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La mayoría amamos nuestros automóviles, pero cuando se es dueño de un modelo muy raro o de un superdeportivo, los cuidados básicos muchas veces no son suficientes: lavar un vehículo de esta categoría exige mucho cuidado. Es por eso que existen especialistas en algo llamado “car detailing“, un proceso extremadamente meticuloso de limpieza y tratamiento de pintura donde se garantiza que el poderoso bólido brillará durante mucho más tiempo.
Los automóviles sin conductor todavía no se convierten en una realidad en la vida cotidiana. Pero, en la pista de carrera, están muy cerca de lograrlo: el auto que debutará en la primera carrera automovilística sin pilotos ha sido bautizado Robocar. Es un modelo de automóvil autónomo que ya fue presentado al público y que se espera participe en la temporada 2016-2017 de la Roborace.
A comienzos de 1941, estaba claro que los Estados Unidos no podrían seguir los anhelos de la mayoría de sus ciudadanos y mantenerse al margen del conflicto creado por las potencias del Eje en Europa y Asia. Pero no solo la opinión popular estaba contra aquel emprendimiento: el país estaba totalmente desprovisto de vehículos ligeros. El ejército solo contaba con motocicletas, sidecars y los folclóricos Fords modelo T. Si las cosas seguían así, prácticamente tendrían que ir a la guerra con caballos.
En el Salón de Ginebra, Bugatti hizo la esperada revelación de su modelo Chiron, el nuevo modelo insignia de la exclusiva marca automotriz. Con un costo aproximado de US$2.6 millones (€ 2.4 millones y $46.7 millones de pesos mexicanos, al cambio actual), el automóvil se destaca por su aceleración máxima de 420 km/h (limitada electrónicamente).
Entre los amantes de los autos clásicos existe un mito que dice que los autos “viejos” estaban diseñados para aguantar impactos, pues en su mayoría eran construidos con lámina metálica gruesa, a diferencia de los automóviles modernos que “están hechos de plástico”. Y la verdad es que eso no es más que un mito.
Los automóviles hiperdeportivos se distinguen por una cosa: precios exorbitantes. Y las razones para que sean costosos varían bastante, ya sea que se trate de una edición limitada, materiales exclusivos carísimos, de un proceso de producción totalmente artesanal (como si fuera una obra de arte), o de todo eso junto.
