Monstruos en el armario, relatos espeluznantes

Un temor recurrente aflige por las noches a muchos niños alrededor del mundo: el clásico monstruo escondido en el armario y la cosa bajo la cama. ¿Qué niño no imaginó al “coco” espiando desde el armario, esperando el momento en que se apagaran las luces para empezar el tormento? Aunque parezca un concepto de la fértil imaginación infantil promovida por el temor natural a lo desconocido, tal vez esas historias implican algo más.

Cama infantil decorada

¿Y si de alguna forma los monstruos que viven en el armario fueran reales? ¿Y si este temor infantil fuera una metáfora para un miedo enraizado bajo nuestros primitivos subconscientes? Algunos afirman que existe algo realmente aterrador en los relatos de pequeños que temen, con justa razón, a los seres que comparten su habitación.

Los relatos de monstruos que habitan en armarios o bajo la cama están presentes en todos los rincones del mundo y asumen diversas formas.

El Galgenmännlein.

Entre los más antiguos figura uno de 1852 escrito por un médico alemán interesado en el estudio de las pesadillas infantiles. El galeno citó una especie de duende llamado Galgenmännlein que solía ocultarse en los armarios y salía exclusivamente cuando la vivienda se encontraba en silencio y completa oscuridad. Este diminuto y escurridizo ser se metía por cualquier grieta y ocupaba los recovecos más pequeños. Cuando un niño observaba en dirección al armario, el Galgenmännlein le sonreía y guiñaba para después desaparecer.

Galgenmännlein

A primera vista no parece un personaje con características muy aterradoras; sin embargo, el duende podía alcanzar niveles de perversidad considerablemente altos. Le resultaban irresistibles las bromas de mal gusto, motivo por el que el Galgenmännlein acostumbraba a tapar la boca y nariz de los pequeños para sofocarlos, colocaba ratones e insectos bajo las almohadas, se colgaba de la cabecera de la cama, orinaba en el colchón y cometía toda clase de travesuras.

¿Un vampiro especializado en niños?

Pero el relato del médico va un poco más allá, señalando que el pequeño monstruo tenía la costumbre de morder y producir una herida a través de la cual succionaba sangre, dejando una cicatriz que los pequeños conservaban el resto de sus vidas. Una vez que el duende mordía a un niño, adquirida la capacidad de localizarlo, independientemente del lugar a donde fuera el pequeño y sin importar que creciera.

Peter Künt, un famoso asesino serial alemán apodado el “vampiro de Düsseldorf”, creía haber sido marcado por uno de estos duendes, experiencia que supuestamente lo había convertido en un ser que disfrutaba de alimentarse con el sufrimiento y miedo de los pequeños. Tras haber cometido al menos nueve asesinatos, fue sentenciado y ejecutado en 1931, aunque posterior a su muerte lo consideraron un enfermo mental.

Des galgenmännlein

Un duende del folclore alemán.

En el folklore alemán no queda claro si el Galgenmännlein utilizaba el armario como escondite o como una especie de portal hacia su mundo, de donde sea que haya venido. De cualquier forma, el mueble parece tener mucha importancia. Según las creencias, este ser podía ser eliminado si el armario recibía la luz, momento en que una prenda debería voltearse al revés y ser arrojada al interior del mueble en forma de ofrenda. Si el duende quedaba satisfecho, se iría con el obsequio en busca de otro niño para asustar.

Es una leyenda ampliamente difundida en la cultura alemana, ¿pero, qué fue de este ser? ¿Se trataba de una extraña entidad que no pudo ser clasificada o no pasaba de una simple fábula para infundir miedo en los niños? Independientemente de la respuesta, el Galgenmännlein no es el único.

El monstruo rastrero del armario.

También existe otro relato de un encuentro aterrador con un ser que habitaba los recovecos de un armario. Se supone que la historia tuvo lugar en 1950 y se convirtió en una de las leyendas más famosas en torno al fenómeno de los monstruos en el armario. Fue protagonizada por un niño de 10 años que cierta noche se despertó alrededor de las 3 de la madrugada completamente empapado de sudor y experimentando un frío inexplicable.

