¿Conoces a alguien con una peculiaridad anatómica? Quizá pueda doblar la lengua en patrones complicados o mover a voluntad las orejas. Pero, ¿sabes de alguien capaz de controlar el movimiento de la pupila? Probablemente no, y es que dicha habilidad se consideraba científicamente imposible. Hasta que apareció este joven.
Hablamos de un ciudadano alemán de 23 años, mismo que protagonizó un estudio publicado el pasado 12 de agosto en la revista International Journal of Psychophysiology. Por supuesto, todos tenemos capacidad para alterar el tamaño de las pupilas recurriendo a ciertas técnicas. Pero, desde una perspectiva científica se consideraba que la contracción o dilatación de la pupila, como si se tratara de un músculo, era imposible.
Dicha consideración se derrumbó cuando un estudiante de psicología de la Universidad de Ulm contactó a Christoph Strauch, profesor asistente en el Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Utrecht, en Países Bajos. Este joven, que en el estudio recibió el seudónimo D.W., se percató de su habilidad durante la adolescencia.
Controlando la pupila como un músculo.
Al principio, D.W. lograba alterar el tamaño de sus pupilas enfocándose en la parte trasera o delantera de cierto objeto. Eventualmente, logro hacerlo sin necesidad de enfocarse en un objeto. Y compartió para el grupo de investigadores que solo debía concentrarse en su ojo.
Mediante una serie de experimentos, Strauch y sus colegas confirmaron que el joven poseía dicha habilidad. Las pruebas se diseñaron específicamente para demostrar que el joven no lo hacía indirectamente. Así, D.W. logró dilatar sus pupilas hasta 2.4 milímetros de diámetro y contraerlas hasta los 0.88 milímetros.
Uno de los experimentos consistió en acercar un objeto hasta el punto más próximo en que el ojo puede enfocarlo. En esas condiciones la pupila ya está contraída al “máximo”, pero D.W. logró contraer la pupila más allá de esos límites. Con esta habilidad, el joven alemán posee un enfoque que lo deja ver con claridad objetos a una distancia que dobla en cercanía a lo que vemos quiénes no controlamos el tamaño de la pupila.
Wow.
Lo único que puedo pensar es una Mutación genética.
Muy probablemente, los humanos comenzarán a mejorar órganos naturalmente, y los problemas de vista serán del pasado. Imagínense que éste caso es sólo un comienzo evolutivo, en un futuro, habrán humanos con vista tetracromática, podrán percibir el espectro Infrarrojo-Ultravioleta, y posiblemente, colores que ni siquiera nos imaginamos. Literalmente hablamos de un mundo totalmente nuevo a como lo percibimos.