¿Olvidas los rostros de las personas? Quizás padezcas prosopagnosia

¿Alguna vez has encontrado a una persona que dice saber tu nombre, aparentemente conocer a las mismas personas y mencionar algún evento reciente en el que coincidieron, pero no tienes ni la más mínima idea de quien se trata? Esta incomodísima situación es mucho más común de lo que imaginamos, y generalmente sucede cuando estos encuentros con conocidos tienen lugar en sitios fuera de contexto; por ejemplo, cuando coincidimos con un compañero de la escuela en un banco. Sin embargo, cuando estos episodios suceden con demasiada frecuencia, tal vez sea algo más que una confusión pasajera.

Prosopagnosia

 

Prosopagnosia.

En el pasado abordamos brevemente este fenómeno en un artículo sobre disturbios mentales que alteran la percepción de la realidad, es una condición que también se conoce como “ceguera para las caras”. Un trastorno que va desde la dificultad hasta la completa incapacidad para reconocer rostros, sin embargo, debe quedar claro que es mucho más grave que olvidar las facciones de los conocidos o confundirse de vez en cuando.

Dependiendo de la gravedad de cada caso, aquellas personas que padecen prosopagnosia llegan a tener dificultad para reconocer a sus amigos, familiares e incluso su propio rostro. De acuerdo con un artículo escrito por Richard Cook, hasta hace algunos años se creía que la ceguera para los rostros era un problema sumamente raro y vinculado a lesiones asociadas a derrames, traumas y enfermedades en el cerebro.

Sin embargo, de acuerdo con estudios recientes la prosopagnosia es una condición hereditaria y mucho más común de lo que se creía. Se estima que una de cada 50 personas en el mundo padece alguna forma del trastorno. Algunas celebridades, como el actor Brad Pitt y el cofundador de Apple Steve Wozniak, han confesado padecer este problema.

Caras Arte Prosopagnosia

 

Ceguera para las caras.

En los casos más graves, la prosopagnosia congénita puede llevar a la aparición de otros trastornos más serios, como la depresión y ansiedad. Imagina lo asfixiante que debe ser la sensación de vivir sin reconocer el rostro de las personas que te rodean, incluso de tus familiares.

Peor aún, dado que regularmente el diagnóstico del problema tarda mucho en realizarse, las personas que padecen ceguera para las caras comúnmente sienten culpa por no reconocer a los demás, y las asocian con la imagen de una persona de mala memoria que no es capaz de prestar atención. Más terrible todavía es que, erróneamente, algunos asocian el problema con la falta de inteligencia.

Como consecuencia, las personas que padecen prosopagnosia suelen evitar aquellas situaciones que le resultan desafiantes, como las reuniones sociales. Sin mencionar que la condición puede resultar determinante en las elecciones (por ejemplo, la profesión) de los individuos que la padecen, muchas veces optando por actividades en las que no necesiten tener contacto directo con alguien.

El diagnóstico.

Aunque la ciencia apenas empieza a entender el mecanismo y las causas de la prosopagnosia congénita, algunos estudios han señalado como responsables ciertas diferencias sutiles en el funcionamiento del cerebro de las personas que la padecen.

Según estas conclusiones, en estos individuos las áreas del cerebro relacionadas con el reconocimiento facial cuentan con una menor cantidad de conexiones que el promedio. Además, las estadísticas apuntan a que las personas autistas son más propensas a padecer prosopagnosia.

Hasta hace poco, el diagnóstico consistía en pruebas hechas por computadora basadas en reconocimiento facial. Sin embargo, un grupo de investigadores británicos desarrolló un método alternativo basado en un cuestionario con preguntas que exploran las experiencias de los pacientes.

Rostro De Mujer Oscuro

¿Cómo es vivir con prosopagnosia?

De la misma forma que sucede con las personas que padecen dislexia – una dificultad específica para el aprendizaje del lenguaje -, que durante toda la vida tienen problemas para leer y escribir palabras, los que padecen prosopagnosia congénita crecen con dificultad para reconocer rostros. Así, como sucede con los disléxicos, aquellos que padecen ceguera para las caras deben encontrar formas alternativas de superar sus dificultades.

Por eso, los que han sido diagnosticados con el trastorno suelen reconocer a las personas partiendo de características específicas, como un rasgo facial distintivo – orejas grandes o una nariz chata -, la forma de caminar, el tono de voz, el corte de cabello, la forma de vestir, etc.

Es por este motivo que aquellos ambientes donde las personas suelen llevar uniforme, como escuelas o lugares de trabajo, suelen ser una pesadilla para los que padecen prosopagnosia. Además, si uno de sus conocidos decide hacerse un corte de cabello nuevo o usar sombrero sin previo aviso, ese cambio puede representar serias dificultades.

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