Ashwatthama el inmortal

Ashwatthama (Ashuatama o Aśvatthāma en sanscrito) es un guerrero mitológico mencionado en el texto épico Majabhárata, y uno de los siete chiran-yivis (inmortales), de los cuales se cree que todavía viven, vagando por la Tierra desde tiempos inmemorables. Nació a partir de Dronacharya y su esposa Kripi. Desde su nacimiento, Ashwatthama poseía una joya incrustada en su frente, supuestamente la fuente de todos sus poderes. Cuando llegó a la edad adulta, Ashwatthama se convirtió en un valiente guerrero, muy habilidoso en el tiro con arco y otras técnicas de guerra.

Ashwatthama ilustracion (1)

 

Su participación en el Majabhárata.

Durante la guerra de Kurukshetra, Ashwatthama peleó con los hermanos káuravas, al lado de su padre. Drona tenía un profundo amor por su hijo, por eso, cuando escuchó los rumores durante la guerra de que había muerto, abandonó la lucha y se refugió en la meditación. Así, terminó muerto a manos de Dristadiumna, comandante de los ejércitos pándavas. Sin embargo, el peso de la venganza a manos de Ashwatthama caería sobre Drista durante la noche número dieciocho de la guerra, pero este acto no sació la sed de venganza de Ashwatthama por la muerte de su padre.

Ashwatthama ilustracion (3)

Ciego por la venganza, Ashwatthama les quitó la vida a los cinco hijos de los pándavas, los cinco hijos que Draupadi había concebido con cada uno de los hermanos, creyendo que había asesinado a los propios pándavas. Al darse cuenta del engaño, Ashwatthama invocó el arma más poderosa del universo, la Brahmastra, para aniquilar con esta a los pándavas. En un intento por impedirlo, el sabio Viasa le solicita deshacer la invocación de la Brahmastra, pero Ashwatthama ignora cómo hacerlo. Como último recurso, uso la Brahmastra para asesinar al hijo no nacido de Abhimanyu todavía en el vientre de Uttara, terminando así con todo el linaje de los pándavas.

Enfurecido por su actitud, el avatar Krisna del dios hindú Visnú, maldijo a Ashwatthama condenándolo a vagar eternamente sobre la faz de la Tierra, llevando a cuestas sus pecados. Jamás volvería a ser amado ni bien recibido por nadie. Krisna también le quitó la joya de la frente, haciendo que la herida formada por la remoción de la joya nunca se curara. Desde entonces, Ashwatthama deambula en busca de redención.

 

¿Ashwatthama está vivo?

Como es común en el folclore, existen personas que aseguran haber visto a Ashwatthama en la actualidad. Un médico de Madhya Pradesh, en la India, un día recibió a un paciente con una herida incurable en la frente. Le aplicó varios medicamentos para intentar sanar la herida, pero sencillamente no cicatrizaba. Incrédulo, el médico le comentó al paciente que su herida parecía tan eterna como la de Ashwatthama. Tras decir esto, se volteó para buscar algo. Al regresar, el paciente había desaparecido.

Ashwatthama ilustracion (2)

Otra historia dice que hay un pueblo en la India, cerca de Burhanpur, donde hay un fuerte llamado Asirgarh. Según los lugareños, Ashwatthama suele aparecerse todas las mañanas para dejar flores en el altar de Shiva. Algunas personas aseguran haber visto a Ashwatthama viviendo entre las tribus que habitan las faldas del Himalaya.

Independientemente de si Ashwatthama está vivo, su leyenda no ha muerto. El valiente guerrero se encontró con un trágico final debido a su ego e ignorancia.

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2 comentarios en «Ashwatthama el inmortal»

  1. Interesante artículo
    Si se piensa la historia de Ashwatthama y el conde de Saint germain son similares podría tratarse entonces del mismo individuo ¿quien sabe?

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  2. Es muy bonito el folklore de cualquier cultura, no conocia esta historia pero me viene a la mente la gente “estigmatizada” seguramente en la India les pareceria algo extraño ver a alguien con heridas en pies y manos (que no se curan), asi como a nosotros se nos haria extraño ver a alguien con una herida en la frente que no se cura. En ambos casos las heridas similares a las de los seres divinos te harian ver como alguien fuera de lo comun, un elegido tal vez, cosa naturamente muy humana (y nada divina): querer sentirte que eres la diferencia. Gracias Hery!

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