Leyendas urbanas tenebrosas alrededor del mundo

Leyenda del Espantapájaros.

Se dice que durante el año 1967 en los Estados Unidos, un grupo de estudiantes de una Universidad solía entretenerse tomando al joven menos popular de la escuela para golpearlo y atarlo en medio del campo vestido de espantapájaros. El pequeño detalle, es que en una oportunidad el maltrato se les fue de las manos, dejando al joven muerto.

Tres años mas tarde, nuevamente el alumno menos popular se transformó en la víctima, acabando en el medio del campo durante la noche, hasta que fuera rescatado por un joven golpeado que no emitió ni una palabra.

Sumamente agradecido y aliviado, el chico se fue a su casa y al día siguiente al volver al colegio notó que dentro del mural de los estudiantes fallecidos, se encontraba el joven que lo había ayudado la noche anterior.

Claro está que desde ese momento nadie volvió a realizar esto a sus compañeros, por temor a una nueva aparición del joven.

La leyenda de Rufina Cambaceres.

 

Esta leyenda es una de las mas fuertes que se conocen sobre el Cementerio de Recoleta, en Argentina. Rufina Cambaceres tiene dentro de este una escultura donde se ve a la joven hija del escritor argentino Eugenio Cambaceres. Este se casó con una bailarina italiana Luisa Baccichi, con quien tuvo una única hija.

Cuando Cambaceres murió, Luisa y Rufina quedaron solas. La niña se volvió introvertida y solitaria, algo que se marcó aún mas cuando su madre se convirtió en la amante del futuro presidente Hipólito Yrigoyen.

Rufina ya tenía 14 años, era una joven hermosa y a pesar de que muchos jóvenes la “perseguían” ella los trataba con indiferencia. El 31 de mayo de 1902, cumpleaños número 19 de Rufina, la madre organizó una enorme fiesta para luego ir a escuchar música lírica al Teatro Colón, el mas importante del país.

Al terminar la fiesta y antes de partir al Colón, Luisa escuchó un grito aterrador de una mucama, fue a la habitación de Rufina y la encontró muerta. Un doctor confirmó que fue un síncope. El día siguiente Luisa e Hipólito Yrigoyen la sepultaron en el Cementerio de Recoleta.

Un tiempo mas tarde, un cuidador de esa bóveda, avisó que encontró el ataúd de Rufina abierto y con la tapa rota. Acá comenzaron las diferentes versiones:

La oficial declara que fue un robo, ya que la niña fue sepultada con sus mejores joyas. Sin embargo, Luisa vivió torturada por la convicción de que su hija había sufrido catalepsia y fue sepultada viva.

La leyenda cuenta que arañando el cajón Rufina logró salir y ver el cementerio. Pero las puertas de la bóveda estaban cerradas, lo que la hundió en la desesperación y volvió a morir por un ataque al corazón. Es así como una estatua hoy la representa con la mano aferrada a la reja de la bóveda, tratando de abrirla.

Sobre el momento de su muerte, se dicen muchas cosas, desde que fue catalepsia, hasta que se supone que una amiga le contó mientras se arreglaba para el teatro, que su novio era también el amante de su madre. El impacto de este hecho le generó el síncope.

La leyenda del silbón.

 

Se cuenta en los llanos de Venezuela y Colombia la historia del Silbón, un muchacho que tras asesinar a su padre está condenado a vagar por el mundo cargando con un saco lleno con los huesos de su progenitor.

Hay dos historias diferentes que narran la truculenta historia del Silbón. La primera explica que el chico asesinó a su padre después de enterarse de que éste se había acostado con su mujer.

La segunda, mucho más cruel, dice que el Silbón era un muchacho cruel y malcriado que mató a su padre para comerse su hígado y corazón, después de que éste no pudiera cazar el venado que a su hijo se le había antojado almorzar.

El Silbón, como su nombre indica, emite un silbido característico por el que es fácilmente reconocible. Si el silbido se escucha cercano, no hay peligro, ya que el Silbón está lejos.

Pero, ¡ay de aquél que escuche lejanamente el silbido! Eso significará que este ser está cerca, casi tanto como la muerte del desgraciado que haya oído el silbido…

El cadejo.

