Notas de cocina de Leonardo da Vinci

Leonardo da Vinci es para muchos el polímata más reconocido de la historia, es ese perfil precisamente lo que lo hace tan genial y tan misterioso que parece imposible que este genio haya tenido una afición tan común y corriente como la cocina. El “recetario” de da Vinci es el Codex Romanoff, escrito aproximadamente en 1490. En esta obra aconseja sobre recetas de cocina y modales en la mesa. Además hace criticas a las costumbres de la época y describe algunos inventos para revolucionar la cocina.

cocina leonardo da vinci

Protocolo para un asesino en la mesa.

“Si hay un asesinato planeado para la comida, entonces lo más decoroso es que el asesino tome asiento junto a aquel que será el objeto de su arte, y que se sitúe a la izquierda o a la derecha de esta persona dependerá del método del asesino, pues de esta forma no interrumpirá tanto la conversación si la realización de este hecho se limita a una zona pequeña.

En verdad, la fama de Ambroglio Descarte, el principal asesino de mi señor Cesare Borgia, se debe en gran medida en su habilidad para realizar su tarea sin que lo advierta ninguno de los comensales y, menos aun, que sean importunados por sus acciones. Después de que el cadáver, y las manchas de sangre, de haberlas, haya sido retirado por los servidores, es costumbre que el asesino también se retire de la mesa, pues su presencia en ocasiones puede perturbar las digestiones de las personas que se encuentran sentadas a su lado, y en este punto un buen anfitrión tendrá siempre un nuevo invitado, quien habrá esperado fuera, dispuesto a sentarse a la mesa en ese momento”.

Evita limpiar las manos con el conejo.

Pero sus normas de protocolo no terminan aquí. Leonardo también tiene el honor de ser el inventor de la servilleta, por una curiosa costumbre que tenía su señor que al gran sabio molestaba muchísimo. Y es que su señor, Ludovico Sforza “el Moro”, ataba conejos a las sillas de los comensales para que los usaran de servilleta y no le mancharan el mantel.

“La costumbre de mi señor Ludovico de amarrar conejos adornados con cintas a las sillas de los convidados a su mesa, de manera que puedan limpiarse las manos impregnadas de grasa sobre los lomos de las bestias, se me antoja impropio del tiempo y la época en que vivimos. Además, cuando se recogen las bestias tras el banquete y se llevan al lavadero, su hedor impregna las demás ropas con las que se lava.”

Modales en la mesa.

  • “Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado. No poner una pierna encima de la mesa. No sentarse debajo de la mesa en ningún momento”.
  • “No poner la cabeza sobre el plato”.
  • “No tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que tenga su conocimiento”.
  • “No poner trozos de su propia comida, o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos”.
  • “No enjugar el cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa”.
  • “No utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa”.
  • “No coger comida de la mesa y guardarla en su bolso o faltriquera para comerla más tarde”.
  • “No ha de escupir ni hacia delante ni hacia los lados”.
  • “No ha de pellizcar o golpear a su vecino de mesa”.
  • “No ha de prender fuego a su vecino de mesa, mientras esté en la mesa”.
  • “No ha de poner los ojos en blanco, ni caras horribles, ni cantar o vociferar, ni hacer ruidos o bufidos”.
  • “No cantar ni proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama”.
  • “No ha de dejar sus aves sueltas sobre la mesa”.
  • “Ni tampoco serpientes ni escarabajos”.
  • “No tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en prejuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así se lo requiera)”.
  • “No ha de poner el dedo en la nariz ni en la oreja mientras está conversando”.
  • “No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor)”.
  • “No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes ni jugar con sus cuerpos”.
  • “No ha de golpear a los sirvientes a menos que sea en defensa propia”.
  • “Si ha de vomitar, debe abandonar la mesa”.

También hay que agradecer a Leonardo da Vinci la invención del tenedor de tres picos. No lo inventó para que la gente no comiera con las manos, sino para comer los espaguetis, porque entre sus inventos de artefactos, está la máquina que convierte la lasaña en espagueti. Entre otras el pela-ajos, la picadora de vacas (enteras), la máquina de cazar ranas, o la más práctica alarma anti-incendios de cocina. De igual manera le debemos el invento de la empanada o torta, que él llamó “pan con sorpresa”.

Ciertamente, se podría disponer toda suerte de cosas entre los panes: ubres, testículos, orejas, rabos, hígados. Los comensales no podrán observar el contenido al entrarle con sus cuchillos. Lo llamaré, por esta razón, pan con sorpresa.

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7 comentarios en «Notas de cocina de Leonardo da Vinci»

  1. maldicion ya no podre usar conejos para limpiarme las manos despues de comer…pero les dare un buen uso a los conejos que ya no usare en la mesa, los usare para limpiarme en el baño jajajajaja

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  2. estan chidos eh¡
    oigan aprobecho esto para dejarles el link
    !/pages/Minuta-Adolescente/183922574984934

    denle me gusta¡
    es una serie que se transmitira por youtube, y si les late la actuacion, produccion y demas.

    contactenos para formar parte del proyecto¡ C:

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  3. SIGNIFICA KE YO SOY UN MALEDUCADO POR METERLE LA MANO BAJO LA FALDA A LA SIRVIENTA Y AGARRARLE LA P.N.CH. CADA VEZ KE ME VA A SERVIR COMIDA? KIEN LO HUBIERA IMAGINADO…. HAGO PUBLICA MI DISCULPA A MARIA DESAMPARADA(MI CHACHA).

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