Milagro del Marne: los taxis que salvaron París

Era la noche del 6 de septiembre de 1914 cuando, para sorpresa de los parisinos, una flotilla compuesta por centenares de taxis, que habían sido decomisados por soldados armados en las calles de París, se aglomeraban sobre el Boulevard des Invalides. Algunos habitantes de la ciudad observaban aquella escena completamente extrañados pues no era común ver estas unidades del transporte público a esas horas de la noche, y muchos empezaron a prepararse para dejar la ciudad temiendo una invasión alemana en el marco de la Gran Guerra.

Taxis en paris rumbo a la batalla del marne

Sin embargo, aquellos automotores eran preparados precisamente con el objetivo contrario: los enviarían al frente de batalla para fortalecer la defensa francesa con 6,000 soldados, una maniobra que pretendía detener a los invasores ubicados a 60 kilómetros de la capital y salvar a Francia.

El autor de la idea, Joseph Gallieni, que en aquella época se desempeñaba como gobernador militar de París, habría dicho con un tono de ironía «al menos no es un lugar común«. Y no sólo fue originalidad en la guerra, pues la victoria de Francia en la Primera batalla del Marne le dio la vuelta al conflicto y terminó prolongándolo hasta la derrota de Alemania en 1918, un hito que pondría al motor de combustión interna como la figura central en el arte de hacer guerra.

 

El Plan Schlieffen.

Para septiembre de 1914, gracias a una estrategia planeada desde 1905 que llegó a ser conocida como Plan Schlieffen, Alemania estaba a casi nada de vencer a Francia. Desde el siglo XIX, los alemanes venían siendo atormentados por una pesadilla: salir victoriosos de una guerra en dos frentes, en Rusia y Francia. Alfred von Schlieffen, jefe del Estado Mayor alemán a comienzos del siglo XX, estimó que a los rusos les tomaría mes y medio desplegar a sus tropas. En este lapso planeaba derrotar a los franceses.

Soldados marchan a la batalla del marne

Los alemanes atacarían por el nordeste de Francia, enviarían al 90% de sus hombres rumbo al sur, harían una curva y sorprenderían por la retaguardia a parte del ejército francés que iría rumbo a Alsacia y Lorena.

El avance alemán fue intempestivo, derrotaron a los belgas con suma facilidad y empujaron a británicos y franceses a territorio de Francia. Los alemanes se instalaron en las inmediaciones de París, en lo que parecía una nueva versión de conflictos europeos previos, resueltos con rapidez. El 5° y 6° Ejército de Francia, acompañado por la Fuerza Expedicionaria Británica, habían estado retrocediendo durante diez días hasta que se establecieron al sur del río Marne. El gobierno francés abandonó París y evacuó a 100,000 personas.

La ciudad se preparaba para el asedio y una probable rendición. En un mensaje del Oberste Heeresleitung enviado a sus tropas en territorio francés se especificaba que «la intención es obligar a los franceses, a partir de París, a dirigirse al sudeste. El 1° Ejército se hará cargo de la protección del flanco«.

Paris tras el bombardeo aleman

El general Alexander von Kluck, a la cabeza del 1° Ejército alemán, consideró que la maniobra era muy complicada y arriesgada. Para hacer efectiva la protección del flanco y garantizar la comunicación con el 2° Ejército, comandado por el general Karl von Bulow, von Kluck necesitaba al menos cuatro divisiones en el ala derecha alemana, cosa que no existía.

 

La contraofensiva de Francia.

Un improbable candidato a héroe llamado Joseph Gallieni vio su oportunidad. Este sujeto ni siquiera debería haber estado en ese lugar. A comienzos de 1914 lo habían enviado a la reserva y lo volvieron a convocar en agosto, cuando estalló la guerra. Enfermo, con sus característicos bigotes gruesos y canosos, lentes metálicos redondos, y famoso por su falta de elegancia, solía vérsele con un uniforme largo desabotonado.

