Quedarte hasta tarde en el teléfono celular puede acelerar el proceso de envejecimiento. La buena noticia es que, a diferencia de lo que se creía, la luz azul parece no afectar la calidad del sueño. Siendo sinceros, muchos adquirimos el hábito de ir a la cama y, justo antes de dormir, revisar un poco las redes sociales. Estudios previos concluyeron que se trataba de una práctica perjudicial para la calidad del sueño.
De hecho, se estableció un vínculo entre el uso excesivo de smartphones y la perturbación del sueño. Hasta cierto punto, el sentido común parecía constatar esta idea. Por estar pegados al teléfono celular retrasamos nuestra hora de dormir y, lógicamente, reducimos las horas efectivas de sueño.
Por si fuera poco, también se hablaba de que las pantallas en teléfonos y computadoras afectaban la producción de melatonina, una hormona cuya función principal es la regulación del sueño. Pero, un estudio publicado recientemente en la revista científica Sleep contradice la idea de que los teléfonos celulares afectan el sueño.
La calidad del sueño y las pantallas modernas.
En esta ocasión, el objetivo principal de los investigadores era conocer si la luz azul, que afecta a las células ganglionares de la retina, tiene algún efecto sobre la calidad del sueño. Hasta dónde se sabe, este tipo de células se activan cuando incide luz sobre nuestros ojos. Pero, resultan particularmente sensibles a la luz azul. Además, se sospecha que tienen un papel protagónico en la definición de los ritmos circadianos de nuestro organismo.
Por eso, diseñaron un experimento que contó con la participación de 29 voluntarios en un laboratorio del sueño. La primera noche, los voluntarios fueron expuestos a un tipo de luz que emanó de una pantalla durante 60 minutos. Descansaron 50 minutos y posteriormente se acostaron a dormir.
Seis días después, los participantes regresaron al laboratorio y fueron expuestos a una luz distinta. Para estas personas no hubo gran diferencia, pues ambos tipos de luces resultaron idénticas a la vista. Sin embargo, una de ellas contenía un alto porcentaje de luz azul. Y esta última redujo los niveles de melatonina en la sangre en un 14%, a comparación de la otra luz.
Sin embargo, los voluntarios no informaron de algún efecto negativo en la calidad del sueño. “La melatonina y el sueño probablemente no están tan estrechamente relacionadas como creen las personas”, sugiere Christine Blume, autora principal del estudio.
La luz azul y el envejecimiento acelerado.
Aunque, no creas que salimos tan bien librados. Y es que en un estudio publicado la semana pasada en la revista Frontiers in Aging, los investigadores encontraron evidencia de que nuestras funciones celulares básicas pueden verse afectadas por la luz azul que emiten los teléfonos inteligentes y otros dispositivos tecnológicos.
“La excesiva exposición a la luz azul de dispositivos del día a día, como televisores, computadoras portátiles y teléfonos celulares, puede tener efectos perjudiciales en una amplia variedad de células en nuestro organismo, desde las células de la piel hasta las neuronas sensoriales”, advierte Jadwiga Giebultowicz, autora principal de este segundo estudio.
Se trata de hallazgos inéditos donde se revela que las sustancias químicas esenciales para el buen funcionamiento de las células sufren alteraciones cuando se exponen a la luz azul. Al menos en las moscas de la fruta. “El nuevo estudio sugiere que una buena estrategia antienvejecimiento debe considerar la excesiva exposición a la luz azul”, dice Giebultowicz.
Estos científicos encontraron que cuando las moscas de la fruta se exponen a la luz azul, activan sus genes protectores de estrés. Además, también observaron que los insectos que mantuvieron en constante obscuridad vivían por más tiempo. “Otro hallazgo preocupante es que las moléculas responsables por la comunicación entre las neuronas, como el glutamato, caen a sus niveles más bajos tras la exposición a la luz azul”, agrega la autora.
Y si un individuo se expone a la luz azul con demasiada frecuencia, esto puede conducir a un envejecimiento acelerado.