Okunoshima: una isla en Japón donde mandan los conejos

La isla Okunoshima, localizada cerca de Hiroshima, en Japón, es famosa por ser un sitio dominado por los conejos. Así como acabas de leer, miles de ejemplares de la especie viven en total libertad en ese lugar, ocupando el paisaje y atrayendo a los curiosos turistas.

Durante buena parte del siglo XX esta isla fue ocupada por fuerzas militares para desarrollar y llevar a cabo pruebas de gases letales durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando el conflicto llegó a su fin, todas las operaciones en la isla fueron cesadas y las instalaciones abandonadas por los humanos.

Sin embargo, todos esos conejos que habían servido para desarrollar las pruebas de los militares se quedaron allí. Y como todos sabemos, estos animales se reproducen a velocidades increíbles. Actualmente, la zona se conoce como la isla de los conejos, y es un nombre hace honor a las condiciones del lugar, pues hay una cantidad enorme de conejos vagando por las calles y parques de Okunoshima.

Aunque son animales en estado salvaje, la conducta naturalmente dócil de los conejos les permite tener una convivencia pacífica con los turistas, y muchas personas viajan hasta ese lugar para ver de cerca a los grupos. En el siguiente video, una visitante filmó la cantidad ridícula de conejos que la rodearon persiguiendo un poco de comida.

https://www.youtube.com/watch?v=2pNdwQ3UxMQ

 

Aquí hay un documental de la BBC sobre el sitio.

Sí, es algo un poco aterrador, hasta surreal diría yo, pero no vamos a negar también es adorable.

Quizá te interesa:

6 comentarios en «Okunoshima: una isla en Japón donde mandan los conejos»

  1. Deberían liberar unos cuantos lobos para restaurar el equilibrio natural, porque una sobrepoblación de una sola especie causa estragos en el medio ambiente y a la larga la extinción de esa misma especie.
    Supongo que ya no ha de haber vegetación al alcance de los conejos y por eso se ven obligados a mendigar comida. A la larga morirán de hambre o se comerán entre ellos…

    Responder
  2. Antes de abrir la nota pensé que estos anormales se los comían vivos para “adquirir sus poderes místicos con el sufrimiento del animal” o algo así; ya veo que no.

    Responder

Deja un comentario