Preguntas y respuestas.

¿Para qué sirven las arrugas?
La arruga es bella y útil, asegura el doctor Jürgen Brater en el libro Lo que a Fleming nunca le preguntaron. “Las personas que tienen muchas arrugas son menos propensas a padecer cáncer de piel”. Brater parafrasea a un grupo de investigadores británicos. 239 septuagenarios a estudio. Establecieron una clasificación (de uno a ocho) dependiendo de la abundancia y profundidad de las arrugas. “Se comprobó que en las personas con un índice de arrugas igual a cinco o más, el riesgo de contraer cáncer de piel era inferior en un 90%”. Se desconocen las causas, aunque gana una hipótesis: la irradiación solar –dice Brater– destruye el colágeno de la piel (proteína responsable de su elasticidad, cuyo déficit es precisamente la causa de las arrugas). En las personas de piel lisa, el colágeno se reemplaza por un factor de crecimiento denominado TGFBeta. “Dicho factor perjudica el sistema inmunitario, lo que explicaría tal vez la mayor propensión de los lisos al llamado basalioma, la forma de cáncer de piel más frecuente”.

¿Cuánto pesa la Tierra?
5,88 x 1021 toneladas, recoge Cyril Aydon en sus Historias curiosas de la ciencia. El número se extiende 22 cifras: 5.880 millones de millones de millones de toneladas. Lo calculó un inglés, Henry Cavendish, en 1798, sin moverse de su casa (calculó la densidad de la Tierra con una báscula de torsión casera). Pese a las proporciones de sus cálculos, fue un hombre que pasó desapercibido. Estuvo cuatro años en la Universidad de Cambridge y no se sacó ningún título. Era demasiado tímido para enfrentarse a los examinadores.

¿Cuáles fueron las últimas palabras de Salvador Dalí?
“¿Dónde está mi reloj?”, recoge el libro ¿A quién regaló Van Gogh su oreja? Otra frase pre-suspiro memorable es la de Leonardo da Vinci: “He ofendido a Dios y a los hombres, porque mi trabajo no tuvo la calidad que debería haber tenido”.

¿Qué es el efecto Nixon?
El ex presidente lo instauró sin querer durante su discurso de renuncia tras el escándalo Watergate. Bajo el semblante sereno y entero, los investigadores que analizaron su expresión facial destaparon “una cantidad furiosa de parpadeos”, recoge Richard Wiseman en su Rarología. “Mucho más de 50 parpadeos por minuto –detalla el psicólogo–, lo que sugiere niveles altísimos de ansiedad”. Posteriormente, se analizaron los parpadeos de ocho debates presidenciales. “El candidato que parpadeaba con más frecuencia perdió las elecciones en siete ocasiones”.

¿Cuál fue el primer dominio punto com?
Ha cumplido 25 años: Symbolics.com. La compañía Symbolics Computers (Massachusetts) pasó a la historia virtual el 15 de marzo de 1985 al añadirse un punto com. 25 años después, se acumulan por el ciberespacio 80 millones más, según la Information Technology & Innovation Foundation (ITIF), recoge la CNN. 668.000 sites registradas cada mes, añade la BBC. Symbolics.com sigue en activo, desde el año pasado en manos de la compañía XF.com Investments. La efeméride se celebra, cómo no, con un punto com (25yearsof.com) y una .Com Gala, en mayo en San Francisco, con la crème high-tech de Silicon Valley, donde se elegirán a los “.com 25”, las 25 personas/compañías más influyentes de Internet.

¿Cuánto mide un grano de arena?
Entre 0,063 y 2 milímetros, señala El libro de los cuántos. En un cubo de tres litros, cabrían unos 31 millones.

¿Qué frase desencadenó la II Guerra Mundial?
“La abuela ha muerto”. Era el 31 de agosto de 1939. Reinhard Heydrich (el segundo de Himmler) telefoneó a Alfred Naujocks, hombre adecuado para “faenas especiales” de las SS. “La abuela ha muerto”, soltó Heydrich al aparato. “Era la contraseña para entrar en acción”, recuerda Helge Hesse en el libro La vuelta a la historia en 50 frases. La “acción” consistía en provocar una guerra. Naujocks y sus hombres –con barba y patillas, la imagen que tenían entonces los alemanes de los polacos– ocuparon la emisora de Gleiwitz, relata Hesse. Supuesto ataque polaco. Para que no cupiera ninguna duda, dejaron un muerto. La primera víctima de la II Guerra Mundial se llamaba Franciszek Honiok y era precisamente de ascendencia polaca. Detenido el día anterior, se convirtió en conserva, “cínica denominación que utilizaban las SS para referirse a las víctimas ficticias”. La propaganda hizo el resto. Al día siguiente, Hitler se hizo la víctima: “Polonia ha disparado por primera vez en nuestro propio territorio”. Y soltó una de sus frases míticas: “Desde las 5.45 estamos respondiendo al fuego”. En realidad, una hora antes, un buque alemán ya había disparado contra el fuerte polaco de Weterplatte. Pero como había declarado pocos días antes el propio Führer: “Nadie preguntará al vencedor si dijo la verdad”. El 3 de septiembre, Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania.

¿Cuántos golpes por segundo puede llegar a picotear un pájaro carpintero?
Algunas especies alcanzan los 16 golpes por segundo, apunta El pequeño gran libro de la ignorancia (animal). Comprensible inspiración para el Pájaro Loco de Universal Studios: “Cada vez que un pájaro carpintero detiene el movimiento de la cabeza, la fuerza es equivalente a mil veces la fuerza de la gravedad (o 250 veces la fuerza a la que se somete un astronauta durante el despegue)”. Su cabeza no se hace pedazos porque un cartílogo esponjoso absorbe casi todo el impacto.

¿Quién fue el primer jefe de Estado que murió por arma de fuego?
Guillermo I, príncipe de Orange, o Guillermo el Taciturno, reseña Joseph Cummins en sus Grandes episodios desconocidos de la historia. Según los holandeses, era un duque patriota que luchaba para liberar a los Países Bajos del cruel Felipe II. Según los españoles, un hereje protestante que renunció a la Iglesia. El rey ofreció 25.000 coronas por su cabeza. Le asesinaron en 1584. Paradojas de la historia, se convirtió en el primer jefe de Estado en morir por arma de fuego dos años después de salvarse de un intento de asesinato con un arma de fuego. 1582: un joven de 18 años, Juan de Jáuregui, casi se lleva la distinción de primer pistolero de Estado. Disparó a bocajarro, pero el arma estalló y le amputó el pulgar antes de ser apuñalado por el séquito taciturno. El asesino murió. El duque sobrevivió con un agujero en la mandíbula del tamaño de una moneda. Dos años después, se repitió la misma escena. El pistolero se llamaba Balthazar Gérard. Francés y espía. Disparó tres balas. Esta vez la pistola no explotó. Guillermo el Taciturno pasó a engrosar la lista de muertes récord-ables. Su asesino, también. “Lo que ocurrió con Gérard es una perfecta definición de la exageración”, relata Cummins. Lo fustigaron, le echaron sal en las heridas, le cortaron la mano derecha, al día siguiente la izquierda, los pechos, más sal. El último día, lo destriparon vivo, le sacaron el corazón y se lo tiraron a la cara.

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