La Tierra está a salvo de asteroides hasta el próximo siglo

Ocasionalmente, los medios sensacionalistas advierten sobre el paso de asteroides peligrosos próximos a la Tierra. Sin embargo, para los astrónomos el tema resulta tan interesante que ya proyectaron un mapa con las trayectorias de estos cuerpos celestes para los próximos mil años. Aunque, es importante aclarar que no pueden “adivinarlo” todo.

Tierra esta a salvo de asteroides1

Este año ha sido intenso en lo que respecta al tráfico de asteroides: por ejemplo, en enero se divulgó el paso de un asteroide del tamaño de un automóvil muy cerca de Sudamérica. Y en fechas más recientes se siguió de cerca un asteroide del tamaño de un edificio que pasó entre la Tierra y la Luna, aunque este evento tiene una periodicidad de diez años. Y todos estos casos, al igual que anteriores, están sirviendo para realizar entrenamientos de defensa planetaria.

Porque el tránsito de asteroides cerca de nuestro planeta es algo habitual, siendo la gran mayoría pequeños cuerpos que no representan mayor amenaza. Irremediablemente, algunos de esos asteroides terminarán colisionando con la Tierra (como sucedió en el pasado), mientras que otros seguirán su camino de largo.

Los astrónomos ya tienen bien identificados a los asteroides de más de un kilómetro de diámetro que rondan nuestro vecindario cósmico. Y es que un objeto con estas dimensiones es capaz de devastar ciudades enteras, incluso generar daños catastróficos en los ecosistemas del mundo entero. Resulta poco probable que en el futuro próximo un asteroide destruya la Tierra. Pero, ¿sucederá?

El mapa de los asteroides del próximo milenio.

Para intentar aclarar esta duda, un equipo de astrónomos trazó un mapa con la ruta de los asteroides para el próximo milenio. La introducción del estudio ya advierte que no existen amenazas significativas para el próximo siglo. De hecho, en los próximos cien años la Tierra no enfrentará una colisión peligrosa con ningún asteroide. Después de eso… hay que mantenerse alerta. Los expertos no observaron indicios de algo peligroso, pero predecir las órbitas de estos objetos más allá del próximo siglo resulta complicado.

Y es que en algo tan complejo como la dinámica orbital, pequeños cambios pueden desencadenar grandes efectos en escalas de tiempo mayores. Por ejemplo, bastaría una pequeña diferencia en la cantidad de luz solar que recibe un asteroide para alterar su trayectoria. Lo mismo sucedería con un pequeño “empujoncito” de Júpiter. En el transcurso de varios milenios, estas pequeñas variaciones podrían llevar a que el asteroide en cuestión termine colisionando con nuestro planeta.

En un intento por superar esta limitación, el equipo se enfocó en la distancia mínima de intersección orbital (MOID), una medida que evalúa las colisiones más probables entre un asteroide y la Tierra. Una cifra que se va alterando conforme pasan los siglos y milenios. Los astrónomos realizaron simulaciones para mapear el mayor número posible de trayectorias orbitales en el transcurso del próximo milenio. Por supuesto, tomando en cuenta las incertidumbres de las actuales posiciones orbitales y velocidades de estos objetos.

Asteroides peligrosos.

Entre esas simulaciones, se identificaron 28 asteroides que tienen cierta probabilidad de impactar con la Tierra. Las estimaciones sugieren que todos pasarán a una distancia menor de la que nos separa de la Luna. Según los astrónomos, el más peligroso sería el asteroide 7482, el objeto con mayor probabilidad de impactar nuestro planeta. En el transcurso del próximo milenio, este cuerpo celeste estará muy cerca de la Tierra. Sin embargo, no existe certeza alguna de que impactará con la misma.

Otro al que hay que tener bien vigilado es el asteroide 143651, un objeto sobre el que resulta imposible predecir su localización exacta debido a su “órbita tan caótica”. De hecho, el equipo ni siquiera pudo identificar si este asteroide representaba algún peligro para la Tierra. En conclusión, los astrónomos consideran que ninguno de los objetos analizados impactará con nuestro planeta, ni en los próximos cien años, ni en los próximos mil años. Aunque, siempre hay que estar atentos.

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