Mi viaje a un mundo desconocido en Puebla

Un sábado del mes de enero de 2023, después de salir del trabajo, algunos de mis compañeros y yo nos encaminamos a tomar unas cervezas en un bar cercano a la empresa. Este bar está cerca de la central camionera de Puebla, en México, conocida como CAPU. Pedimos un Tritón de cerveza oscura, que consistían en cuatro caguamones en un recipiente.

viaje a un mundo desconocido

Mientras degustábamos la cerveza platicábamos de todo y nada, hasta que llegó la hora de despedirnos. Confieso que ya estaba algo picado, pues entre cuatro personas consumimos tres tritones. Pero, no estaba ebrio y recuerdo todo a la perfección. Aproximadamente a las ocho de la noche, me despedí y salí a buscar un taxi que me llevara a casa.

Conocía perfectamente el trayecto, pero en un momento dado empecé a dudar de si el taxi iba por el camino correcto.  Le pregunté al chofer y me dijo que íbamos bien, pero mis sospechas no desaparecieron. Decidí que me dejara en un lugar cercano, ya que no estaba seguro de dónde estaba. Además, no quería seguir avanzando en una dirección desconocida.

Aquí es donde las cosas empiezan a ponerse raras…

Tras bajarme del taxi me encontré en un lugar desconocido, un boulevard con un camellón en medio y nada más que campo a su alrededor. Esperé a que pasara otro taxi para pedir que me llevara a casa, pero lo que vi a continuación me dejó desconcertado. En lugar de taxis negros, que son los comunes en Puebla, solo pasaban unidades de color rojo. Y sobre el toldo exhibían un letrero que decía “taxi”. A pesar de que estaban vacíos, ninguno se detuvo cuando le hice la parada.

Finalmente, uno de estos taxis rojos se detuvo y le pedí que me llevara a mi colonia. El chofer me miró extrañado y me dijo que no conocía esa zona. Intenté utilizar mi teléfono para encontrar la ubicación en Google Maps, pero mi celular tampoco encontraba la colonia. Entonces, se me ocurrió decirle que me llevara de vuelta a la dirección de mi trabajo. Creí que estando en la central camionera de Puebla me ubicaría fácilmente.

ciudad lugubre

Al llegar, me di cuenta de que en realidad era un campo desolado con una construcción tipo bodega. Le reclamé al chofer que ese no era el lugar correcto, pero él me miró extrañado y me preguntó si me sentía bien. Me dijo que de ese lugar salían autobuses a distintos destinos del país. Para ese entonces ya estaba muy nervioso y preocupado por no saber cómo regresar a casa.

Después de pagarle, bajé del taxi y me encontré en un lugar que guardaba cierto parecido con el sitio donde me bajé antes. Sin embargo, ahora estaba esa construcción que según me dijeron era la central camionera. Al observar un transeúnte, le pregunté por la central camionera. La persona me miró con asombro y me señaló la construcción, confirmando que ese era el lugar que buscaba.

Desesperado, intenté hacer varias llamadas a conocidos para pedir ayuda. Pero todas iban a buzón o decían que el contacto no existía. Los mensajes tampoco salían de mi teléfono. Además, al intentar acceder a mi cuenta de Facebook, me decía que mi contraseña no era correcta, a pesar de que siempre tengo la sesión abierta.

Tomé otro taxi rojo y le pedí al conductor que me llevara a la colonia Bosques, que estaba cerca de mi casa. Le indiqué que me dejara en el Soriana de Bosques, un punto de referencia desde hacía más de diez años. El taxista me dijo que en Bosques no había ningún Soriana, lo que me desconcertó por completo.

Yo conocía esa colonia y sabía que el Soriana era un punto de referencia para todos los vecinos. Afortunadamente, el conductor me describió la colonia y confirmó que era la misma a la que yo quería ir, aunque me dejó en claro no había ningún Soriana en ese lugar. De cualquier forma, le dije que me llevara ahí.

Finalmente, llegué a la colonia atravesando un puente, a altas horas de la noche. Me llamó la atención la cantidad de gente y negocios que estaban abiertos a pesar del horario. Pero, lo que más me perturbaba eran las sonrisas extrañas en los rostros de la gente y la delgadez extrema de los perros callejeros. Además, todo el tiempo escuché una música de fondo que parecía ser de gaitas.

viaje a un mundo desconocido en Puebla1

Cuando pasé junto a un negocio con veladoras encendidas que parecía vender carbón, una anciana me señaló, gruño y gritó. Inmediatamente, una mujer extremadamente sucia salió del interior cargando un ave negra. Esto me hizo sentir aún más incómodo.

Estaba muy nervioso y desorientado, así que quería salir de ese lugar lo más pronto posible. Sabía que tenía que atravesar una autopista para llegar a casa, pero nunca la vi. Llegué a mi cuadra y me topé con el gimnasio y la farmacia de siempre, pero al acercarme, me percaté de que la farmacia era en realidad una panadería.

Pero no quedaba duda de que esa era mi calle. Todo lo demás estaba igual.Al llegar a casa, mi jefa estaba viendo la televisión, lo cual era raro pues ya casi era la 1 de la mañana. Le conté mi aventura, pero no me creyó. Me acosté a dormir, muy cansado y confundido.

Al día siguiente, revisé mi celular y encontré mensajes de las personas a las que estuve marcando. Inexplicablemente, todos los mensajes que envié se borraron. Además, mi cuenta de Facebook se abrió sin ningún problema, a pesar de que la noche anterior tuve problemas con mi contraseña. Revisé mi cartera y encontré que solo gasté 180 pesos, algo imposible si tomamos en cuenta los Tritones y todos los taxis que tomé.

No sé qué pasó esa noche, pero lo recuerdo claramente. No quería quedarme con esta historia sólo para mí, porque es real. ¿Habré visitado un mundo paralelo? ¿O viajé en el tiempo? No lo sé, pero no puedo explicar lo que sucedió.

Esta es una historia que nos compartió el lector Leonardo Carrasco en un comentario de Viajes a universos paralelos: Sietemás. Él asegura que es auténtica.

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6 comentarios en «Mi viaje a un mundo desconocido en Puebla»

  1. Este tipo de relatos me encantan, personalmente a mi nunca me ha pasado nada paranormal pero seria genial que mas usuarios se animen a mandar sus historias para que Hery (si quiere xd) las comparta acá

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  2. En vez de decir Bosques de San Sebastian, tal vez dijo Bosques de Manzanilla, por eso el taxista decia que no hay Soriana ahí. De lo demás, si esta extraño, seguramente sea el efecto del alcohol que hizo que todo el viaje se tornara extraño, lo curioso es que las ubicaciones que dice, algunas si coinciden.

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