Son muchas la cantidad de cosas que se pueden hacer con el dinero que vale un iPad desde donarlo a alguna fundación sin fines de lucro hasta gastarlo en una noche de borrachera e invitar la barra completa a los amigos, pero otros simplemente deciden comprar una para después destruirla, y ni quien los pueda juzgar, es el vivo reflejo de nuestra sociedad.
Bien, que muera el iPad
pppff
Mendigo cuatro hojos ese wey de verde, y yo aquí lamentándome de no poder comprar un gadget como ese, pero ese dinero que acaba de tirar, tarde o temprano le hará falta. He dicho. 🙂