Al otro lado de la cama, su hermano dormía plácidamente. El pequeño tenía la sensación de estar siendo observado por algo que se ocultaba en el armario. Según sus propias palabras:

El relato del encuentro.

“Eché un vistazo a la habitación esperando encontrar a mamá parada en la puerta, pero allí no había nadie. Manteníamos la luz del pasillo encendida durante la noche, por lo que era perfectamente posible ver en la penumbra. De repente, fui invadido por una sensación de peligro, y lentamente empecé a dirigir mi vista al armario. Sabía que allí se originaban mis temores.

Monstruo de pesadilla

Y en ese lugar estaba él: era una cosa extraña con una cabeza blanca y ovalada como la luna llena. Estaba completamente calvo y sus ojos eran inquietantemente grandes y redondos, con una coloración blanquecina como si hubieran sido invadidos por las cataratas. Pero yo sabía que podía verme, pues su cabeza se giraba hacia mí y después a mi hermano. Cuando se dio cuenta que lo había visto arqueó los labios, mostrando sus dientes parecidos a los de un roedor.

Al principio creí que se trataba de una pesadilla, toda vez que siempre fui un niño con una gran imaginación. Entonces, aquella cosa salió del armario. Y más que salir, se escurrió, pues esa sensación transmitió su movimiento, se desplazaba de una forma fluida como si se deslizara por el suelo o se arrastrara como una serpiente. Ya no pude verlo, inmediatamente quedé paralizado por el terror. Todo lo que podía hacer era mantenerme inmóvil.

Entonces, pude escucharlo saboreando el aire y acercándose a mi cama. Su cabeza apareció sobre la almohada y extendió una mano repleta de dedos largos. Sentí cuando sus ásperas uñas pasaron por las plantas de mis pies como si intentara provocarme cosquillas. Entonces escuché un grito que no provenía de mi garganta. Mi hermano había despertado y se encontró con aquella cosa terrible inclinada sobre mí. Con el escándalo, el monstruo regresó inmediatamente al armario escurriéndose de aquella forma tan macabra. Mi hermano y yo jamás hablamos sobre lo sucedido, pero nunca volvimos a dormir con la luz apagada”.

Pesadillas que atormentan

Una vez más, este relato nos enfrenta con una descripción tenebrosa e inexplicable.

Un monstruo imitador en el armario.

En otra narración sobre el monstruo del armario se describe un ser que no encaja en la clasificación convencional. De acuerdo con la historia registrada en 1910, una niña ayudaba a su hermano mayor a preparar las cosas para la mudanza. De repente, escucharon el grito de su padre que solicitaba ayuda en otra habitación de la vivienda. Los niños terminaron descubriendo que los gritos provenían del armario de su habitación, donde sospechaban que moraba una especie de monstruo.

La puerta del mueble se encontraba bloqueada, situación que resultó muy extraña pues el armario originalmente no tenía seguro. Los jóvenes decidieron forzar la puerta del armario con todas sus fuerzas, aunque se mantenía inmóvil. Al final, cuando lograron abrir el armario, encontraron algo inexplicable.

Hay un fantasma en el armario

Al interior se encontraba su padre, en un armario mucho más grande y vacío de lo que recordaban. El interior era extremadamente oscuro y el hombre flotaba en el aire como si algo invisible lo estuviera sosteniendo. Sus gritos se iban haciendo cada vez más distantes y desesperados a medida que se alejaba cada vez más en el fondo del mueble. Tenía una expresión tan aterradora que resultaba imposible no ayudarlo. La pequeña intentó alcanzar su mano, que se encontraba completamente extendida suplicando que lo sacaran, pero el hermano evitó que siguiera avanzando.

El engaño.

Los gritos se iban haciendo cada vez más angustiantes y la pequeña intentaba zafarse del brazo de su hermano que le impedía ingresar al armario. “¿Por qué no quieres que lo ayude, acaso no ves que papá nos necesita?”, le preguntó furiosa.

Entonces, su hermano le dijo que aquella persona en el armario no podía ser su padre, pues éste acababa de llegar. El joven había escuchado el sonido de la puerta principal y unos pasos apresurados que subían por las escaleras. En el piso inferior alguien preguntaba qué pasaba y que era todo aquel escándalo. En ese instante, el ser del armario intentó agarrar el brazo de la pequeña y llevarla al interior.

