Mi familia es perseguida por alguien (Parte III)

Las cosas se mantuvieron tranquilas durante algunos meses, no aconteció nada extraño después de lo último. Me estaba volviendo loco por el hecho de no poder hacer nada. Me había esforzado en creer que la piscina en el dibujo era una metáfora para el lago, que esa persona jamás nos estuvo observando. Pero no sabía qué pensar en relación a los regalos el dibujo… lo que hizo con Roscoe. ¿Creen que eso era un regalo? Ya había entregado el dibujo del perro, así que no se refería a eso.

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También en aquella época los niños regresaron a la escuela, algo que me preocupaba bastante. Sin embargo, debía reprimir mis preocupaciones para no preocupar a mi esposa sobre las razones que me llevaban a mantenerme siempre cerca de los niños. Pero, como ya dije, afortunadamente nada sucedió en los primeros meses. Estaba en mi mayor época de paz antes que todo comenzará a ponerse peor. Y así llegó la época navideña.

Habíamos acabado de decorar nuestro árbol con todas las guirnaldas y demás. Tuvimos una hermosa cena en familia aquella noche, son recuerdos muy vívidos. Todo iba de maravilla. Los niños estaban muy emocionados con la llegada de la Navidad, mi mujer se encargaba de las compras navideñas en el centro comercial de nuestra ciudad. Nuestros hijos entregaban resultados perfectos en la escuela, mi esposa y yo prosperábamos en nuestras carreras y, lo más importante, el acosador no había vuelto a hacer contacto. La única cosa importante que sucedió en estos últimos meses fue la ocasión en que mi esposa me llamó la atención. Había notado que algo andaba mal por mi actitud general de preocuparme todo el tiempo, pero traté de restarle importancia. Conversamos durante un largo tiempo, pero al final de la conversación ambas partes resultamos satisfechas. Mi raciocinio era que si aquello se había terminado, ¿por qué debía sacar el problema a colación?

Aquella noche, todos fuimos a dormir contentos. Yo tengo un sueño particularmente pesado. Sin embargo, aquella noche me desperté alrededor de las 3:30 de la mañana. Generalmente cuando despierto con sed, simplemente lo olvido y me vuelvo a dormir. Pero por algún motivo, me levanté de la cama y fui hasta la cocina para tomar agua. Mientras regresaba por las escaleras, algo provocó que me volteara en dirección al árbol. La luz de la luna que provenía de la ventana iluminaba el árbol y fue ahí que lo vi. Había un regalo bajo el árbol. Rápidamente, pero en total silencio, caminé hasta allá y recogí el paquete. Era una caja pequeña, envuelta en papel verde con motivos navideños. Había una tarjeta y un listón. La tarjeta mencionaba “De: :)” y “Para: Katie”.

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Recuerdo haberme quedado allí parado durante algunos instantes, totalmente en shock. Aquel hombre había ingresado a mi casa. Antes de hacer cualquier otra cosa, recorrí toda la casa, todas las esquinas, para asegurarme que no seguía allí dentro. Revisé a mis hijos y después a mi esposa. Cuando me convencí de que todo estaba bien, en lo que pareció más de una hora de búsqueda por toda la casa, regresé al “regalo”. Rompí el empaque y abrí la caja. Al interior había un sobre y una cinta. Sí, una cinta de vídeo. Como esas que se usaban antes que los DVDs fueran inventados.

Abrí el sobre, ya sospechando de lo que se trataba. Otro dibujo de mi hija. Desdoblé el papel y en esta ocasión era una princesa que mi hija había dibujado. La princesa tenía un vestido color rosa, una tiara y una varita mágica. El hombre agregó lo que parecía un charco de sangre a sus pies, y en una de las esquinas un dibujo de él mismo sosteniendo lo que parecía ser un cuchillo. Aquello me puso bastante mal. No sabía si mi hija se había dibujado como una princesa, o si aquel hombre la había visto de aquella forma, no tenía cómo saberlo. Me deshice de la caja y la envoltura para que mi esposa no las encontrará, guardé la cinta y el dibujo en mis cosas del trabajo.

Al día siguiente fui a una tienda de antigüedades y adquirí una videocasetera, me costó tan sólo tres dólares, ¿pueden creerlo? Como sea, después me dirigí a casa mientras mi esposa e hijos aún no llegaban y fui directo al sótano, por si alguien llegaba antes de lo esperado. Conecté la videocasetera a una televisión antigua que habíamos arronzado en nuestra “sala de recreación” improvisada, y metí la cinta. Antes de oprimir el botón de reproducir, miles de cosas pasaron por mi cabeza. Lo único que sabía era que aquello que estaba a punto de ver no me iba a gustar. Esperaba ver una filmación de mi familia obtenida desde una posición oculta.

La primera escena era de un cuarto oscuro con una bufanda blanca colgada en la pared, uno de sus extremos tocaba el suelo, como un fondo verde. Una persona sale de la parte trasera, pero no se aleja lo suficiente como para poder ver su rostro. Se encuentra justo en el rincón izquierdo de la pantalla, solamente aparece su hombro derecho. Se escucha una especie de rechinido, como el de una puerta abriéndose. Entonces sigue un lamento. Es el llanto de una niña. Una voz indica “adelante” y una niña de entre 8 y 9 años aparece vestida como una princesa. Era una versión del dibujo de mi hija. Con un vestido rosa, tiara y una varita mágica. La pequeña camina hasta la bufanda y se voltea, de frente hacia la cámara. Las lágrimas escurren por su rostro. El hombre se dirige hasta la cámara y la toma de su lugar. Su voz inunda el tenebroso silencio que reina en mi sótano.

