La “momia que grita” murió de ataque al corazón hace 3 mil años

La “momia que grita” llamó mucho la atención de los arqueólogos por la peculiar expresión inmortalizada en su rostro. Sin embargo, hasta hace poco un grupo de historiadores egipcios se propuso revelar la causa de muerte de esta mujer. Según las conclusiones de una nueva tomografía computarizada practicada al cuerpo, esta momia con la boca abierta que pereció hace más de 3,000 años sufrió un ataque cardíaco.

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Meritamun.

La momia se localizó en 1881 al interior de un complejo de templos funerarios llamado Deir el-Bahari, ubicado en la ribera occidental del río Nilo, en la ciudad de Luxor. Aunque los egiptólogos localizaron la inscripción “Meritamun” en el material que cubría a la momia, resultó imposible rastrear su identidad.

Y es que varias princesas del Antiguo Egipto se identificaban con el término Meritamun. Incluso la hija de Seqenenra Taa​, el penúltimo rey de la 27a dinastía que gobernó alrededor del 1558 a.C. El faraón Ramsés II, quien gobernó en torno al 1279 a.C. también tenía una hija a la que llamaban Meritamun.

Junto a esta momia se encontró el cuerpo del príncipe Pentaur, hijo de Ramsés III, a quien forzaron a cometer suicidio como castigo por su participación en una conspiración contra su padre.

El nuevo estudio de la “momia que grita” quedó a cargo de Zahi Hawass, un egiptólogo ex ministro de Antigüedades de Egipto, y Sahar Saleem, profesor de radiología en la Universidad del Cairo especialista en momias. Según las conclusiones de estos investigadores, en el cadáver se localizaron indicios de aterosclerosis y placas de grasa en los vasos sanguíneos.

La conclusión del estudio.

Por eso, los científicos creen que esta mujer murió sola, víctima de un ataque cardíaco. Probablemente la encontraron varias horas después, cuando su cuerpo ya presentaba rigor mortis. Es por eso que su mandíbula quedó abierta y los embalsamadores no pudieron hacer mucho para corregirla.

“Por eso, los embalsamadores no pudieron cerrarla [la boca] no contraer su cuerpo, como se hace con otras momias, preservando la expresión facial y la postura de su muerte”, señalan los especialistas.

Pero, algunos investigadores que no participaron en el estudio ponen en tela de juicio estas conclusiones. Argumentan que la rigidez del cuerpo sólo dura unos días, mucho menos tiempo del que requiere la momificación. Andrew Wade, investigador de momias de la Western University, en Canadá, sugiere que “los vendajes alrededor de la mandíbula no fueron suficientemente apretados para mantenerla cerrada. [La mandíbula] tiende a quedar en una posición abierta si se deja a su suerte”.

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