Huellas en el piso de un monje que oró 20 años

Hay pocas personas que han dejado una huella en su vida como lo hizo el moje Hua Chi. Este devoto hombre se ha arrodillado para rezar tantas veces que las huellas de sus pies permaneces profundamente arraigadas y bien definidas en el piso de madera de su templo.

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Hua, que tiene aproximadamente 70 años, ha llevado a cabo un estricto ritual diario de oración en el monasterio de la ciudad de Tongren, en la provincia de Qinghai, Chica, dura los últimos 20 años de su vida.

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14 comentarios en «Huellas en el piso de un monje que oró 20 años»

  1. Pienso que es falso.

    ¿No debería de estar la madera saturada de grasa?, digo, hay una estatua de una vírgen hecha de mámol a la que luego de años y años de manosearle los pechos el mármol se ha manchado de la grasa que uno tiene en las dedos.

    Otra cosa, ¿el güey llegó volando o que pedo, porqué no está gastada la demás madera?.

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