Cómo se forman las heces humanas

Sé lo que están pensando: “El Hery y sus asquerosidades otra vez”, pero lo cierto es que hasta la historia de cómo se forman las heces humanas resulta un tanto interesante cuando se cuenta desde el ángulo correcto. Por ejemplo, ¿sabías que el almuerzo que saboreaste en la mañana probablemente será excremento de aquí a dos o tres días?

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De la boca hasta el recto, la comida tarda hasta 72 horas en nuestro cuerpo, pasando por dos maravillosas transformaciones elementales. La primera es mecánica: los dientes en la boca y los músculos en el estómago van triturando los pedazos de alimento hasta dejarlos de un tamaño mínimo.

Sólo para que te des una idea, el tamaño de los mini pedazos de comida que salen del estómago tienen el diámetro de un cabello humano. La otra transformación implica un proceso químico: los órganos como el estómago, el hígado y el páncreas liberan sustancias que digieren los azucares, las grasas y proteínas que componen a los alimentos.

Después de esta etapa, el intestino logra absorber los nutrientes necesarios para nuestro metabolismo, lanzando todo lo que es de provecho para el organismo al torrente sanguíneo. Lo que sobra de esta basura digestiva formará la maloliente sustancia semisólida que las personas acostumbran a columpiar en la taza de porcelana.

Si examináramos un pedazo de excremento bajo un microscopio, seguramente nos encontraríamos con bacterias de la flora intestinal, agua y sustancias que el organismo no logra absorber, como las fibras vegetales.

Precisamente por ser indigestibles, las fibras juegan un papel importante en la formación de las heces. Estas hacen que los residuos pasen más rápido a través del sistema digestivo, perdiendo menos agua en la absorción intestinal. Quien tiene una dieta pobre en fibra es más propenso a sufrir de constipación, o excremento duro.

Para no tener problemas en el trono, lo recomendable es consumir entre 25 y 35 gramos de fibra por día. Puedes conseguir estas cantidades si comes, por ejemplo, medio plato de cereal alto en fibras, cinco tomates o seis zanahorias a lo largo del día.

 

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1. Los excrementos nacen justo a la hora en que comes, ya que la digestión comienza por la boca. Aquí, los dientes trituran todo en pedazos, la saliva lubrica la comida para facilitar el descenso y libera una enzima para romper los azucares de los alimentos. Y nos tragamos todo.

2. El bolo alimenticio desciende por la faringe, el mismo conducto de la respiración. Para evitar que el contenido siga un camino equivocado, el cerebro envía la señal de cerrar la epiglotis, una válvula que bloquea la laringe (respiración) y libera el paso al tubo digestivo (digestión). El viaje hasta el estómago dura 5 segundos.

3. Una vez en el estómago, los músculos se contraen para romper aún más el bolo alimenticio. Después, la comida recibe un baño de jugos gástricos (un líquido con ácidos que disuelven las células de los alimentos) y las enzimas ayudan a digerir las proteínas.

4. Tras dos horas en el estómago, la comida llega al intestino delgado. En esta tripa de 6 metros, el alimento recibe otros “baños químicos” de secreciones del páncreas y del hígado, que contienen enzimas que digieren grasas, azucares y proteínas.

5. Aquí, la parte de la comida que es de provecho para el organismo ya se encuentra digerida. Las diminutas partículas de alimentos atraviesan la pared intestinal y son absorbidas por millones de vasos sanguíneos conectados al órgano. De ahí, las partículas entran en circulación y llevan nutrientes al cuerpo.

6. Los restos de comida que llegan al intestino grueso se convertirán en caca. Aquí, estos pierden agua: las heces entran en el órgano con 1.5 litros de líquido, por ejemplo, y salen con 150 mililitros. La caca, que era suave, sale dura y lista para ser almacenada en el recto.

7. Cuando las cantidades de heces llegan a 30 gramos, el cerebro hace que el esfínter interno (una válvula al final del recto) se abra y deje al excremento descender. La gente no tiene control sobre este esfínter interno, pero comandamos al externo, que se sitúa más abajo. Por eso, logramos controlar la necesidad de hacer caca hasta que encontramos un lugar privado e íntimo.

 

El agua corresponde al 75% del volumen de las heces, mientras que las bacterias fermentan los restos alimenticios, produciendo gases que le dan ese inigualable olor a la caca. El resto son los materiales no digeridos entre los que se incluyen la fibra, celulosa, sal, moco intestinal, alimentos que el aparato digestivo no consigue romper, como las cascaras de frijol, y los granos no masticados, como los de maíz. Todo esto está contenido en un total de 150 gramos de excremento que eliminamos por día (en promedio).

27 comentarios en «Cómo se forman las heces humanas»

  1. literalmente un post de m-i-e-r-d-a jaja ya en serio muy buen post, ya tiene uno una idea de como es, la proxima vez que vea pelis japonesas de skt recordare el proceso y seran mas interesantes aun

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