El precio a pagar – Cuentos de terror

Mi nombre es Susana, apenas tengo 15 años, pero he tenido que pasar por muchas cosas en mi vida. Mi relato comienza hace 3 años… Mis padres son divorciados, por lo que mi papá vive en Cuernavaca y yo en el Distrito Federal con mi madre – desde muy niña mi padre me llevaba en las vacaciones para pasar el tiempo con él. Mi abuela, la madre de mi padre, también vivía en Distrito Federal, pero se fue a vivir con mi padre, pues casi siempre estaba sola en su departamento desde que mi tía se fue a los Estados Unidos hace 9 años. Mi padre compró un terreno para construir su casa, mientas que mi abuela compró el terreno de al lado para también construir su vivienda.

sombra

Cuando estaba por cumplir los 12 años, mi tía regresaba a México y fui a casa de mi papá para esperar su llegada, ya que yo era muy pequeña cuando ella se fue y solo hablábamos por teléfono. Finalmente llegó y todo fueron llantos de felicidad. Fui a casa de mi abuela para quedarme con mi primo y aprovechar el tiempo, ya que me iría en unos pocos días.

Desde la casa de mi abuela se puede ver la parte superior de la casa de mi papá gracias a un ventanal que da al patio. Yo estaba filmando a mi primo mientas jugaba, y cuando fui a ver la grabación puede observar una silueta en la casa de mi padre vigilándome a través del ventanal, pero era imposible que hubiera alguien allí, ya que el pasillo que lleva a la habitación está en una esquina, y la imagen estaba en el medio del ventanal, donde no hay un piso o superficie para apoyarse, era imposible que alguien estuviera en ese lugar. Además no había nadie en casa, mis hermanastras y su madre estaban con mi abuela, la niñera ya se había ido y mi padre estaba trabajando en la fábrica.

Esa misma noche fui a dormir a casa de mi padre y no pude pegar los ojos ni un solo instante, en la puerta que daba al balcón podía escucharse como si algo estuviera arañando los tubos de aluminio, era un sonido tan perturbador como agonizante. Abrí la puerta de mi recamara y vi a la puerta de donde venía el ruido y no pude ver nada. Cuando llegué ahí el ruido se detuvo.

Regrese a la cama y desperté con una tormenta bastante fuerte. Cuando mis ojos empezaron a ver con claridad pude ver un bulto negro al lado de mi cama que se inclinaba hacia mi oído y me susurraba “Eres tú”.

Volví a la casa de mi madre en el D.F y todo iba de forma normal, lo único es que a veces podía ver al bulto negro en mis sueños y en ocasiones me hablaba diciendo cosas como “Tú eres el precio, tú vas a pagar, aun tienes mucho que sufrir”.

El año pasado nos mudamos de casa, y una madrugada me desperté para ir al baño (todas las habitaciones tenían su propio baño, por lo que no me daba miedo ir). En el momento en que puse el pie en el suelo, pude sentir algo halándolo para debajo de la cama. Encendí la luz y no pude ver nada, con mucho miedo fui al baño. Volví, apagué la luz, me acosté y me quedé dormida.

ojo-gif

Tiempo después desperté, había una uña quitándome el pelo de la cara y diciendo “¡Qué lástima!” (Me negué a abrir los ojos o a moverme, y me mantuve lo más quieta que pude). De repente esa cosa me jaló del pelo y me habló en voz baja “¡Despierta!. Traté desesperadamente de levantarme, pero aquel bulto negro me tomó del cuello y me empujó de nuevo a la cama, pude sentir las garras en mi cuello, traté de llamar a mamá y moverme pero no pude lograrlo. Esa cosa apretaba cada vez más fuerte mi cuello, como si quisiera quitarme la vida. Entonces, me susurró al oído: “No vas a escarpar de mí, aún tienes mucho que pagar, aún te queda mucho por sufrir”. Comencé a orar en mi mente y pedí ayuda a Dios. Logré levantarme, le grité a mama y ella vino corriendo, yo estaba llorando sin poder controlarme. Fui a su habitación y no pude dormir más.

Amaneció y no fui a la escuela por quedarme con mi madre. No me quedaba sola en absoluto y ni siquiera pasaba por mi habitación, ya ni digamos de entrar en ella. Desde entonces pasé a dormir con la TV y a dejar la luz encendida, me traumaba que alguien me tocara el cuello, principalmente como si fueran a ahorcarme. Además, tengo una fobia irracional a la oscuridad.

Nos cambiamos de casa, nos fuimos a vivir con mi abuela por parte de mi madre (yo, mi madre y mi padrastro) y hasta entonces no ha vuelto a pasar, pero nunca he dejado de tener la sensación de que alguien me vigila. Mi abuela va a la iglesia y dice que hace oración por mí (toda mi familia es católica, incluso mi familia por parte de mi padre, pero raramente voy a la iglesia, pues estoy queriendo seguir otra religión).

Tiempo después me enteré que mi bisabuela había experimentado con cosas malas. ¿Será que yo soy el precio a pagar por algo que ella hizo en el pasado? Esta es mi historia, un tema que no olvido y que me dejó muchos traumas.

Por Susana F.

Quizá te interesa:

10 comentarios en «El precio a pagar – Cuentos de terror»

  1. Parece un caso de parálisis del sueño a veces se experimentan días seguidos. Lo que me ha echo pensar en eso es porque dice que intentaba gritar. Una de las primeras veces que ha mi me sucedió se me mezcló un sueño realmente acojonante y realmente puedes sentir las presencias y las voces. Gracias a dios ya no me pasa pero tuve una época fina. Lo mejor es relajarte y respirar.

    Responder
    • Upps no leí bien. Es un cuento. Pensé que era un relato autentico. Quede como un listillo idiota. Jajaja. Bueno si alguien le pasa que sepa que es la parálisis del sueño que no se asuste y aguante unos segundos y se le pasara.

      Responder

Deja un comentario