Crimea – un paralelo entre guerra e información

A menos que hayas estado varado en una isla solitaria durante los últimos dos meses, debes saber que la cosa está que arde en Ucrania. Claro, si estás leyendo esto desde un bunker a prueba de bombas atómicas, entonces la cosa ardió mucho más de lo que esperábamos, pero no fue la primera vez.

tanque guerra

Hace unos 160 años, en la región de Crimea, una disputa colocó de un lado al Imperio Ruso y del otro al Imperio Otomano, al Francés, al Ingles y al Reino de Cerdeña. Se trató de un conflicto causado principalmente por incompetencia, arrogancia, temor y azar, una larga batalla que se extendió durante tres años, de 1853 a 1856, resultando en más de medio millón de muertos. Fue un evento que afectó profundamente a la geopolítica de la región.

La Guerra de Crimea fue base de inspiración para un sinfín de obras, desde el clásico del cine británico The Charge of the Light Brigade hasta la canción The Trooper, de Iron Maiden, basada en un poema de Alfred, Lord Tennyson.

Esta también fue la primera guerra donde las telecomunicaciones fueron usadas de forma generalizada. No por los enemigos en combate, sino por la población civil.

Hasta la Guerra de Crimea, si no tenías la desgracia de quedar en el medio de los combates, la guerra era algo muy teórico, incluso etéreo, sólo rumores. Sí, se sabía que las personas morían, que había reclutamiento obligatorio, que mucha gente ya no regresaba, pero la información tardaba meses, y en algunos casos hasta años en llegar a los países involucrados. No había fotografía, no había radio, ni telégrafo. Principalmente, no había quien diera la noticia.

Uno que otro escritor aventurero o soldado talentoso acompañaba a las tropas y escribía relatos, que más tarde eran publicado en libros (bastante caros por cierto) o se convertían en artículos de periódicos, publicados con semanas o meses de atraso. La Guerra de Crimea fue cubierta por el Times gracias a Sir William Howard Russell, quizá el primer corresponsal de guerra.

Pasó nada menos que 22 meses reportando los combates. Sus informes llegaban a Inglaterra vía telégrafo en muy pocos días. En 1854 los franceses extendieron una línea hasta la costa del Mar Negro. El tiempo de entrega se redujo a tan sólo dos días. Al año siguiente un cable submarino inglés, conectado en Cabo Kalerga, en la costa de Bulgaria, recorría 301 millas hasta el Monasterio de San Jorge, en Crimea. La comunicación que un año antes tomaba semanas, según da testimonio este artículo de 1855 de la Scientific American, ahora se hacía en segundos.

Las consecuencias fueron mucho más grandes de lo que el Gobierno Ingles pudo imaginar. La población pasó a tener acceso a los informes diarios de los combates. No quedaba tiempo para el romance y el maquillaje de las acciones. Los muertos famosos eran destacados en las noticias, y la guerra llegaba a la población como si estuvieran en ella.

Reforzando las letras de William Russell, estaban las imágenes de Roger Fenton, considerado el padre de la fotografía de guerra. La labor de este hombre era mucho más complicada, ya que el equipamiento fotográfico de mitad del siglo XIX era una verdadera calamidad. Literalmente. Utilizando placas de vidrio y sustancias fotosensibles que requerían de varios minutos de exposición, baños químicos y otros tantos trucos, Fenton utilizaba una carroza fotográfica para andar de un lado a otros. Sin embargo, su trabajo fue sublime:

roger fenton

La realidad de la guerra afectó a la población y también a buena parte del parlamento. Empezaron los cuestionamientos y un montón de respuestas nada convincentes empezaron a acumularse, corrieron investigaciones, incluso sobre el caso de la Brigada Ligera, donde una tropa inglesa a caballo y blandiendo espadas atacaron a toda la artillería rusa, siendo devastados en el proceso.

El primer ministro, George Hamilton-Gordon, terminó cayendo, curiosamente no porque la guerra fuera un acto abominable, sino porque la iba perdiendo. Toda la población seguía con entusiasmo el desarrollo de la guerra y querían ver a sus muchachos salieron victoriosos.

Finalmente el Imperio Ruso terminó perdiendo. Como una forma de reparar el daño abrió más de sus territorios en el Imperio Otomano y en otras regiones, en cambio ganaron Sebastopol y otras ciudades, principalmente de la región de Crimea.

Hoy los rusos decidieron que quieren de vuelta a Crimea, luego de haber otorgado la región a Ucrania, e incluso en tiempos de la casi ex fallecida Unión Soviética. Y tiene mucho sentido. Sebastopol es el único puerto de agua caliente de la marina rusa. Un lugar que Ucrania le renta a Moscú, y el contrato está a punto de vencer. Putin parece estar harto de esta situación, la renta subió mucho, destituyeron a su amigo de la presidencia y parece que ha decidido hacer su propia casa, pero ya no estamos en 1939. Ni siquiera estamos en el año 1968. Estamos en 2014 y la revolución tecnológica complica esta invasión de una manera inimaginable.

Como aquella última vez, el mundo está muy al pendiente.

Contrario a las guerras anteriores, Rusia se tiene que enfrentar a una batalla de información sin cuartel. Ya no se trata de quien tiene mejores influencias en la difusión de las noticias. Ni siquiera es algo tan simple como controlar los medios de comunicación. Incluso en la Guerra del Golfo, CNN sólo podía llegar hasta donde Saddam se los permitía.

Hoy todo el mundo es la fuente, todo el mundo es un reportero, todo el mundo tiene un teléfono con cámara.

Los rusos han recurrido a una estrategia donde están siendo absurdamente simpáticos y educados, contrario a su tradicional manera de actuar. Ellos saben que el mundo está viendo, y por más que la agencia oficial alimente la tormenta con propaganda, dentro de Rusia las imágenes y los videos no oficiales también están llegando.

soldados rusos en crimea

Otro detalle: los soldados rusos, que el gobierno de Putin aún no ha reconocido como rusos están con uniformes rusos sin identificación, portando armas rusas, vehículos rusos y usando pasamontañas. ¿La razón? Simple: hoy en día es muy fácil identificar a alguien. Recuerda, todos estos soldados tienen Facebook, vk o cualquier red social que usen, y con millones de internautas haciendo la función de espías, en poco tiempo se puede saber hasta lo que tienen debajo de la lengua. Eso es una falta a la seguridad operacional y deja caer la fachada de anonimato que sólo los rusos creen que está funcionando.

En los próximos días quizá veremos las primeras acciones militares, la primera guerra donde la información social será clave en el desarrollo de los combates y en una ¿victoria?

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6 comentarios en «Crimea – un paralelo entre guerra e información»

  1. además, la guerra de Crimea no estalló por incomptencia, estalló porque los rusos querían comerse al imperio otomano y los ingleses no querían perder a uno de sus clientes. Los balcanes siempre han sido un barril de polvora y siempre lo serán, sinceramente.

    Como dato…

    Los zuavos que vencieron en el Sitio de Sebastopol contra las bayonetas rusas perdieron contra los machetes de los indios de la sierra de Tetela ese 5 de mayo en Puebla XD

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  2. chale emanuel, por lo general tienes buenos post, pero este es uno de los “piores”. Es manía que tenemos los foristas de no revisar más que una fuente de información…..
    y no, no me caen bien lo rusos, mafiosos

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  3. chale emanuel, por lo general tienes buenos post, pero este es uno de los “piores”. Es manía que tenemos los foristas de no revisar más que una fuente de información…..
    y no, no me caen bien lo rusos, pinches mafiosos *.

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