Rostro monstruoso furioso

Su rostro se fue deformando hasta convertirse en un cráneo horrendo, sus ojos quedaron en blanco y la boca se abrió revelando múltiples filas de dientes afilados. Sus brazos también eran capaces de extenderse a una distancia absurda. El ser logró tomar a la niña, pero su hermano fue más fuerte y logró evitar que se la llevara.

En ese instante la puerta de la habitación se abrió, pero antes de que el padre pudiera atestiguar con lo que luchaban sus hijos, la cosa emprendió la retirada. La puerta del armario se cerró con fuerza y los pequeños cayeron al suelo. El padre jamás pudo observar aquel terrible ser que intentó arrebatarle a sus hijos haciéndose pasar por él, pero el aterrador relato de sus hijos terminó convenciéndolo de que algo muy malo había sucedido en aquella habitación. La historia culmina con el padre sellando la puerta del armario y la familia dejando la vivienda para jamás regresar.

La probabilidad de que fuera una alucinación es poca, pues varias personas atestiguaron el mismo hecho. Sin embargo, aún queda la pregunta en el aire: ¿se trataría de un demonio, un vampiro, un fantasma o algo totalmente distinto?

El monstruo pájaro del armario.

Cuando se trata de relatos extraños sobre monstruos en el armario podemos encontrar historias realmente escabrosas. Una de estas narraciones habría tenido lugar en la década de 1980 y fue publicada por una revista de psicología donde se analizaban casos de infantes amedrentados por supuestos monstruos. El protagonista y testigo de los acontecimientos, que actualmente se desempeña como investigador paranormal, asegura que a los 7 años experimentó el contacto con una entidad que habitaba en el armario de su habitación.

Relató la siguiente historia:

“Me di cuenta que la puerta del armario en mi habitación se abría poco a poco, hasta que finalmente quedó abierta de par en par. Puede parecer algo absurdo, pero inmediatamente después empecé a escuchar sonidos extraños, como si hubiera un pájaro dentro del mueble. Me asusté bastante, pero era incapaz de moverme para pedir ayuda.

Pesadilla nocturna

Entonces, aquella cosa emergió del interior del armario: era muy alta y estaba completamente cubierta de plumas con un pico anaranjado. Caminaba como un ser humano, pero sus brazos eran extremadamente largos y terminaban en afiladas garras. Emitió un sonido gutural y se abalanzó sobre mí, provocando un ruido extraño e intentando picotear mi rostro.

El terror de observar aquello fue tanto que terminé desmayado. Me tomaría años recordar todos los detalles y después de aquello desarrollé un temor absurdo a la oscuridad que todavía me persigue hasta hoy. Lo más extraño de la historia es que cuando llegaron mis padres, alertados por mi hermano que escuchó mis gritos, no me encontraron en la cama, sino dentro del armario. Sé que esa cosa me puso allí y me hubiera llevado si hubiera tenido tiempo”.

El protagonista de este relato fue sometido a tratamiento psicológico donde se incluyó una regresión hipnótica, solamente así pudo revivir los acontecimientos en un ambiente controlado. Sus reacciones llevaron a creer al psicólogo que todo lo relatado por el paciente realmente había sucedido. Su mente había razonado aquella experiencia como un hecho real.

El monstruo del armario en casa del abuelo.

Otras historias parecen apegarse a un estándar más parecido a los tradicionales relatos de terror aunque siempre enfocados en los armarios. El siguiente es un relato que apareció en la prestigiada revista American Psychology Journal, en un artículo donde se aborda el tema de las pesadillas infantiles. Es una historia realmente interesante donde se abordan los hechos que habrían tenido lugar en el estado de Pensilvania, Estados Unidos, en la década de 1990.

