La batalla para liberar la canción “Happy Birthday” contada en un documental

Quizá hace algunos años te enteraste de la historia a través de los noticieros: la canción “Happy Birthday”, que todos creían de dominio público, tenía derechos de propiedad por parte de la empresa Warner/Chappell, quienes demandaban pagos por regalías en cada interpretación pública que se hacía de la canción.

pastel de feliz cumpleaños

Hace unos días, la canción pasó a ser de domino público gracias a una extensa batalla legal promovida por la directora de documentales Jennifer Nelson.

Esta pelea inició hace algunos años cuando a Nelson la obligaron a pagar $1,500 dólares por usar la canción “Happy Birthday” en un documental – ese era el precio por licencia para la canción, en ese entonces protegida por derechos de autor.

Aunque no lo creas, la “canción más popular del mundo”, cuyos orígenes se remontan al lejano año de 1893 aún tenía derechos de autor. Fue por esto que Nelson presentó una demanda colectiva contra la Warner/Chappell Music (una empresa subsidiara de Warner Music), el grupo que afirmaba tener los derechos por “Happy Birthday”, y ganó.

Nelson y sus abogados demostraron que, de hecho, la empresa no tenía ningún tipo de derecho sobre la canción, cuya melodía fue realizada por las hermanas Mildred y Patty Hill en Kentucky, Estados Unidos en 1893. El pasado 30 de junio un juez aprobó una indemnización de USD$ 14 millones con lo cual la canción regresa al domino público.

En este nuevo cortometraje documental publicado por The Guardian, Nelson nos cuenta la historia de la canción y su travesía de cuatro años para devolver “Happy Birthday” al mundo.

Se estima que la empresa ganaba alrededor de USD$2 millones al año por licencias sobre la canción.

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5 comentarios en «La batalla para liberar la canción “Happy Birthday” contada en un documental»

  1. Ojalá tuviera derechos de autor, al igual que las mañanitas, deberían estar prohibidas por lo horribles que están. Y más cuando las canta Cepillín….o Pedro infante… Así es, creo que en el fondo odio a todo el mundo. jajajaja

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