En el fondo del Océano Atlántico, una serie de misteriosos agujeros perfectamente alineados intriga a los investigadores. Nadie tiene de quién los hizo o para qué. El lugar donde se ubica el inusual patrón se descubrió por casualidad. Mientras la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) exploraba el lecho marino con un vehículo controlado remotamente.
La serie de agujeros se localizó al norte de las Azores, en las inmediaciones de un volcán submarino. En sus redes sociales, la NOAA explica que no es la primera ocasión en que divisan estos agujeros. Sin embargo, hasta la fecha su origen es un misterio. “Aunque parecen casi hechos por humanos, una serie de pequeños montículos de sedimentos que circundan a los agujeros sugieren que fueron excavados por… algo”, se lee en una publicación de Facebook.
¿Qué son estos misteriosos agujeros en el Atlántico?
La expedición intentó echar un vistazo al interior de los agujeros. Sin embargo, no pudieron descubrir si estas entradas se conectaban por debajo de la superficie del sedimento. Curiosamente, los investigadores solicitaron a los internautas proponer teorías sobre el origen de los misteriosos agujeros perfectamente alineados en el Atlántico.
Como sucedió con la Antena Eltanin, surgieron toda clase de historias locas intentando descifrar su naturaleza. Un internauta publicó: “fueron los extraterrestres, no tengo pruebas, pero tampoco dudas”. Otra persona indicó que probablemente eran “ventilas hidrotermales” que posibilitaban la salida de gases provenientes del volcán.
“Una nueva especie de cangrejo que se oculta bajo agujeros rectangulares y caza en bandadas lineales, acechando hasta que la presa cae en sus garras”, sugirió otro internauta. En una publicación posterior, los científicos de la NOAA hacen ver que los agujeros probablemente tengan un origen biológico.
Para describir a los agujeros emplearon el término “lebensspuren”, que se puede traducir como “rastros de vida”. Los lebensspuren son una reminiscencia de icnofósiles presentes en rocas marinas profundas.
Yo no fui lo juro