Desde hace varios años, Khem Veasna amasa una multitud de fieles gracias a su discurso apocalíptico. A finales de agosto, empezó a congregar a miles de sus seguidores en su hacienda de Camboya. Este líder espiritual, político y vidente divulgó mediante su cuenta de Facebook que una inundación de proporciones bíblicas aniquilaría a los humanos.
Y que el único sitio seguro para protegerse de la violenta marejada era su hacienda. En respuesta, una multitud se congregó en las inmediaciones de Siem Reap, una ciudad al norte del país asiático. El gurú afirma recibir visiones de un agujero negro en su columna vertebral. “Mientras duermo, mi columna empuja con mucha fuerza, pues el mundo se está derrumbando y el agua fluye al agujero” escribió en Facebook.
Khem Veasna el líder espiritual del agujero negro.
Personas de toda Camboya y otras partes del mundo acudieron al llamado de Brahma, como prefiere ser llamado Veasna. El gobierno camboyano estima que unas 15 mil personas se instalaron en la propiedad del supuesto vidente, distribuyéndose en diversos campamentos por la zona.
Aunque los comercios locales celebran el “boom” económico producido por la afluencia de visitantes, se levantaron barreras para impedir que ingresen más personas. El gobierno, al que Khem Veasna ha criticado con dureza, exige a las personas abandonar la hacienda. Principalmente porque, ante una catástrofe climática a escala global, las tierras del vidente quedarían completamente bajo el agua.
Pero, la fe es más poderosa y los fieles de la secta se mantienen en el lugar, a la espera de que el “agujero negro” en la columna vertebral de su líder les diga qué hacer. Algunos expertos consideran que la increíble popularidad y poder de convocatoria de Veasna solo se explica por el enorme vacío que existe en el angustiante escenario político del país.
“Aunque a la oposición se le permitió cierto rango de acción, Camboya continúa siendo un país marcado por un extenso periodo de mandato de un único partido. Khem Veasna utilizó la política y el tema espiritual como plataforma, y congregó a sus seguidores para convertirse en una especie de movimiento social millennial”, señala Astrid Norén-Nilsson, profesora titular en el Centro de Estudios de Asia Oriental y Sudoriental de la Universidad de Lund.