Asteroide “aniquilador de mundos” acecha la órbita de la Tierra

En el Sistema Solar interno, entre las órbitas de Mercurio y Venus, se localizó un asteroide “aniquilador de mundos” y otros dos de menor tamaño. Debido al intenso brillo solar, esta región es difícil de observar para los astrónomos. De hecho, la mayoría de los asteroides que ha catalogado la humanidad se concentran en la órbita externa, donde forman cúmulos enormes entre las órbitas de Júpiter y Marte.

Asteroide aniquilador de mundos(1)

Otros bien conocidos son los asteroides troyanos, prisioneros del gigante gaseoso. Pero, en las regiones más próximas al Sol nuestro conocimiento sobre estas rocas espaciales es limitado. Y es que, para encontrar cuerpos celestes en órbitas internas, los telescopios modernos requieren de una ventana de observación disponible solo en el crepúsculo o amanecer.

Como puedes observar a simple vista, a lo largo del día casi todos los objetos en el cielo terminan ofuscados por la luz del Sol. Las únicas excepciones son la Luna y Venus, que todavía pueden distinguirse en el amanecer. En ambos casos, esto se debe a que se trata de cuerpos sumamente brillantes. En comparación, los asteroides resultan mucho más pequeños y poco reflejantes.

Generalmente, las sustancias que componen a los asteroides propician la absorción de la luz, haciéndolos más oscuros y difíciles de observar desde la Tierra. Y cuando cae la noche, los telescopios solo pueden observar más allá de Marte, lo que denominamos Sistema Solar externo.

Los tres asteroides descubiertos en el Sistema Solar interno.

Pese a los inconvenientes, los investigadores no pierden oportunidad para detectar asteroides en esta región interna del Sistema Solar. En esta ocasión y durante el crepúsculo, detectaron tres grandes objetos próximos a la órbita de la Tierra gracias al telescopio del Observatorio Astronómico Cerro Tololo (CTIO por sus siglas en inglés).

Las instalaciones del CTIO cuentan con un telescopio de cuatro metros equipado con Dark Energy Camera (DECam), una cámara especializada que normalmente se emplea en aquellas investigaciones sobre la energía oscura del Universo. Aunque, el Telescopio Víctor M. Blanco también resultó útil en la búsqueda de asteroides.

Para llevar a cabo estas observaciones, los astrónomos disponen de tan solo diez minutos al iniciar el crepúsculo. En ese lapso deben lidiar con el cielo brillante, pues la oscuridad de la noche no se manifiesta por completo. Por si fuera poco, el telescopio debe apuntar cerca del horizonte, lo que complica todavía más la observación.

Cerro Tololo
Observatorio Astronómico Cerro Tololo Créditos: TIO/NOIRLab/NSF/AURA/H. Stockebrand.

Y es que, en esta posición, el telescopio debe superar una capa mucho más gruesa de la atmósfera terrestre, a menudo resultando en severas distorsiones. Pese a todos estos contratiempos, los investigadores detectaron tres asteroides gigantes, uno de ellos relativamente cerca de la Tierra.

2021 PH27.

El asteroide 2021 PH27 es el más interno de los tres descubiertos recientemente. De hecho, es el asteroide más interno conocido hasta la fecha. En cierto punto de su vuelta alrededor del Sol está más próximo a la estrella que a Mercurio. Por si fuera poco, el 2021 PH27 cuenta con un periodo orbital de 113 días, convirtiéndolo en el objeto al que le lleva menos tiempo completar un ciclo de rotación. Solo lo supera Mercurio, que tarda 88 días en dar una vuelta al Sol.

Debido a esto, sobre este asteroide incide una mayor cantidad de efectos gravitacionales que en todos los objetos del Sistema Solar. Posee una órbita elíptica que se cruza con las órbitas de Venus y Mercurio, sin riesgo de aproximación a la de nuestro planeta.

2021 LJ4.

El segundo asteroide lleva por nombre 2021 LJ4, mide unos 400 metros de diámetro y tiene un periodo orbital de 0.55 años. Forma parte del grupo Atira, cuyas órbitas están totalmente contenidas dentro de la orbita terrestre. En otras palabras, no existe riesgo alguno de que se cruce con nuestro planeta.

2022 AP7.

Finalmente, tenemos al asteroide 2022 AP7, apodado el “aniquilador de mundos” por sus características. Tiene 1.5 kilómetros de largo y es capaz de provocar daños enormes si llega a encontrarse con un planeta. Pertenece a los asteroides Apolo, un grupo conocido por estar cerca de nuestro planeta y cruzarse con su órbita durante su viaje alrededor del Sol.

El 2022 AP7 tiene un periodo orbital de cinco años y, aunque mínimo, existe el riesgo de que una alteración en su órbita represente un peligro para la Tierra. Sin embargo, en el estudio los científicos aseguran que no existe un riesgo de impacto contra nuestro planeta.

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