Un equipo de investigadores japoneses describió dos especies de babosas de mar (Sacoglossa) capaces de arrancarse la cabeza y regenerar el cuerpo entero días después. Esta capacidad de regeneración es una de las más asombrosas vistas en el mundo animal hasta la fecha. Los pormenores del hallazgo se publicaron en un artículo del periódico Current Biology el pasado 8 de marzo.
Según la información divulgada, en el proceso de regeneración las babosas obtienen un corazón y otros órganos internos. Pero, lo más curioso es que todo lo desencadena un proceso de autoflagelación. Probablemente pienses que se trata de babosas masoquistas. Sin embargo, los científicos creen que estos animales se deshacen de sus cuerpos para eliminar parásitos internos que inhiben o perjudican su ciclo reproductivo.
Sayaka Mitoh, de la Universidad femenina de Nara, es la autora principal del artículo y menciona que el descubrimiento se dio por casualidad. Mientras trabajaba en el laboratorio de su colega Yoichi Yusa, donde se crían las babosas de mar, la científica observó a estos animales desplazarse sin su cuerpo un par de ocasiones.
“Nos sorprendió observar las cabezas [de las babosas] desplazándose tras una autotomía [mutilación espontánea]”, recordó Mitoh. “Creímos que la babosa moriría dentro de poco sin un corazón y otros órganos vitales, pero nos llevamos una sorpresa mayor al observar que regeneró completamente su cuerpo”.
Cabezas andantes.
Los científicos también advirtieron otro hábito extraño de estos animales: una vez que la cabeza de las babosas se separa del cuerpo, empieza a moverse. Días después, las heridas causadas por la auto amputación terminaban cicatrizando. Las cabezas de las babosas más jóvenes podían desplazarse y alimentarse de algas. Una semana después empezaban a regenerar su corazón, un proceso que se extendía por tres semanas.
Con las babosas más viejas sucedía algo distinto: transcurridos diez días y ante la incapacidad de alimentarse, terminaban muriendo. Sin embargo, su cuerpo aún presentaba algunos signos de vida durante días o meses cuando se les tocaba. Ahora, los investigadores intentan descifrar la habilidad de estos animales para arrancarse la cabeza y seguir viviendo como si nada.
Sospechan que las responsables de este “milagro” en las babosas de mar son un tipo de células parecidas a las células madre ubicadas en su cuello, lo que les otorgaría la capacidad de auto regenerarse. Otro aspecto importante del proceso es que la cabeza sobrevive gracias a que la babosa sigue alimentándose de algas.
Estas plantas marinas, a través de unos orgánulos denominados cloroplastos, les proporcionan una capacidad fotosintética, lo que les permite producir su propio alimento a través de la cleptoplastia.