Monstruo observando mujer dormir

Un pequeño de tan sólo 6 años de edad afirmaba que tan pronto como su familia terminó de mudarse a casa de su abuela, donde vivirían durante algún tiempo, empezó a ser víctima de pesadillas extremadamente vividas. En estas experiencias oníricas se enfrentaba a lo que llamaba el “espíritu diabólico” que habitaba el armario de la habitación donde dormía. De acuerdo con lo relatado por su familia, el pequeño jamás había sido víctima de pesadillas nocturnas, y estas empezaron a manifestarse a la semana de haberse mudado a la nueva residencia, agravados por un miedo irracional armario de la habitación y continuas crisis nerviosas.

En una entrevista realizada años después por un profesional, el testigo relató lo siguiente:

Algo malo vive en la oscuridad.

“Nos mudamos a la casa en el mes de octubre. Siempre me pareció que el lugar era extraño y de cierta forma aprensivo, aunque no recuerdo llegar a pensar que la casa estaba embrujada. Mi familia empezaba a adaptarse a nuestro nuevo hogar y todo parecía ir normal. Recuerdo perfectamente que el piso de madera crujía y empecé a escuchar ese sonido por las madrugadas, como si cada crujido repitiera mi nombre.

A continuación, se manifestó una sensación desagradable de ser continuamente observado. Para un niño de 6 años esa situación era angustiante… sentía que alguien siempre observaba por encima de mi hombro. Vivía con escalofríos constantes, como si siempre estuviera en peligro. Solía correr entre una habitación y otra sin mirar a la sala temiendo que pudiera encontrar una sombra o un bulto.

Monstruo en la pared

Cada vez que ingresaba a mi habitación, la puerta del armario siempre estaba abierta… no podía explicarme aquello, pues aunque la cerrara segundos después aparecía abierta.

Teníamos un gato llamado Félix que de vez en cuando dormía en mi habitación. En cierta ocasión, por la madrugada, me desperté con un sonido que provenía del armario. Como era usual, la puerta se había abierto por cuenta propia. Pero incluso en la oscuridad de aquel lugar logré distinguir un bulto parado en la puerta de entrada: era grande y muy oscuro. Félix se encontraba cerca de él y lo observaba con temor, como si estuviera acorralado.

Entonces, aquella cosa se movió y tomó a Félix por el cuello. El gato soltó un fuerte maullido y la cosa empezó a regresar al armario cargando al pobre animal…  escuché unos ruidos extraños, como si estuvieran abriendo nueces o quebrando astillas. Creí que se trataba de una pesadilla… vivía diciéndome a mí mismo que los monstruos no existían, pero el hecho es que jamás volvimos a ver a Félix, pues el gato desapareció después de esa noche”.

El monstruo de los huesos.

En la misma publicación se abordó otro caso acaecido en el estado de Virginia. En esta ocasión el testigo tenía 11 años de edad y aseguraba que una especie de demonio habitaba el armario de la habitación principal, sobre todo porque frecuentemente escuchaba ruidos, murmullos y golpes secos que siempre parecían provenir del interior del mueble. Un encuentro aterrador habría tenido lugar cuando la entidad intentó arrastrar a su hermana menor al interior del armario.

Tim burton

De acuerdo con el relato del menor, el ente tenía la apariencia de una persona normal, aunque era extremadamente delgado, al punto de estar casi esquelético, su piel pálida parecía estirarse sobre los huesos y su rostro carecía completamente de emociones. De acuerdo con los niños, este ser habitaba el armario que se ubicaba entre la habitación de sus padres y el baño.

Era un lugar que siempre estaba oscuro, e independientemente si era de día o de noche, los niños tenían miedo de pasar por ahí cuando tenían que ir al baño.

Un relato aterrador.

Una noche, la pequeña salía del baño cuando notó que la puerta del armario se encontraba abierta. Sintió miedo de tener que pasar frente al mueble por lo que decidió llamar a su hermano. Cuando el niño llegó al pasillo se encontró con una escena extraña: la puerta del mueble completamente abierta y entre la ropa colgada aquel ser cadavérico agachado en una esquina, como si estuviera acechando a la pequeña para atraparla. El joven relató:

“Era una cosa horrible, con los ojos hundidos y una boca gigante. Se encontraba en cuclillas, pero incluso así tenía mi altura. Cuando se dio cuenta que yo estaba en el lugar y podía observarlo, abrió la boca y salió del armario estirando los brazos para intentar atraparme. Sus brazos eran largos y huesudos y por poco logran alcanzarme. Grité para que mi hermana regresara al baño, y ella completamente asustada al ver esa figura se encerró en el baño. Entonces, esta cosa regresó al armario y golpeó la puerta tan fuerte que la madera llegó a rajarse.

