En 1893, Chicago es sede de la Exposición Mundial de Columbia (popularmente conocida como Feria Mundial de Chicago). Se trataba de un evento internacional en el marco de la celebración de los 400 años de la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo en 1492. La organización del evento resultó tan majestuosa como las exposiciones.
La feria deslumbró a los visitantes con una enorme piscina, que representaba la larga travesía de Colón por el Atlántico. Abundaban las exposiciones de arte y arquitectura. El evento se convirtió en un símbolo para la imagen de Chicago y el optimismo industrial por el que atravesaba Estados Unidos.
Feria Mundial de Chicago: trampolín para el desarrollo.
Si tuvieras la oportunidad de viajar a los últimos años del siglo XIX, encontrarías una sociedad completamente distinta a la actual. Además de un peculiar estilo de vestir, las multitudes disfrutaban asistiendo a representaciones teatrales en vivo. Acudían regularmente a los espectáculos de orquesta, reuniones en museos, parques al aire libre y ferias. La Feria Mundial de Chicago era ese evento al que todos querían asistir. Pero, ¿exactamente qué involucraba la llamativa exposición?
Las ferias mundiales resultaron un rotundo éxito por toda Europa. Entonces, los estadounidenses querían repetir la fórmula en su territorio. La esencia de estos eventos era reunir diferentes estratos sociales: clase alta, clase media, etc. Tras la primera feria mundial celebrada en 1876 en Filadelfia, los líderes cívicos vieron una oportunidad única para impulsar el desarrollo.
Pretendían que los próximos eventos impulsaran los valores inmobiliarios, generaran ganancias y promovieran aquellas ciudades estadounidenses que prosperaron con el Movimiento Industrial.
El concurso para elegir sede.
A comienzos de la década de 1890, Washington, D.C, Chicago, San Luis y la ciudad de Nueva York presentaron sus proyectos para recibir la feria de 1893. En la recta final, la disputa se concentró entre Chicago y Nueva York. Los promotores financieros, entre los que se incluían William Waldorf Astor, J.P. Morgan y Cornelius Vanderbilt abogaban por que la feria se celebrara en Nueva York. De hecho, se comprometieron a aportar US$ 15 millones para solventar los gastos.
Por otro lado, Chicago recibía el patrocinio de millonarios mercantiles y empacadores de carne de la ciudad. Entre esos nombres figuraban los de Gustavus Swift, Philip Armour y Marshall Field. Eventualmente se les unió Lyman Gage, presidente de uno de los bancos más poderosos del Medio Oeste, quien prometió inyectar millones a la feria.
La elección de la sede, a cargo del Congreso de los Estados Unidos, determinó que Chicago era la ciudad idónea para la nueva exposición debido a su practicidad. Además de ubicarse en una zona céntrica, contaba con espacios lo suficientemente amplios y alojamiento para los turistas.
Atracciones en la Feria Mundial de Chicago.
La Exposición Mundial de Columbia se celebró del 1 de mayo al 30 de octubre de 1893. Y era la primera feria mundial donde se presentaban atracciones separadas por salas de exposiciones. En el evento podían encontrarse juegos mecánicos, incluida la original rueda de la fortuna (por eso se le conoce como rueda de Chicago).
En una de las salas exhibían reproducciones a escala real de los tres barcos de Colón (la Niña, la Pinta y la Santa María). También se instaló un cine comercial, elaboradas presentaciones musicales, avanzados desarrollos tecnológicos (la bombilla incluida), el primer pasillo rodante, un casino, un muelle frente a un lago y muchas atracciones más.
El polémico empresario de espectáculos William Frederick “Buffalo Bill” Cody, no recibió invitación a la feria, pero de todos modos se presentó. Instaló su espectáculo Buffalo Bill’s Wild West en las inmediaciones de la exposición. En esta oportunidad los actos de ilusión eran realizados por magos. Y los artistas vestían impresionantes diseños creados específicamente para esa feria.
El “Idaho State Building” del arquitecto Kirtland Cutter destacó entre las exhibiciones favoritas de la feria. Aquella rústica construcción de troncos fue visitada por aproximadamente 18 millones de personas. En el transcurso de la feria, los visitantes pudieron degustar novedosos inventos de la industria alimenticia: los chicles de Juicy Fruit, la crema de trigo y la cerveza Pabst Blue Ribbon.
Algunas estimaciones señalan que 30 millones de personas, provenientes de 46 países, visitaron la Feria Mundial de Chicago. Era un evento digno de ser recordado durante muchos años.
Pese al financiamiento privado y público del gobierno estadounidense, la feria todavía contaba con un gran déficit presupuestario. Durante la apertura aquel 1 de mayo de 1893, empezó perdiendo cantidades extraordinarias de dinero como sucedió con la exposición de Filadelfia diecisiete años antes.
La rueda de la fortuna.
Afortunadamente, las finanzas de la feria recibieron una bocanada de aire fresco en el mes de junio con la presentación de un novedoso invento. George Washington Gale Ferris, Jr., un magnate estadounidense del acero, introdujo la rueda de la fortuna. Aquella rueda con 80 metros de alto era una obra maestra de la ingeniería.
Lograba acomodar 2,160 ocupantes y costaba 50 centavos de dólar, el doble de lo que se pagaba por el acceso a la propia feria. La rueda de la fortuna se volvió tan popular que la trasladaron al lado norte de Chicago. Allí permaneció en funcionamiento hasta la Feria Mundial de 1904 en St. Louis, Missouri.
Moderaron mi comentario 😓 ni modo.
Hola Hery.
Me apena pedirlo, pero ¿podrías hablar en alguno de tus artículos sobre personajes como Popper, Jung, Freud, Focault?
No soy Patreon ni puedo, pero me gusta la página 😅.
Ya has hablado de algunos de ellos, incluso me gustan mucho los artículos donde hablas de Chomsky, pero me gustaría saber más y con tu estilo (no encuentro artículos sobre algunos de ellos).
Más adelante procuraré reseñar a estos filósofos o dedicarles un post individual. Sin lugar a dudas son historias de vida interesantes, aunque a menudo con finales tristes.