Cuando recorres durante tanto tiempo la carretera, terminas acostumbrándote a ella. Además de las luces difuminadas de los faros, todo se reduce a un montón de líneas blancas y amarillas sobre un interminable camino negro. Es raro que alguien se detenga, y considero que es a lo que más cuesta acostumbrarse. No los estoy culpando. Cada una de esas personas tiene un destino y una vida.
Creepypasta
¿Disfrutas de las historias de terror? En Creepypasta encontrarás toda clase de relatos que van desde el terror psicológico hasta esa clase de pesadillas que se quedan con nosotros para toda la vida. Las historias aquí contadas emanan de aquellos temores más profundos que poseen los usuarios de Internet. La única característica en común entre todos estos relatos es que son ficticios… o quizá no.
Mi novia no es ni la mitad de la mujer que solía ser
No tengo el más mínimo pudor al afirmar que mi novia es una de las chicas más afortunadas del mundoatuyibnmbvvc. Discúlpame por eso. Como iba diciendo, probablemente mi novia es una de las chicas más afortunadas de este planeta. Se sacó el premio mayor el día que me conoció. Y es que soy todo un partido, un partidazo diría yo.
El último golpe de un estafador
Alejandro llega a casa y encuentra a un extraño esperándolo en la entrada. Era un hombre bien vestido de saco y corbata, cabello arreglado, zapatos recién boleados y unos dientes tan blancos que casi destellaban en el rostro.
– No me conoces, pero yo te conozco a la perfección. Me llamo Samael y pertenezco al departamento de inteligencia de la Policía Federal.
Gajes del oficio
La vida de mi familia siempre resultó miserable. No dejaba de preguntarme por qué era así. Por qué las cosas nunca mejoraban en casa. Rara vez comíamos tres veces al día, y cocinábamos con la misma agua que usábamos para bañarnos. Vivíamos en la pobreza extrema. A lo largo de todos esos años, mamá acumuló demasiado resentimiento contra mi padre.
El muñeco Lolo – Creepypasta
Pasé la mayor parte de mi vida en este lugar. Es un sitio frío y oscuro. Pero en una época las cosas eran muy diferentes. Nací en una fábrica rodeado por muchos hermanos, era un lugar acogedor donde conversábamos, reíamos y divertíamos todo el día. Era feliz a pesar de que en cualquier momento nos separarían. Cada quien iría a lugares distantes y diferentes, pero eso no nos asustaba. Después de todo, ¿por qué habríamos de temer?
La esclava
Una mujer despeinada y con ojeras terribles se sentó frente a mí. Se acomodó con la espalda recta y las manos cruzadas sobre las rodillas, pero no dejaba de mover su pie izquierdo. A continuación, dio un largo suspiro. “Nunca antes estuve en terapia. Siempre creí que era algo para los locos. Aunque es posible que esté un poco loca, pero es lo que el mundo me ha hecho. ¿Nada de lo que te diga saldrá de este lugar, cierto?”, preguntó la mujer.