 

Las historias sobre perros infernales también tienen su hueco entre las tenebrosas leyendas latinoamericanas. Así, en Centroamérica se asusta a los niños con el Cadejo, un can endemoniado que avisa de su presencia con el ruido de unas cadenas invisibles que se arrastran.

A pesar de su inquietante aspecto- colmillos enormes, pelo hirsuto y ojos inyectados en sangre-, no es un mal bicho y, según la leyenda, se encarga de que los borrachos lleguen sanos y salvos a su casa, protegiéndoles de otros seres naturales que sí tienen muy mala intención.

Se dice que existen dos tipos de Cadejo, el blanco y el negro. El primero viene de antiguas tradiciones precolombinas que se basan en la idea de que todo ser humano tiene un animal de compañía que le acompaña haciendo las veces de ángel de la guarda.

El negro, en cambio, es un augurio de muerte y mala suerte…

La patasola.

Otra figura femenina cuya historia provoca escalofríos en Colombia es la Patasola, una mujer con una sola pierna terminada en pezuña, un solo pecho, una gran boca y la nariz en forma de gancho.

Esta horrible criatura fue en su día una hermosísima muchacha a la que por libertina, los hombres de su pueblo le cortaron la pierna antes de arrojarla viva a la hoguera. En venganza, se alimenta de hombres a los que atrae hacia lo más profundo del bosque engatusándoles con su canto…

La Tulivieja.

 

Esta leyenda de Panamá cuenta que hace mucho tiempo, cuando los espíritus aún convivían abiertamente con los humanos, uno de ellos sedujo a la chica más bella de la comarca.

De sus amores prohibidos nació un bebé al que su madre ahogó en el río nada más nacer, para ocultar su pecado.

Sin embargo, no pudo librarse del castigo de Dios, que la convirtió en un monstruo horrible, con la cara llena de unos agujeros de los que salen largos pelos duros como cerdas y que en lugar de manos tiene garras, el cuerpo de gato y las patas de caballo.

La Tulivieja está condenada a buscar a su hijo muerto por toda la eternidad y por eso vaga por las orillas de los ríos, llamando a su bebé emitiendo un sonido parecido al de las aves.

Las noches de luna llena recupera su forma original y se le puede ver, bellísima, bañándose en el agua. Sin embargo, al menor ruido recupera su horrible forma y vuelve a ser la Tulivieja.

La leyenda de la dama blanca.

Nace en otoño del año 1750, momento en el cual un cazador llegó al bosque del castillo en busca de una de sus presas. Desde allí vio un carro llevado por caballos negros que transportaba sirvientes y un escolta.

Se detuvieron cerca, y uno de ellos comenzó a cavar, mientras dos mas desde el carro transportaban una joven vestida con seda y con un arreglo floral en el pecho. La mujer se aferró fuertemente de los hombres mientras ellos continuaban arrastrándola.

El espectador se sorprendió aun mas cuando notó que quienes la transportaban eran sus propios familiares, quienes le decían que ya no era un miembro de la familia y que debía pagar. Así fue como la joven terminó en el pozo y ellos comenzaron a taparla con tierra nuevamente.

El cazador fue hacia su casa y le contó a su mujer lo que había presenciado. Por supuesto ella le recriminó su cobardía y le ordenó ir ambos a ayudar a la joven o desenterrarla, a lo cual contestó que temía ser descubierto y tomado por el asesino. Así decidieron ir directamente al castillo para hablar con el Señor de Trécesson.

Éste los recibió y les pidió que lo llevaran al lugar. Lo hicieron, cavaron y descubrieron el rostro pálido y horrorizado de la joven. En la actualidad, el vestido de la joven permanece en la capilla del Castillo. Jamás se supo nada de sus asesinos o de los motivos.

Quizá te interesa:

21 comentarios en «Leyendas urbanas tenebrosas alrededor del mundo»

  1. uuuuuuuuuuuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
    esas leyendas me hicieron temblar de miedo ya que estaba medio oscuro
    aunque algunas nada
    los quiero

    Responder
  2. La primera es la mas popular…El cuervo cada año, hasta que llega clark kent atado al poste con kryptonita, lo salva lex y corre a salvar a los que lo ataron y ahi empieza smallville.

    Responder

Deja un comentario