Rápidamente le susurra “hazlo, haz lo que tienes que hacer”.

La pequeña empieza a llorar de forma desmedida. Una mano aparece en escena y le da una cachetada a la niña. Aquello me hizo estremecer. La pequeña dejó de llorar y empezó a… “actuar”. Hizo una reverencia y se presentó como la princesa Penélope. Ese es el título del dibujo de mi hija. Entre balbuceos, empieza a decir que estaba feliz por haber sido salvada por su príncipe, y cómo la había llevado a un enorme castillo donde vivirían felices para siempre. Empezó a llorar nuevamente. La voz del hombre volvió a escucharse, severa, pero aún como un susurro.

“Continúa. Ahora”.

La niña poco a poco se va recomponiendo para continuar. “Mi… mi padre fue malo conmigo. No quería que mi príncipe me salvará”. Mi corazón se encogió. Sentí como si aquello fuera una alegoría sobre mi hija. La pequeña siguió “Por eso, ahora el príncipe me castigará porque mi padre no fue agradable con él”. La cámara es llevada de vuelta a su soporte inicial. El hombre se dirige hacia la niña mientras ella grita, y empieza a acuchillarla repetidamente.

No pude seguir viendo. El sonido era mucho peor. Aquellos gritos jamás saldrán de mi cabeza. El gruñido del hombre mientras hundía el cuchillo en el cuerpo fue algo que me marcó para siempre. Tuve que volver a ver, pues necesitaba saber quién era aquel hombre. Todas las partes de mi ser querían que fuera lo suficientemente idiota como para mostrar su rostro en el video, pero ya sabía que no sucedería. Y por supuesto, la suerte no estuvo de mi lado. De hecho, el hombre portaba una especie de máscara. Cuando terminó, caminó fuera del alcance de la cámara a propósito, dejando a cuadro solamente el cuerpo sin vida de la pequeña, y el video terminó.

Vomité. Varias veces hasta que no quedó nada en mi estómago. Lo primero que hice fue ir a la estación de policía. Informé todo lo que había sucedido hasta ese momento, desde el robo en el carro, el perro y hasta ese video. Ahora que existía un asesinato, que parecía legítimo y no escenificado, empezaron a tomárselo en serio. Les dije que no había dicho a mi familia sobre todos esos acontecimientos, algo con lo que estuvieron en total desacuerdo, pero dijeron que respetarían mi decisión. Me mostré muy agradecido por eso.

Llegué tarde a casa ese día y mi esposa me preguntó dónde había estado todo ese tiempo. Le inventé que había ido a una entrevista con un detective para un proyecto en el que estaba trabajando (soy escritor). Ella lo creyó. Esa noche me preguntó qué era lo que me preocupaba. Estábamos casados desde hacía años, así que sabía a la perfección cuando algo me perturbaba. Me vi obligado a inventarle cosas. Le dije que estaba frustrado con mi nuevo proyecto, que era algo muy complicado para desarrollar. Como la esposa maravillosa que es, me animó con unas lindas palabras, palabras que si verdaderamente hubiera necesitado, resolverían el problema en ese instante. Evidentemente, aquello pesó en mi conciencia. Fue la primera ocasión desde que empezó todo en la que me vi tentado a revelarle las cosas. Como ya lo mencioné, en el fondo yo quería hacerlo, pero por algún motivo de orgullo, me pareció mejor mantener todo en secreto. Si fuera ahora, se lo contaría todo desde el principio. Fue una época aterradora para mí, no estaba pensando correctamente.

Aproximadamente una semana después, el detective que estaba llevando mi caso llamó. Básicamente me dijo que no lograron encontrar nada. No tenían idea de quién era la niña en el video, y no parecía corresponder con ningún niño desaparecido en el archivo nacional. Evidentemente no lograron identificar el lugar donde fue filmada la cinta. Lo único que me pudieron decir fue que era una filmación reciente debido a un empaque de cigarrillos que aparecía en la segunda escena, donde estaba el nuevo logo de la marca. Le solicité a la policía que vigilara mi calle y se mantuviera cerca de la escuela de los niños con automóviles no oficiales, una petición que aceptaron sin reparos.

Después de eso, nada volvió a suceder hasta el mes de marzo. Aunque la policía no archivó el caso, no estaba entre sus prioridades, sobre todo por la falta de pistas. Ya no había policías cuidando nuestra casa o vigilando la escuela. Las llamadas de la policía empezaron a disminuir hasta que simplemente dejaron de informarme. Pero yo sabía que esa fase de calma no duraría para siempre. Cada mañana al levantarme sentía que ese día recibiría un nuevo sobre. O mejor dicho, que él intentaría darle un nuevo sobre a mi hija. Solamente había sido suerte que yo lograra descubrirlos antes. Pero la suerte no estaría de mi lado para siempre.

Nota: Ya lo comprendí. Fui un idiota al no contárselo a mi esposa. Todos esos comentarios finalmente hicieron que lo entendiera. Por favor, si eso es lo que tienes para decir, no pierdas tu tiempo.

Parte I

Parte II

Parte III

Parte IV

Parte V

Parte VI

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9 comentarios en «Mi familia es perseguida por alguien (Parte III)»

  1. Estimado Hery. ¿Cómo es que puedes ser tan malvado de dar spoiler? y además de eso subir otro capítulo cada semana. Estas peor que político en campana. ¡Cuanta maldad! De todas formas está muy bueno, y no queda mas remedio que esperar otra semana. Me intriga de sobremanera si no es que él es quién está creando estas cosas, talvés se volvió loco. Anhelo que no le pase nada a la nena, tengo una sobrina hermosa y eso me va a afectar demasiado xD

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