¿Cómo es el aborto en Japón?

En una sociedad tan metódica y conservadora como la japonesa, el aborto es un tema sumamente delicado que genera argumentos llenos de efervescencia a favor y en contra, como en todo el mundo. Sin embargo, el objetivo de esta publicación no es abordar el tema desde una perspectiva moral sino conocer, culturalmente hablando, el aborto en Japón.

Estatuas mizuko jizo

La interrupción legal del embarazo se estableció en tierras niponas desde 1948; sin embargo, antes fue considerada un crimen. En 2014, un censo levantado por la empresa Johnston`s registró un total de 181,905 abortos en una población femenina oscilaba entre los 15 y 39 años. Una nimiedad si comparamos la cifra con la de 1955, cuando el número de abortos fue de 1.2 millones.

 

El historial sobre la legalización del aborto en Japón.

A partir de 1880 la práctica del aborto se consideró un acto ilegal en Japón, una medida que produjo un despunte en las estadísticas de infanticidio. En aquella época, los índices de natalidad en el país eran considerablemente altos pero esta falta de planificación familiar cambió tras la culminación de la Segunda Guerra Mundial, cuando la sobrepoblación empezó a ser vista como una amenaza para el desarrollo económico. Por lo que en el año de 1948 se legalizó la interrupción del embarazo.

Sin embargo, este no fue el único motivo para la despenalización del aborto y es que también los médicos japoneses ejercieron presión sobre las autoridades pues los abortos significaban una importante fuente de ingresos. Tras la instauración de estas políticas, la sociedad japonesa no demoró mucho en aceptar la práctica.

En los años posteriores, Japón se convirtió en destino de mujeres de todo el mundo que acudían con la única intención de practicarse un aborto, pues era el primer país industrializado del planeta que ofrecía este servicio sin ningún tipo de consecuencia legal.

Mizuko jizo japon
Pequeñas estatuas mizuko jizo en honor a los bebés no nacidos.

Las mujeres japonesas que practican el aborto.

De acuerdo con un sondeo realizado por el Ministerio de Salud, las solicitudes para interrupción del embarazo son más frecuentes entre aquellas mujeres que no tienen pareja o pasan por problemas financieros. La edad de la mayoría oscila entre los 20 y 24 años, pero también hay mujeres de más de 40 años que solicitan abortar.

Tres de cada diez mujeres realizan el procedimiento varias veces. De acuerdo con la ley japonesa, un aborto sólo puede practicarse cuando existe un consentimiento por escrito de la mujer y su pareja; sin embargo, en la práctica el consentimiento del padre es prescindible por una variedad de razones.

Por ejemplo, una mujer puede prescindir de este consentimiento cuando su pareja tiene algún padecimiento físico o mental. De la misma forma se permite en casos de violación, cuando la vida de la madre corre algún riesgo o no se tienen las condiciones económicas para solventar el cuidado del bebé.

Mizuko jizo en memoria de los fetos abortados

Las mujeres japonesas cuentan con clínicas especializadas y designadas que practican la interrupción del embarazo. Sin embargo, el aborto no está cubierto en el plan de salud. El costo promedio de una interrupción del embarazo de hasta 12 semanas en Japón es de 150 mil yenes (alrededor de 1,400 dólares estadounidenses), y los precios varían según la región o el hospital.

A partir de las 22 semanas de gestación, ninguna clínica acepta llevar a cabo el procedimiento debido al alto riesgo que representa para la vida de la mujer.

 

El conflicto con la religión.

Japón, un país conservador y profundamente tradicionalista donde las religiones predominantes son el sintoísmo y budismo, tiene una gran cantidad de fieles que acuden a los templos religiosos en busca de perdón por haber abortado. De hecho, existen pequeñas estatuas llamadas mizuko jizo que los japoneses emplean para representar a los pequeños fetos.

En una entrevista para el New York Times, una joven pareja japonesa declaró sentir culpa pues la justificación para el aborto fue que no habían contraído matrimonio. En otro caso, una mujer de mediana edad relató que acudía al templo a orar por el alma de su feto desde hacía aproximadamente una década. De la misma forma, encontraron a un médico de una clínica de aborto que acudía al templo regularmente para purificarse y orar.

Madre e hijo mizuko jizo en izu

Y esto último es una práctica muy usual entre los profesionales que laboran en esta clase de clínicas, quienes suelen practicar diversos rituales religiosos en busca de aceptación y perdón.

 

Un negocio muy lucrativo.

Con la legalización de la práctica, apareció el negocio del turismo del aborto. Por ejemplo, en Estados Unidos existen empresas que ofertan el viaje como si se tratara de un paquete vacacional. Por determinada cantidad de dinero, la mujer tiene derecho a un viaje redondo, hospedaje de cuatro días y un aborto completamente legal en Japón.

La polémica.

Que los japoneses vean al aborto como un método anticonceptivo es motivo de profundos debates. De acuerdo con el artículo del New York Times, la mayoría de las mujeres relatan que a sus esposos no les gusta usar preservativo y, para complacerlos, prefieren practicarse un aborto después, pues el uso de píldoras no es una práctica popular para los japoneses.

Japón autorizó la venta de la píldora anticonceptiva apenas en el año 2000, cuatro décadas más tarde que otros países. Peor aún, la aceptación de este recurso es de menos del 1% entre las japonesas. La mayoría lo ve como un método invasivo por los efectos secundarios de las hormonas.

 

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4 comentarios en «¿Cómo es el aborto en Japón?»

  1. Nada es gratis, el que las hace, las paga. Muy poca gente es feliz en Japón, ni los niños son felices, eso se puede ver muy a menudo. Desde hace 2 o 3 años es increíble la cantidad de inmigrantes de Sri Lanka, Filipinas, Nepal, Vietnam, que vienen a trabajar a Japón porque no hay japoneses. En 10 años cuando muera la generación de viejitas que hay ahora, Japón colapsará económicamente y en 50 serán 70 millones no más. Cuando llegué a Japón hace 16 años eran 144 millones, ahora son 120 millones. Como país saben que fracazaron a pesar del dinero y el materialismo. Tienen serios problemas psicosociales.

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  2. En resumen: Antes era legal porque habia muchos y no podian darse abasto. Ahora es ilegal porque necesitan subir la natalidad, y en ultima instancia, dismminuir la tasa de suicidios

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