El juguete más peligroso jamás inventado

A.C. Gilbert fue un ciudadano estadounidense, emprendedor de una de las empresas más grandes de juguetes en el mundo. La GILBERT se fundó en el año de 1909, en la ciudad de Westville, en Connecticut, originalmente como una empresa que suministraba accesorios y herramientas para los espectáculos de magia. Fue hasta unos años después de la fundación de la compañía que comenzó la fabricación de juguetes, ingresó al mundo de las jugueterías con un set de construcción de puentes y otras estructuras.

A.C. Gilbert Toys

El producto fue muy bien aceptado por los consumidores y gozó de mucho éxito. Tiempo después, Gilbert lanzó sets de química, microscopía y laboratorios de energía atómica, no creo que sea necesario señalar que este último pudo haber sido el juguete más peligroso jamás inventado.

Sus paquetes de microscopía integraban partes de insectos, mientras que los de química les permitían a los niños emplear plomo fundido para crear sus propios soldaditos y, en el set de energía atómica, se contenían algunos tipos diferentes de uranio – algo muy común para que los niños desarrollen su creatividad y curiosidad, ¿verdad?

 

Seguridad cero.

Hoy, la mayoría de los juguetes cumplen características de seguridad que incluso parecen exageradas: bordes redondeados, colores brillantes, etiquetas de advertencia limitando la edad de uso e indicaciones sobre la utilización del producto.

A.C. Gilbert Atomic Energy

Hay avisos de seguridad del consumidor y extensas pruebas que se tienen que hacer para asegurarse que nadie saldrá lastimado con ese regalo que llena de alegría el cumpleaños de un niño. Además de esto, la atención de los padres en la actualidad es mucho mayor de lo que fue en el pasado, es muy común que revisen varias veces si el juguete representa un riesgo para el pequeño.

Pero no siempre fue así. Aquellos juguetes fabricados por la gigantesca A.C. Gilbert Company, que fue una de las principales jugueteras entre 1909 y 1964, en principio, mezclaban la diversión en un conjunto de nociones de arquitectura, ciencias y física de una forma didáctica. Pero después…

Por nada más que US $6.5 dólares, los niños podían comprar el Kit Gilbert Kaster. Este juego les permitía fabricar sus propios soldaditos con metal fundido, simplemente había que calentarlo a 200 grados Celsius y arrojarlo en unos moldes incluidos.

En los kits de microscopía, los niños podían elegir entre aquellos que incluían cosas como trozos de minerales o pedazos de insectos, todo listo para ser examinado bajo el microscopio.

 

Energía nuclear.

Pero los sets de química resultaban aún más peligrosos, a pesar de que a los niños les resultaban divertidísimos, jamás imaginaron los riesgos que estaban corriendo.

Con estos kits, los niños podían hacer experimentos con una mezcla y calentamiento de productos químicos, como el nitrato de sodio, cloruro de amonio y cloruro de cobalto, algunos incluso venían con diferentes tipos de cianuro.

A.C. Gilbert U-238

También estaba, como era de esperarse, el Kit Gilbert para soplar vidrio, que permitía a los pequeños fabricar sus propios tubos de ensayo, derritiendo y moldeando vidrio con un soplete. Pero lo peor aún estaba por venir. El producto Gilbert U-238 Laboratorio de Energía Atómica fue lanzado y, pese a haber durado poco tiempo, muchos niños disfrutaron de horas de diversión manipulando material radiactivo.

Los niños podían aprender a usar un contador Geiger (incluido en el kit) – un detector de radiación –, utilizar el mineral de uranio contenido en el kit (todo muy seguro), jugar con la cámara Wilson en miniatura y leer todo sobre materiales radiactivos en los documentos incluidos.

Existía también un folleto con un curso intensivo sobre cómo encontrar su propio uranio. El producto fue retirado del mercado debido a las denuncias de que era radiactivo y que representaba un peligro para los niños. La rareza y el peligro del juego se volvieron tan famosos tiempo después, que el objeto es actualmente uno de los más buscados por los coleccionistas, que pueden llegar a pagar un alto precio por él.

Fuentes:
Knowledge Nuts Scientific American

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14 comentarios en «El juguete más peligroso jamás inventado»

  1. Cierto que algunos juguetes están mal diseñados o con irresponsabilidad del fabricante. También depende de cómo se eduque al niño (si hay buena comunicación familiar, si se le enseña con afecto y no con castigos, etc.). Yo aprendí a fabricar pólvora en un libro de secundaria de los sesentas (nadie te acusaba de terrorista entonces), hice varios experimentos y nunca me lastimé ni a nadie más. Era un niño pero no era irresponsable. Aún así, el laboratorio atómico me parece algo excesivamente riesgoso.

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  2. Wow, hubiera matado por ese kit cuando era niño!
    Cierto que ahora suena medio loco, pero la gente no estaba aun tan conciente de lo peligrosa que es la radiacion aun en dosis bajas – vamos, creian que la guerra atomica no seria mucho peor que las de bombas usuales -.

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  3. Yo construí mi primer reactor nuclear en el cobertizo de mi casa a los 13 años. de haber sabido que existía este juguete, lo hubiera construido desde los 6.
    Por cierto, sigo esperando las marcianadas. Bazzzzinga

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  4. Era “otro tipo de uranio”, el uranio de nuestra época era mejor, hoy en día los juguetes son para niños tontos, en mi época nos enseñaban a ser premios Nobel (suspiro) ayyyy que tiempos aquellos! (Platica de un abuelo a sus nietos en la actualidad, lease como tal). 😝

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