Joseph gallieni
Joseph Gallieni

En aquel mes de septiembre de 1914, aparentemente el destino le tenía preparada una gran humillación como el excomandante que había entregado París a los invasores.

Gracias al reconocimiento aéreo hecho por biplanos pioneros en la guerra, Gallieni concluyó que tenía oportunidad de lanzar un ataque sobre las tropas alemanas a través del blanco desprotegido para frenar su avance. El general buscó convencer a los británicos de la viabilidad de esta táctica, pero nadie tomó en serio al «comediante», como solían referirlo algunos.

Incluso el comandante en jefe del Ejército francés, el general Joseph-Cesáire Joffre, planeaba la retirada al sur dejando a París prácticamente indefensa. Sin embargo, un telegrama enviado por el gobernador terminaría convenciendo a Joffre de llevar a cabo el contraataque. Más tarde, Gallieni refería este golpe de suerte como «Mon coup de téléphone» («mi golpe de teléfono»).

Primera batalla del Marne.

Se trató de una contraofensiva convencional, todavía sin la participación de taxis. El 6 de septiembre, el general Michel-Joseph Maunoury dirigió a 150,000 hombres en un ataque al flanco derecho de las tropas alemanas que terminó abriendo una brecha en las líneas enemigas. En esa brecha entre el 1° y 2° Ejército alemán, ingresó la Fuerza Expedicionaria Británica. Mientras tanto, el 5° ejército de Francia atacaba al 2° Ejército alemán.

Escenario de la batalla del marne

La maniobra parecía funcionar hasta que un nuevo flujo de refuerzos alemanes amenazaba con quitarles el triunfo a los franceses de Maunoury. Francia tenía tropas de reserva, pero el sistema ferroviario había sido desmantelado y no quedaba tiempo para marchar al frente. Aparentemente, todo estaba acabado.

 

Taxis a la guerra.

Pero Gallieni no perdió la esperanza. Mientras se encontraba en el cuartel de Boulevard des Invalides, en torno a las 8 de la noche del 6 de septiembre, el viejo general recordó a la flotilla de taxis que habían reservado para una eventual retirada. ¿Por qué no emplear el transporte para trasladar soldados hasta el frente en lugar de huir? Entonces, ordenó que se decomisaran todos los taxis en circulación (los registros históricos varían de las 600 a las 3000 unidades).

Renault ag1 fiacre 1914
Renault AG1 Fiacre 1914, el modelo que participó en el conflicto.

Los militares franceses se dirigieron directamente a las calles, paraban a los vehículos que encontraban, solicitaban a los pasajeros que descendieran y ordenaban al conductor que se dirigiera a Boulevard des Invalides. Antes, les aseguraron que el viaje sería pagado.

Aproximadamente 2 horas después, aquel boulevard estaba repleto de taxis. El primer convoy se dirigió a una ciudad cercana llamada Tremblay-Les-Gonesse. En el transcurso del día 7 de septiembre, los taxis fueron agrupados en otros puntos y, al amparo de la noche, dirigidos por el propio Gallieni caminaban en grupos hacia el frente a alta velocidad (al menos para aquella época). La madrugada del día 8 de septiembre arribaban al lugar donde las tropas alemanas amenazaban con retomar el avance. Aquella batalla produjo un aproximado de 250,000 bajas del lado francés y un número similar entre los alemanes, con otros 12,000 muertos del grupo británico. El 9 de septiembre, los alemanes emprendieron la retirada.

Estatua a joseph gallieni
Estatua en honor a Joseph Gallieni.

Joffre celebró la victoria en un telegrama dirigido al Ministerio de Guerra: «en todos lados el enemigo retrocede. Los alemanes abandonan prisioneros, heridos y material». En el mensaje no hubo referencia alguna a los «taxis del Marne» o sobre Gallieni. Los conductores regresaron a París donde les pagaron la corrida.

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