, Humphrey muestra mucho optimismo sobre todo porque la tecnología avanzó mucho en las últimas dos décadas. Como nunca antes en el pasado, el desarrollo privado de un vehículo orbital es mucho más viable. En su mayoría, los componentes aeroespaciales ligeros eran experimentales. Hoy se trata de una tecnología mejor estudiada y comprendida. Por si fuera poco, diversas empresas privadas implementan con mayor frecuencia propulsores líquidos para los lanzamientos espaciales, principalmente por su mejor desempeño durante el vuelo.

Además, Radian ve en SpaceX y su programa de lanzadores del utilizables Falcon un ejemplo de éxito a seguir. Sobre todo, porque cada día fluye más capital privado al financiamiento de los vuelos espaciales. Así, resulta mucho más fácil para la empresa recaudar el financiamiento que necesita para el desarrollo de Radian One. Nada más y nada menos que US$ 1000 millones. Y si tienen éxito, es probable que abran la puerta a grandes mercados.

Una aeronave espacial como Radian One podría transportar humanos a estaciones espaciales comerciales en la órbita terrestre baja. La NASA planea desarrollar algo así, pero después del 2030. Sin embargo, las oportunidades para una aeronave como estas características van más allá. Además de realizar misiones de transporte rápido entre dos puntos del planeta, serviría para realizar observaciones de nuestro planeta o recolectar productos fabricados en órbita en un futuro cercano.

Si Radian sortea todos aquellos obstáculos en donde organizaciones como la NASA fracasaron, indudablemente tendrán entre manos al Santo Grial de la aeronáutica.

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