Monstruo oculto en el armario

Tiempo después, cuando los padres llegaron, confirmaron que la ropa dentro del armario había sido movida o tirada, mientras otras estaban rasgadas. Tuvieron que derribar la puerta del baño pues la pequeña no lograba salir del estado de shock. Además, la sometieron a tratamiento psicológico durante años para que lograra superar su temor a estar sola.

Explicaciones lógicas a los relatos de monstruos en el armario.

Los especialistas en fobias infantiles argumentan que en la etapa que los niños desarrollan su personalidad muestran tendencia a desarrollar una imaginación fértil y creatividad para elementos surreales. Los niños ven el mundo que los rodea de forma muy particular, ocasionalmente absorbiendo aquellas cosas que le provocan inseguridades y externándolas a través de su imaginación. La gran diferencia es que en estas ocasiones los niños crearon cosas aterradoras que probablemente cristalizaban sus temores y ansiedades más profundas.

Hay mucha polémica en torno al tema, aunque algunos investigadores creen que en determinados casos los miedos son tan reales que se equiparan en muchas formas a las alucinaciones. De hecho, los niños creen que están observando el motivo de sus temores asumiendo una forma física. Y es una creencia tan fuerte que incluso puede ser compartida por otros pequeños (generalmente hermanos) que empiezan a sufrir de lo mismo. El temor parece combinarse, creando las condiciones óptimas para que surja una alucinación compartida.

Hay una sombra en la habitacion

Generalmente, este miedo a los monstruos en el armario o a la cosa bajo la cama suele superarse a medida que los niños crecen y adquieren una mayor capacidad de discernimiento sobre las cosas que los rodean. Al comprender cómo funcionan las cosas, y el propio mundo donde viven, los niños empiezan a descartar ciertos elementos como frutos de su imaginación, lo que promueve la disminución de sus miedos.

Los casos inexplicables y enigmáticos.

Aunque el panorama cambia cuando las cosas se analizan desde la perspectiva de individuos que coleccionan historias sobre el coco y ven en estas manifestaciones la prueba de la actividad paranormal. Existen multitud de teorías sobre estos seres que los identifican como fantasmas, demonios e incluso seres de otros planetas.

Manos bajo la cama

Algunos expertos afirman que determinados casos simplemente resultan inexplicables, pues aquellos niños que sufren de terrores nocturnos cuando son sometidos a análisis de la actividad cerebral, no muestran ninguna señal de estímulo en las regiones del cerebro asociadas con la alucinación. Y si nada de lo que describen realmente sucedió, no queda más que simplemente deducir que están mintiendo. ¿Sin embargo, cómo afirmar que casos como los anteriores no pasan de una mera invención?

¿Cómo explicar esos casos extremos de fobia crónica o el desorden de estrés postraumático que algunos niños desarrollan después de estos supuestos encuentros con monstruos en el armario? ¿Realmente la mente de un niño es capaz de crear historias como estas? ¿Es pura fantasía que en los recovecos de los armarios existen seres esperando el momento indicado para atrapar inocentes?

El sentido común nos impide creer en algo como esto y la razón nos impulsa a buscar explicaciones lógicas y científicas. Tal vez sea un tema que debas meditar la próxima ocasión que estés a solas en tu habitación oscura y la puerta del armario se encuentre parcialmente abierta.

Quizá te interesa:

5 comentarios en «Monstruos en el armario, relatos espeluznantes»

  1. no entiendo a los padres, sus hijos dicen ver un espantajo en el armario y no lo creen, mi hijo me dice que hay un bicho que sale por las noches, y monto guardia y lo espero , con un bat con clavos rociado con agua bendita, una pistola con balas de plata y una lampara con luz uv, y a ver si le quedan ganas de espantar

    Responder

Deja un comentario