Qué es un práctico de puerto, profesionales que previenen accidentes como el de Suez

Para estas fechas ya debes estar enterado: una embarcación de 400 metros y 200 mil toneladas encalló en el canal de Suez en su ruta hacia Róterdam. Este cruce marítimo por territorio egipcio conecta al mar Mediterráneo con el mar Rojo. Al evitar que los buques den la vuelta por cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, este canal es vital para la marina mercante.

Otra opción sería navegar hacia el otro lado de la Tierra y cruzar por el canal de Panamá, pero es una travesía más larga y costosa. Las estadísticas señalan que 12% del comercio mundial transita por el canal de Suez. Con ese tránsito bloqueado, más de 200 embarcaciones están estacionadas en aguas cercanas, y las pérdidas económicas se estiman en US$ 9,500 millones al día.

En un comunicado, la empresa que administra el canal, Leth Agencies, aclaró que deben retirarse alrededor de 18,000 m³ de arena de los márgenes para reflotar la embarcación. Algunas empresas de transporte optaron por tomar la ruta de las Grandes Navegaciones y rodear el continente africano. Es una maniobra que toma dos semanas adicionales y se traduce en una inversión extra de US$ 300,000 mil apenas en combustible.

La investigación está en curso y todavía no se tienen detalles suficientes para señalar la causa del accidente. Es imposible descartar el error humano, aunque sólo contribuyera parcialmente al resultado. Pero, es muy probable que el principal responsable sea el viento. Cuando se tiene un canal de 300 m de ancho en la región más estrecha, más pequeña incluso que la eslora del propio barco, la variable del viento es extremadamente delicada.

Los prácticos de puerto y las embarcaciones gigantes.

Un buque del tamaño del Ever Given posee una “superficie vélica” gigantesca. El término hace referencia a cualquier superficie de un barco con potencial para sacarlo de curso cuando recibe una corriente de aire. Entre más grande sea la superficie, mayores la influencia que imprime la atmósfera sobre la misma.

En la marina mercante todo suele ser enorme, pesado y costoso. Además, cada uno de los elementos en juego suelen estar cubiertos por un seguro. Dada la importancia del sector para la economía global, se hacen muchos esfuerzos para evitar incidentes como el que afecta al canal de Suez. Cosas así no suceden todos los días, pues se trata de situaciones excepcionales.

En un puerto, el profesional más importante y valioso para las operaciones es el práctico. Hablamos de un capitán especialista en maniobrar embarcaciones enormes, dirigirlas por canales estrechos y atracarlos de forma segura. En todos los puertos del mundo donde existe navegación en aguas restringida, un capitán sube a los barcos recién llegados para asesorar al comandante.

A cualquier hora del día, no importa que llueva, truene o relampaguee, el práctico se sube a una lancha para ingresar a la embarcación principal. Trepa por una escalera de cuerdas y madera (no siempre en buen estado) para subir al barco en la desembocadura del puerto. Una vez arriba prácticamente toma el control de la situación: está en constante comunicación con el cuarto de máquinas, el timonero, el comandante y los remolcadores.

Un práctico de navegación conoce el área donde trabaja como la palma de su mano. Navegar en aguas restringidas supone un desafío muy distinto hay que realizan los comandantes en aguas abiertas, que navegan hasta un mes con nada más que cielo y mar al frente. Atracar un buque así de colosal requiere un profundo conocimiento de las corrientes marítimas, bancos de arena, viento y zonas rocosas que dificultan el desplazamiento en la región.

El canal de Suez tiene capacidad para más de 90 embarcaciones al día, y abordo de cada una viaja uno o más prácticos para garantizar el cruce.

Mayores problemas en el trabajo de un práctico de puerto.

El ancho del barco y su calado, la parte del casco que se mantiene bajo el agua, son los mayores problemas en el trabajo de un práctico. Entre mayor es sección del barco por debajo de la línea de flotación, más complicado resulta maniobrarlo. En aquellos puertos donde no existe la profundidad requerida para maniobra, se emplean embarcaciones especiales para dragar arena del hecho y conseguir la altura deseada.

Para los prácticos, los timones representan una verdadera piedra en el zapato. Los giros de las embarcaciones dependen del roce que hace el timón con el agua, una fricción que se traduce en un mayor consumo de combustible. Con el paso del tiempo y mientras los barcos se hacían más grandes, los timones fueron disminuyendo.

En mar abierto esto no representa problema alguno, pues allí no se necesitan de giros bruscos. La reducción en el tamaño de los timones representa un problema para los prácticos, pues limita las maniobras de precisión. Los buques de 280 metros fabricados hasta hace una década contaban con timones de entre 90 m² o 92 m². Sin embargo, los barcos modernos con más de 300 metros de eslora van equipados con timón es de apenas 70 m².

Además de un timón pequeño, el práctico debe arreglárselas con una sala de máquinas que, por más efectiva que sea, no puede suministrar toda la potencia requerida a un barco cargado hasta el tope. Sólo para que te hagas una idea: un buque que transporta 60,000 toneladas de soya, dispone de apenas 0.15 caballos de fuerza por tonelada. Mientras tanto, un Boeing 747 imprime 8,000 caballos de fuerza por tonelada de carga.

Profesionales con mucha responsabilidad.

Esto quiere decir que los grandes barcos, desde la perspectiva humana, se mueven en cámara lenta. Y aunque un práctico tome todas las medidas posibles para evitar un accidente, un barco puede demorar varios minutos en encallar, colisionar o salirse de curso. Como tenemos una gigantesca cantidad de masa desplazándose, hasta el más mínimo impacto puede causar daños millonarios a la infraestructura portuaria.

En el comercio marítimo se mueve muchísimo dinero y depende de estos profesionales con rutinas extenuantes, quienes sacrifican días de su vida lejos de sus hogares y familias. Además, no cuentan con horarios específicos para dormir o despertarse y deben atender toda clase de imprevistos en cualquier momento que se les solicite.

Aunque los prácticos cuentan con periodos de descanso destinados a evitar la carga excesiva de trabajo, constantemente lidian con un gran estrés. Por si fuera poco, son evaluados regularmente por médicos y psicólogos. Son profesionales invisibles para los que viven lejos de un puerto, pero responsables de la mayoría de productos que tienes en casa.

Evidentemente, es inevitable que se equivoquen. Y sólo entonces valoramos la importancia de ese marinero, timonel, comandante y práctico que hacen nuestra vida mucho más fácil.