Estudio concluye que bosques tropicales pierden capacidad para absorber carbono

Un estudio internacional que contó con la participación de más de un centenar de instituciones científicas concluyó que el Amazonas podría transformarse en una gran fuente de carbono para la atmósfera. ¿Lo peor? Estaría sucediendo ya en la próxima década. Este escenario tan desalentador y sombrío es consecuencia de los intereses agrícolas y madereros en la zona.

rio y bodque en el amazonas

De concretarse algo así, el impacto en el cambio climático sería mucho peor y el mundo estaría obligado a disminuir aún más las emisiones de gases de efecto invernadero, siempre y cuando quiera compensar esta pérdida.

Metodología de investigación.

A lo largo de 30 años, los investigadores analizaron 300 mil árboles que proporcionaron la primera evidencia a larga escala sobre la disminución en la absorción de carbono por parte de bosques tropicales. Cruzaron datos obtenidos de dos grandes redes de investigación con observaciones forestales en África y el Amazonas, así como información proporcionada por viajes a sitios remotos, como el Parque nacional Salonga, en el Congo.

Además, los investigadores emplearon medidores de aluminio para marcar árboles individuales, de tal forma que pudieran conocer su diámetro y estimar su altura cada pocos años. Esto les permitió conocer el carbono almacenado en cada planta.

Caída en la absorción de carbono.

En general, los investigadores encontraron que los bosques tropicales absorben menor porcentaje de dióxido de carbono del aire, disminuyendo su capacidad de actuar como “sumideros”. “Encontramos que uno de los impactos más preocupantes del cambio climático ya ha empezado. Esto se ubica a unas pocas décadas en el futuro incluso en los modelos climáticos más pesimistas”, señala Simon Lewis, uno de los principales autores del estudio.

En los últimos 30 años la cantidad de carbono que han absorbido estos bosques ha caído significativamente. Si comparamos las cifras actuales con las de 1990, encontramos que sólo absorben una tercera parte. Esto es un reflejo del incremento en las temperaturas, sequías y deforestación, y todo sugiere que la tendencia continuará. Algunos científicos creen que el típico bosque tropical puede convertirse en una fuente de carbono para el año 2060.

Los investigadores también revelaron que el Amazonas empezó a debilitarse primero que los bosques africanos, probablemente porque ha estado expuesto a temperaturas más altas y sequías más frecuentes y severas. A partir de estas observaciones, tendencias en las emisiones globales, temperaturas, precipitación y modelos estadísticos, el estudio estimó que el bosque del Amazonas se convertirá en una fuente de carbono a mediados de la década del 2030.

arbol solitario

Los bosques tropicales alcanzaron un pico en la absorción de carbono en la década de 1990, cuando removieron 46,000 millones de toneladas del gas, alrededor del 17% de las emisiones que hicieron los humanos de la época. Sin embargo, en la última década esta absorción del gas apenas alcanza 25 mil millones de toneladas, alrededor del 6% de las emisiones globales. Una cantidad así de monstruosa es equivalente a las emisiones de Francia, Alemania, Canadá y Reino Unido juntos.

Los peligrosos puntos de inflexión.

Algo que preocupa a los científicos es la existencia de los “puntos de inflexión” en el sistema climático. Dicho de otra forma, los parámetros a partir de los cuales los humanos están incapacitados para revertir los efectos peligrosos del cambio climático.

Y son muchos. Por ejemplo, cuando el hielo en el Ártico se derrite el mar se vuelve más oscuro, entonces, empieza a absorber más calor, algo que acelera la pérdida de hielo en la zona. Son estos mecanismos de retroalimentación los que aceleran potencialmente una crisis climática, algo que puede significar desastres aún peores que las proyecciones más pesimistas.

Si los bosques se vuelven fuentes de carbono más rápido de lo que pensamos, podríamos caer en un círculo vicioso de calentamiento global que difícilmente lograremos interrumpir.

En noviembre de 2020, gobiernos de todo el mundo tendrán una reunión en Glasgow, Escocia, para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2020 (Cop26). Se espera que en este evento las naciones involucradas presenten planes para alcanzar las cero emisiones de carbono para el 2050, aunque hablamos de una meta muy improbable.

El engaño de la compensación.

Algunos países ricos y grandes empresas pretenden reducir estas emisiones empleando una técnica de “compensación”. Es decir, replantando o cultivando nuevos bosques. Pero, esta investigación sugiere que depender de bosques tropicales no es suficiente para solucionar el problema de las emisiones a gran escala.

Lewis señala que, aunque existe mucha controversia en torno a la compensación, la realidad es que todos los países y sectores deben alcanzar las cero emisiones, y que cualquier cantidad de emisiones residuales se retire de la atmósfera. Además, agrega que usar bosques como compensación es una herramienta publicitaria que permite a las compañías hacer negocios como lo hacían en el pasado.

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