Centralia, la ciudad abandonada que arde desde 1962

La tragedia en Centralia empezó un domingo 27 de mayo de 1962, en ese entonces era un próspero municipio de Pensilvania, en la costa este de Estados Unidos, donde las autoridades no sabían que fin darle a las toneladas de basura que se iban acumulando en el primer relleno sanitario del área, inaugurado apenas a inicios de año.

Centralia ciudad fantasma
En el subsuelo de esta ciudad en los Estados Unidos, un incendio implacable consume paulatinamente las minas de carbón desde hace más de cinco décadas. Y sobre la superficie, multitud de grietas liberan vapores tóxicos.

El próximo lunes se celebraría el Memorial Day, un día festivo de los Estados Unidos que rinde homenaje a los militares caídos en combate, y aquel problemático relleno sanitario se encontraba precisamente a un costado del cementerio donde los héroes de guerra locales habían sido sepultados. El panorama no pintaba nada bien.

Tras una avalancha de quejas por el fétido hedor en el cementerio, el consejo político de Centralia decidió incinerar la totalidad de los desechos para llevar a cabo una limpieza en el área y dar una buena impresión a los ciudadanos. Sin embargo, aquel relleno sanitario no estaba en ese lugar por pura casualidad: eligieron este punto como basurero pues ya existía un enorme agujero en el suelo, y se trataba de los restos de una antigua mina de carbón en desuso.

 

Los rellenos sanitarios y las minas de carbón.

Sucedía que mientras las minas de carbón a cielo abierto se iban haciendo más profundas, eventualmente interceptaban túneles de minas subterráneas más antiguas, que se encontraban en ese lugar desde hacía más tiempo.

En el año de 1956, el estado de Pensilvania aprobó una ley que obligaba a todo aquel que pretendiera transformar una mina abandonada en relleno sanitario (una práctica común en áreas dedicadas a la minería) a tomar las debidas precauciones de seguridad.

Por ejemplo, debían sellar todos los agujeros en los límites del relleno sanitario con material anti-incendios para evitar la filtración de basura a los túneles preexistentes, también se debía mantener una inspección constante por parte de los empleados del gobierno.

Evidentemente nadie le dio importancia a esta medida. Las autoridades sanitarias del lugar planearon pagar unos cuantos dólares a cada bombero amateur dispuesto a salir de su casa el domingo para apagar el fuego una vez que la basura fuera consumida. Sólo faltaba la chispa.

Mapa de centralia

 

Un basurero se quema en Centralia.

Como se relata en el libro Fire Underground, al principio todo parecía ir según lo planeado. Después que la basura superficial en el relleno sanitario quedó reducida a cenizas, las “cuadrillas de bomberos” empezaron a trabajar y lograron apaciguar las llamas. Sin embargo, los incendios en los basureros son algo mucho más complicado.

Frecuentemente las capas inferiores actúan como brasas, y las llamas de estos incendios ocultos sólo se hacen visibles en aquellos días secos, cuando el calor acumulado provoca que la basura en la superficie termine prendiéndose. En Centralia, el fuego reapareció el día 29 y jamás se volvió a apagar.

Durante las semanas que siguieron, los bomberos llevaron a cabo múltiples esfuerzos para poner fin al incendio. Cuando llegaron a determinada profundidad, los hombres se toparon con un túnel extenso, de entrada amplia y sin tapón, que conducía a un laberinto de minas subterráneas.

Un incendio incontrolable devasta Centralia.

Grietas en centralia

Y a partir de entonces las cosas no hicieron más que empeorar: en julio, una comisión de agentes federales se presentó en el lugar para indagar la composición de un extraño gas que emanaba de las grietas en el suelo en las inmediaciones del relleno sanitario. Aquella concentración de monóxido de carbono era coincidente con la que se espera cuando se incinera carbón: oficialmente la red de túneles subterráneos se encontraba en llamas.

El fuego en estos laberintos subterráneos debe durar al menos 250 años, y desde 1962 se ha esparcido por un área de 15 kilómetros cuadrados. Cuando cae nieve, se derrite al contacto con el suelo. Lo peor es que varios habitantes terminaron muriendo por intoxicación con monóxido de carbono cuando fisuras aparecieron en el sótano de sus hogares.

Un tramo de la ruta 61 que atraviesa por Centralia también se hundió y a lo largo de las últimas cinco décadas, más de 600 construcciones tuvieron que ser demolidas.

 

La ciudad fantasma.

En 2005, gracias a un reporte de la revista Smithsonian, conocimos una descripción sobre la atmósfera de este lugar: “un vapor sulfuroso emana a través de cientos de fisuras y huecos en el lodo. Existen huecos con cinco metros de profundidad donde botellas plásticas y neumáticos son derretidos. También es posible observar árboles muertos cuyos troncos retorcidos adquirieron una tonalidad blanca“.

Entrada a la mina en centralia

La mayoría de los habitantes en Centralia recibió indemnizaciones del gobierno y se mudó. Hasta 2013, la población en el lugar había quedado reducida a 7 personas, cuyas viviendas serán confiscadas después de sus muertes.

Prácticamente es imposible apagar un incendio de esta clase. Aunque todas las entradas a estos túneles sean selladas, el oxígeno se seguirá filtrando a través de las grietas en el suelo. Otra posibilidad sería inundar los túneles con agua, pero la cantidad de líquido requerido para completar la tarea rebasa las posibilidades logísticas.

En el año de 1977, el secretario de recursos ambientales de Pensilvania, Maurice Goddard, aseguró a través de una carta: “fallas, fisuras y condiciones geológicas descomunales […] contribuyen al problema. Los incendios al interior de esta clase de minas han sido inundados durante largos periodos, pero apenas el agua se drenaba, las llamas reaparecían. El único método eficaz sería la excavación de todo el material combustible – un emprendimiento extremadamente costoso”.

Los cálculos más optimistas hablan de una inversión de 600 millones de dólares. Mientras un millonario no decida luchar contra el infierno, Centralia seguirá siendo, al menos dos siglos más, la ciudad fantasma más caliente del planeta.

5 comentarios en «Centralia, la ciudad abandonada que arde desde 1962»

  1. Me recuerda cuando Homero Simpson fue alcalde y guardaba las basuras de otras ciudades en las minas abandonadas, al final tuvieron que abandonar la ciudad y hacer un nuevo Springfield

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