Kambó, el polémico ritual de sanación que podría matarte

El kambó es un antiguo rito amazónico que supuestamente tiene efectos de limpieza y mejora de la salud en general. Consiste en inocular secreciones de una rana venenosa en el cuerpo del interesado. Desde hace mucho tiempo, este ritual de limpieza es motivo de controversia por los graves efectos secundarios que supone estar en contacto directo con el veneno de la rana mono grande (Phyllomedusa bicolor).

Kambo ritual1

El veneno empleado en el kambó se extrae directamente del dorso de esta especie de rana que se encuentran en toda la Amazonía. Recientemente, el debate sobre la práctica se reavivó a causa de una investigación en Australia sobre las muertes de dos individuos no relacionados que fallecieron poco después de intentar el kambó. Y es que, dependiendo de la persona, las consecuencias de inocularse veneno de rana a veces pueden ser fatales o perjudiciales para la salud.

El milenario ritual del kambó.

En el Amazonas, las poblaciones locales vienen usando esta ceremonia chamánica desde hace milenios para curar y purificar el cuerpo. Y más recientemente, los médicos naturópatas han respaldado las supuestas propiedades purificantes del kambó. Sin embargo, la práctica puede resultar muy agresiva comparada con otras formas más suaves de purificación del cuerpo. Entre los efectos secundarios del ritual destaca el dolor de estómago, mareos, palpitaciones cardíacas, pérdida del control de esfínteres, náuseas, vómitos y diarrea.

Antes de llevar a cabo el ritual, se recomienda ingerir aproximadamente un litro de agua o sopa de yuca. Posteriormente, el individuo que dirige la ceremonia quema una serie de pequeños puntos en la piel de la persona que va a recibir el kambó. Generalmente, estas incisiones se hacen alrededor del hombro. Después que se forman ampollas, la piel superficial se retira para dejar la herida expuesta sobre la que se unta kambó. También conocida como sapo, esta sustancia es la secreción venenosa de la rana.

Supuesto ritual de sanación.

Los defensores del kambó aseguran que sirve como tratamiento para diversas enfermedades, incluida la diabetes, depresión, el cáncer, disfunción eréctil, la enfermedad de Alzheimer e incluso infertilidad. Aunque el kambó es objeto de investigación desde hace décadas, no existe evidencia médica que sustente los efectos positivos de esta práctica amazónica. Por otro lado, los efectos adversos son ampliamente conocidos.

Los efectos del veneno aparecen de inmediato, pues tan pronto como entra en contacto con la carne expuesta, la sustancia ingresa al torrente sanguíneo hasta alcanzar el sistema linfático. Los practicantes pueden comenzar a experimentar una variedad de efectos adversos, especialmente vómitos, durante períodos que varían entre 5 y 30 minutos. En casos raros, los síntomas se extienden por varias horas, conforme el veneno “recorre el cuerpo buscando las enfermedades”.

Después del kambó, los practicantes son obligados a beber abundante agua o té para desechar las toxinas restantes del organismo. Sin embargo, aunque se sigan las instrucciones al pie de la letra, existe el riesgo de vómitos y diarrea prolongados, espasmos musculares, convulsiones y otras complicaciones.

Dado que el kambó es básicamente veneno, su uso es ilegal en algunos países, pero legal en otros. Tal es el caso de los Estados Unidos, donde ni la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ni ninguna otra agencia de salud regulan su uso.

Desenlaces fatales con el kambó.

Durante la reciente investigación en Australia sobre el fallecimiento de dos personas, supuestamente a consecuencia del kambó, la ceremonia amazónica pasó por una revisión mediática y social. En 2019, Natasha Lechner organizó una ceremonia de kambó en su propia casa para intentar solucionar un severo dolor de espalda. La mujer perdió el conocimiento tras aplicarse kambó en el cuerpo y varios minutos después falleció. Irónicamente, apenas unos meses antes de su muerte, la mujer de 39 años se había “licenciado” como practicante de kambó.

Otro incidente involucró a Jarrad Antonovich, de 46 años, quien intentó el kambó durante un retiro en Byron Bay para curar algunas enfermedades crónicas. También falleció. Después del ritual, los testigos informaron que se veía muy mal. Diez horas después, ni siquiera podía moverse y su rostro lucía muy inflamado. Supuestamente ingirió ayahuasca antes de desmayarse a las 11:30 p.m., y los socorristas ya no pudieron hacer nada.

Pese a estos trágicos eventos, las personas todavía consideran recurrir a rituales chamánicos como alternativa al tratamiento médico convencional, especialmente si se sienten decepcionadas por este último. Además de los riesgos mencionados, es importante destacar que la aplicación de kambó debe realizarse por un practicante experimentado y capacitado. Pues la incorrecta manipulación de la sustancia puede aumentar los peligros asociados.

También es fundamental tener en cuenta que cada individuo reacciona de manera diferente a los efectos del kambó, por lo que los resultados y las experiencias pueden variar ampliamente. Es recomendable que las personas interesadas en participar en una ceremonia de kambó realicen una investigación exhaustiva y consulten con profesionales de la salud antes de tomar una decisión. Si bien existen informes anecdóticos de beneficios terapéuticos, es crucial equilibrar la búsqueda de alternativas con la seguridad y el conocimiento científico disponible.

Quizá te interesa:

1 comentario en «Kambó, el polémico ritual de sanación que podría matarte»

Deja un comentario